2 abr 2013

La sociedad española en coma



 Comentario para Cangas del Narcea en la Onda, de Onda Cero Radio (2/04/2013)

Viñeta de Forges del 2 de abril de 2013 en El País



Tras unos días de vacaciones –quienes han podido se han ido, los que no, en casita- hemos comprobado que de resurrección nada de nada.
No se enfaden los católicos, no me refiero a sus creencias sobre la resurrección de Jesús. Nada de eso. Habló de nuestra vida pública.

La sensación que tenemos de que aquí están todos pringados es generalizada. Ya saben: políticos, empresarios, banqueros, etc. etc. Vamos, todos aquellos que están en el poder o cerca de él. No salvamos ni uno. Ya sé que eso es injusto. Eso dicen.

A lo que iba, la res publica española no tiene trazas de volver a la vida, dicho en su acepción laica.
Me planteé de qué hablarles e hice un repaso. Solo se me venían a la cabeza ignominias.

Bárcenas está muy gastado. Urdangarín otro que tal. Ahora resulta que su socio, Diego Torres, también se acogió a la amnistía fiscal. Y su suegro, el de Urdangarín, pobrecito, es que no gana para desgracias. No me voy a meter con su herencia que esas cosas son sagradas.

Si les hablo de los seis millones de parados entonces es para insultar y no parar. Tampoco quiero acordarme del empobrecimiento al que nos están sometiendo. Se me pone la carne de gallina pensando en los suicidios y los desahucios.

De Metrovacesa, la empresa que tiene gran parte de los terrenos donde se va asentar Eurovegas, y su salida de bolsa, suena mal. Nadie se cree que lleguemos a saber el precio de ese suelo. Pelotazo al canto.

Si nos vamos a Cataluña me salen escuchas, mochilas de billetes, la familia Pujol, Artur Más o Durán i Lleida que no se arrepiente de nada.

Bajo un poquito en el mapa y Castellón. ¡Dios! Carlos Fabra y su escultor de cabecera, Juan Ripollés. A cual más estrambótico. A tiro piedra Valencia. Mejor lo dejo que me acuerdo de aquel “amiguito del alma” y me dan ganas de llorar.
Venga, para el otro extremo.
Galicia. Primera imagen: José Luis Baltar, expresidente de una agencia de colocación de Orense. Perdón, de la Diputación de Orense. Y como éramos pocos aparecen unas fotografías de Alberto Núñez Feijóo, Presidente de la Xunta de Galicia, con un narcotraficante. Tranquilos: eran de hace veinte años. Solo tuvo relación con él entre 1994 y1998.
Para otro lado.

Me tropiezo con Ponferrada. Sigo. Ya está dicho todo.

Me voy a Castilla-La Mancha, territorio de la señora Cospedal. Protestas en la calle contra el cierre de centros de salud. Salgo despavorido.

Recalo en Andalucía. Los ERE. Me vienen a la cabeza las imágenes de sufrimiento de las esculturas de los pasos que desfilan en las procesiones. Oigo hasta saetas.

Por un momento me acuerdo de Chipre. No, de eso tampoco voy a decir nada. No estamos como ellos. Tampoco estábamos como Grecia, ni como Irlanda ni como Portugal. Faltaría más. Estamos como estamos. Seguimos siendo diferentes a todos. A las muestras me remito. ¿Nos parecemos a alemanes, franceses o ingleses en cuanto a salarios? Lo dicho, somos únicos.

Estuve tentado de decirles algo sobre la última tontería de Juan Rosell, presidente de la CEOE, pidiendo contención salarial o, mejor aún, rebaja. Que su madre me perdone.

Tampoco estaría mal un pequeño repaso a Bankia y como el Banco de España analizó y no rechazó el plan de Rodrigo Rato. ¿Aunque para qué? Las preferentes bien, que se lo pregunten a los estafados.
Me vuelvo al norte.

El Partido Socialista de Euskadi llega a un acuerdo para aprobar los Presupuestos de la Diputación Foral deGipuzkoa.
Me tomo una tila y lo dejo. Mejor me bebo dos.
Jesús Eguiguren, presidente de PSE, pide la libertad para Arnaldo Otegi. Calma, lo hace por amor a España.
Me parece que de esto tampoco hablo.

Del IVA o de los precios ¿qué les voy a contar que no padezcan?
Ana Mato y Luis Sepúlveda andan a sus cositas. ¿Qué coche se comprará ahora con la indemnización del PP?
Me vengo a casa. Remanso de paz.

Primera imagen: carbón. Segunda imagen: Vitorino Alonso. Tercera imagen…imaginen.
De dietas y kilometrajes ya lo han explicado todo. No, no hablamos que nos mareamos.
¿Y de Cudillero? Un pueblo precioso. ¡Menudo pescado se come allí!

Al final no sé de qué hablarles. Algo se me ocurrirá para la semana que viene.
Mientras, ya lo saben: disfruten de la vida.

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