Publicado en La Nueva España el 30 de noviembre de 2016
El acuerdo entre el PNV y el PSE está trayendo a más de uno por la calle de la amargura. ¿Será para tanto?
Para salir de dudas hay que leer las 71 páginas de los “Pilares para construir una Euskadi con más y mejor empleo, más equilibrio social, más convivencia y más y mejor autogobierno”. Así lo han denominado. Sencillo, claro y conciso.
Algunas de las opiniones que he leído sobre él se centran, y concentran, en la cuestión de la reforma del estatuto vasco, el referéndum y el autogobierno – entiéndase independencia -. Cuestiones todas ellas presentes en esos pilares. Pero eso está al final. Antes hay que recorrer otros caminos.
Los cuatro apartados en que se divide el acuerdo constan de una introducción o principios inspiradores, como ellos los llaman, y luego pasan a los compromisos que adquieren. Ahí está la salsa.
Algunos de esos compromisos son algo más ambiguos, muchos son concretos. No dan lugar a malas interpretaciones.
Proponen plantear al Estado la transferencia de la gestión del régimen económico de la Seguridad Social. Creo que a nadie le cabe duda de la trascendencia de esta petición.
El dinero no les falta. Al menos así se desprende de los 250 millones de euros que quieren gastar para garantizar el crecimiento y el arraigo de empresas vascas con potencialidad tecnológica y de internalización. Eso sí, será con un fondo público-privado.
Para acentuar el apoyo a las empresas contemplan medidas fiscales e incentivos económicos. Cada día me recuerda más a un paraíso.
Se comprometen a que el presupuesto de I+D+i se incremente en un cinco por ciento anual, al menos a lo largo de cinco años. Todo ello con el objetivo de llegar a un tres por ciento de inversión público-privada en I+D+i.
No regatean en nada. Están dispuestos a desarrollar cien, 100, proyectos estratégicos de investigación en prioridades estratégicas como la fabricación avanzada, la energía y la biociencia-salud.
Están empeñados en desarrollar la internacionalización de la industria, vasca desde luego, así como reforzar el territorio, vasco, para el asentamiento de empresas internacionales.
No quieren dejar escapar ninguna oportunidad y por ello incentivarán las sinergias entre el turismo y la restauración vasca, destacando iniciativas como el Basque Culinary Center.
Otras medidas interesantes, y que se comprometen a ejecutar, son la apuesta por las energías renovables, el cierre de Garoña o prohibir el fracking. Defenderán ante el gobierno español la eliminación de los sobrecostes de energía eléctrica que sufren las empresas vascas.
Todo esto está incluido en ese acuerdo entre los socialistas vascos y el PNV. Hay mucho más.
No se dejan en el tintero las transferencias. Aeropuertos o gestión de los puertos de Bilbao y Pasaia están presentes. No falta la actualización del Concierto Económico. Esta es una pieza clave.
Por lo que se refiere a la salud quieren acabar con la Hepatitis C, por ejemplo. En este apartado detallan las infraestructuras que van a construir o mejorar, y son unas cuantas.
Pasando a la educación están dispuestos a destinar 55 millones de euros, al año, para reforzar el programa de becas.
Estoy destacando algunos de los puntos que más me llamaron la atención. Con la lectura de este programa de gobierno no tengo dudas de que la desigualdad entre comunidades se incrementará.
Entre las reclamaciones que van a realizar se encuentra la gestión y la competencia de todas las prestaciones, subsidios y pensiones no contributivas que gestiona el Estado.
La lista de transferencias pendientes deja sin competencias al Estado en Euskadi. Así de claro. Si las alcanzan todas son de facto un estado independiente. Ya nada les unirá al resto de España.
Por lo que se refiere a la seguridad ciudadana establecen que la Ertzaintza sea la policía integral y exclusiva en Euskadi.
La mayoría de las noticias de prensa recogen las propuestas finales que contempla este acuerdo de gobierno, como por ejemplo: el reconocimiento de Euskadi como nación; reconocimiento del derecho a decidir del pueblo vasco; reforma de la Constitución para ampliar las potencialidades del autogobierno vasco y blindarlo en su ámbito competencial; representación de Euskadi en las instituciones y organizaciones europeas… Todo eso está escrito.
Hay una propuesta para su debate, búsqueda de consenso y acuerdo, como las definen, que resulta interesante, sobre todo por su redacción, es la siguiente:
Relaciones inter-territoriales con la Comunidad Foral de Navarra y con la futura institución única que aglutinará a los territorios vascos radicados en el Estado francés, en función de la voluntad de sus Instituciones respectivas y respetando las normativas sobre la materia de los distintos Territorios y Estados, así como de la Unión Europea.
Viejas reivindicaciones expansionistas.
El acuerdo entre PNV y PSE termina así:
Una vez sustanciados los procesos de negociación, pacto, tramitación y aprobación de la Propuesta por parte de las instituciones competentes, los acuerdos que estas adopten serán sometidos a la decisión de la ciudadanía, para que los ratifique mediante referéndum.
Los socialistas tienen otro problema más que solucionar. Los ciudadanos asturianos, y de otras comunidades, tenemos garantizada la desigualdad.
No se trata de que una parte de los ciudadanos vascos quieran independizarse, o no solo. La cuestión es que vivir en Euskadi significa mejores condiciones de vida para sus ciudadanos y mejores expectativas de futuro. Su independencia pasa por seguir logrando mejoras económicas y sociales que otros ciudadanos del Estado español no podemos obtener.
Ellos, los nacionalistas, consideran que los ciudadanos de otras comunidades les robamos y oprimimos, yo creo que son insolidarios además de manipuladores con la Historia y con los sentimientos de las personas.
Al final, siempre me queda una duda: ¿renunciarán a la ciudadanía española? ¡Para qué!
El acuerdo vasco es más que independencia by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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