Si yo digo zorra ustedes pueden
pensar en un animal, en una persona astuta y solapada o en una prostituta.
Todas esas acepciones son correctas. Sabemos que el lenguaje puede ser sexistas
y que cuando se llama zorra a una mujer no es para referirse, principalmente, a
alguien que destaca por su astucia. Todos sabemos de qué hablo.
Da igual que revisemos el
diccionario de la Real Academia
Española, la de la Lengua ,
claro, el María Moliner o el “Inventario general de insultos” de Pancracio
Celdrán.
Hagamos una asociación mental:
mujer-zorra. Muy bien no suena ¿verdad? Pues no, desde luego que nada bien.
Eso es lo que pensamos la mayoría
de los ciudadanos, aunque no opina lo mismo el juez Juan del Olmo, magistrado
de la Sección
tercera de la Audiencia Provincial
de Murcia. El juez del Olmo ha dicho que zorra no siempre significa “desprecio
o menosprecio a la dignidad de la mujer” como tampoco es “expresiva de una
posición de dominio o exigente de sumisión”
Dicho así puede cabernos alguna duda,
pero sí añadimos que el hombre que llamó zorra a su mujer es el mismo que
hablando con su hijo le dejó claro que se iba a tomar la justicia por su mano,
que la vería en el cementerio, en una caja de pino y que saldría por televisión
y que además lo juraba por el sol, entonces ¿a qué cambia la cosa?
Oigan que esto no es broma. Esas
declaraciones son hechos probados en una sentencia que condenaba a un hombre
por el delito de amenazas a un año de prisión y alejamiento de su exesposa. El
juez Juan del Olmo revoca la condena y la deja en falta. El “buen señor” solo
tendrá que cumplir una pena de ocho días de localización permanente por una
falta de amenazas leves.
Una condena ejemplar, sí señor.
Uno, en su inmensa ignorancia, no puede dejar de preguntarse ¿esto es justicia?
No digo yo que no lo sea, pero como el pensamiento es libre ¿a quién no le
asalta esa duda?
Otra sencilla pregunta, que por
supuesto quedará sin contestación, la esposa del juez ¿qué opinará de esto? Me
pica la curiosidad, lo confieso. Otras dudas razonables me asaltan, que además
no tienen por que ser verdad y yo no me atrevería a afirmarlo, sobre todo
porque me puede caer una sanción de tres pares: eso ¿será machismo? Y la más
terrible de todas y nunca deseable: sí esa mujer sufre una agresión física
¿alguien será y se sentirá responsable?
Tengo la sensación de que ustedes
y yo pensamos lo mismo, pero ya saben, una cosa es el sentido común y la
justicia y otra las sentencias judiciales.
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Para David García. Por favor, envíame aquí mismo una dirección de correo electrónico para ponerme en contacto contigo. Gracias
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