30 nov 2012

Oscuros nubarrones

Comentario para el programa Cangas del Narcea en la Onda, de Onda Cero Radio ( 08/05/2012)


Las convulsiones económicas han sido, son, el caldo de cultivo de posturas integristas en lo religioso, xenófobas y racistas en lo social, proteccionistas en lo económico y radicales en lo político. Con eso de radical en lo político me refiero a posturas intransigentes y excluyentes. No aludo a esas tonterías de lo políticamente correcto o al talante.

Lo dicho, la situación de los últimos años está haciendo que fructifiquen como las setas los partidos de extremaderecha. Solo hay que dar un pequeño repaso para comprobar que nuestro entorno, el de las democracias occidentales, está plagado de grupos fascistas y nazis que cada día son un poco más fuertes.

El caso del Frente Nacional en Francia era hasta hace poco el más llamativo, pero no el único. Ahí están el Partido del Progreso en Noruega, el partido de los Auténticos Finlandeses, la Liga Norte en Italia, el Partido de la Libertad en Holanda, la Alianza para el Futuro de Austria o Amanecer Dorado en Grecia, que el pasado domingo obtuvo el 6,87 por ciento de los votos y logró 21 diputados.  Estos solo por mencionar algunos. Eso sin olvidar al Tea Party de Estados Unidos y su influencia mundial.

En España la derecha más extremista está atechada. No da la cara. Se infiltra en organizaciones de todo tipo y algún que otro partido.
 Últimamente hemos visto su capacidad para liarla y recordarnos que todavía pueden dar mucha lata. El ejemplo del sindicato Manos Limpias es ilustrativo. Más discretos son las gentes de Foro Español de la Familia que escudados en la sacrosanta familia tradicional católica nos retrotraen a oscuros tiempos. Ultrabeligerantes son los acólitos del Camino Neocatecumenal, los kikos, que se han convertido en el brazo armado de Rouco Varela. No omito a los numerarios, agregados y supernumerarios de la Obra. Estos siguen a lo suyo: trabajando el poder terrenal para mayor gracia de Escrivá de Balaguer y por lo tanto de Dios.

En todo este batiburrillo pierde la democracia, perdemos todos. Estas gentes se aprovechan de la democracia para intentar aniquilarla. Hay quienes defienden su presencia pues en caso contrario dejaríamos de ser demócratas. Vale. Como teoría está muy bien, pero a poco que no les apliquemos la ley, que transijamos como demócratas con ellos, nos comen la merienda y aplican sus doctrinas, y ya sabemos lo que eso significa.

Las democracias occidentales son fuertes pero no tienen que ser tontas. Ya hemos estado bajo su bota ¿queremos volver a eso?
No nos despistemos, seamos demócratas hasta la médula pero no imbéciles y no nos dejemos arrastrar por el populismo más negro. Recordemos la historia, empezando por la nuestra.



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