28 jun 2017

Cuando el bolo de Tineo cambió a celta

Publicado en La Nueva España el 28 de junio de 2017

Hubo un tiempo en el que el Bolo Celta se llamaba Bolo de Tineo. Fue en 1991 cuando se cambió la denominación y esa modificación tuvo sus más y sus menos.

Los Bolos de Tineo se enmarcan entre las modalidades en las que predomina la fuerza sobre la habilidad en los lanzamientos de las bolas. Así lo manifiesta Gerardo Ruiz Alonso - profesor de educación física, estudioso de los deportes tradicionales asturianos y de forma especial de los bolos -. Tiene varios libros publicados sobre este tema y en ellos pueden ver como se juega.


Según este autor “los bolos de Tineo tienen sus propias características que los diferencia bien de los otros”. Ruiz Alonso nos dice que también se jugaban en los concejos vecinos, aunque con algunas diferencias, y a pesar de ellos los incluye dentro de la familia de los bolos de Tineo.

La llegada de José Luis Boto a la presidencia de la Federación Española de Bolos, en 1988, supuso un empuje para su práctica – nunca se dejó de jugar -  y fue la pieza clave para el cambio de denominación del Bolo de Tineo a Bolo Celta.

Tras 25 años en el cargo, Boto tuvo una salida problemática de la Federación y su gestión anduvo por los tribunales. Pero esa es otra historia. Por cierto, José Luis Boto es tinetense.

El cambio de nombre trajo consigo que el tema se debatiera en el Pleno Municipal del 10 de junio de 1992. Una moción del PP llevó al terreno político está cuestión.

Una aclaración: las mociones presentadas al Pleno tienen que ser aprobadas antes de su debate.

El PP se hace eco de las informaciones aparecidas en la prensa de aquellos días y afirman que: “Se ha podido saber que tal cambio de denominación parece responder a una “exigencia” de la Federación Nacional de Bolos”. La pretensión de los populares era que el Pleno Municipal manifestase su aprobación o rechazo a tal cambio.

Los socialistas apoyan la moción de los populares y en el grupo de Unidad Campesina, independientes, la opinión no es unánime entre todos sus concejales.

Un concejal de Unidad Campesina señala “que sería una pena perjudicar el citado deporte con un afán excesivamente localista. La Federación pudiera tratar de potenciar competiciones locales y hacer competiciones de nivel supralocal, por lo que muestra su intención de abstenerse”. Dicho esto, el concejal abandona el Pleno.

Si les digo la verdad, eso de localismo me hace gracia. Se lo explico: Unidad Campesina era un grupo político independiente local.

Otro concejal de Unidad Campesina señaló que el Ayuntamiento no tienen competencias y que se abstendrían, eso sí “aunque sería conveniente que por la Federación se pudiera estudiar la posibilidad de que aunque la denominación fuese “Bolos Celtas” figurase una alusión a la “modalidad Tineo”.
Esta misma propuesta es la que realizó Gerardo Ruiz Alonso en sus publicaciones.

Tras la discusión pasaron a la votación: votos a favor de la moción el PP y PSOE y abstención de Unidad Campesina. De esta manera quedó “informada favorablemente la moción en el sentido de oponerse al cambio de denominación de la modalidad de “Bolos de Tineo”.

A partir de este momento entran en el debate propiamente dicho.

El alcalde, de Unidad Campesina, informa que “el presidente de la Federación Nacional le comentó que se cambiaría el nombre del deporte, pasando de Bolos de Modalidad Tineo a Bolos Celta Tineo, para posibilitar la ampliación del deporte y unificar el que se practica en diversas partes de España, evitando así suspicacias localistas, por lo que a su juicio debería pedirse una explicación por escrito a la Federación de bolos”.

Vaya, ¿es cosa mía o me parece que está diciendo que el presidente de la Federación le engañó? Les recuerdo que José Luis Boto, el presidente,  es tinetense.

Les aseguro que el localismo no se manifestó sólo por parte de Tineo, otros concejos no estaban por la labor de competir en un juego que incluyese ese topónimo.

Al final se produjo una votación unánime, de los doce concejales presentes – la Corporación era, y es de momento, de diecisiete miembros - y acordaron “dirigirse a la Federación Española de bolos, solicitando se rectifique la variación de nombre del juego llamado “Bolos de Tineo”, pasando a llamarse “Bolos Celtas”, para volver a su denominación tradicional en la que figure el nombre de Tineo con el fin de conservar la tradición del Concejo…”.

Esa petición no sirvió para nada, el juego sigue denominándose Bolo Celta.

Desde la óptica de hoy puede resultar curioso lo sucedido. Algunos plantearon el tema como una mejora y abandono de lo que podría entenderse como localismo, en la actualidad esa propuesta, probablemente, sería desechada en base al énfasis que se pone en lo local para desmarcarse de lo global.

Los años han pasado y en el concetson se sigue jugando a los Bolos de Tineo, a pesar de los pesares.

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26 jun 2017

Perros que duermen, historias que no se olvidan



La memoria es parte de nuestra vida - y cómo dice el otro “no es cosa menor” -. Los malos recuerdos no se pueden enterrar, vuelven para jodernos.

En ocasiones la evocación puede ser una terapia, un desahogo o un acto de amor. Juan Madrid ha dicho que Perros que duermen, su última novela, es un reconocimiento a sus padres.

No es una novela policíaca – nada que ver con la serie de Toni Romano –. La historia de nuestra última, y terrible,  guerra civil es la protagonista. Las batallas tienen su espacio, al igual que la represión, el asesinato, el heroísmo o la pasión. Protagonistas de ambos bandos hilvanan una trama en la que van confluyendo.

Juan Madrid considera la lucha por la defensa de la II República Española como el monumento ético más importante del siglo XX. Toda una declaración de intenciones. No seré yo quien le lleve la contraria.

Desde el principio se sabe quien es el malo malísimo: un pederasta sádico y asesino. Su presencia es constante y sin embargo no adquiere la categoría de personaje. Todopoderoso, admirado y odiado. Nunca ha dejado de serlo.

Hasta aquí les puedo leer. Para más información, ya saben: léanlo.

Tenía perdido a Juan Madrid. Tiene su explicación: tardó tres o cuatro años en escribirlo y además tuvo problemas de salud.

La guerra civil española, la II República y la posguerra llenan miles de páginas de nuestra literatura. Los historiadores tienen en esa etapa una fuente inagotable de estudio y de discusión. Y cómo no, han florecido revisionistas injuriosos.

No me extraña, es un período de nuestra historia que los “vencedores” no han querido cerrar. Herederos, físicos o políticos, de aquellos  golpistas siguen empecinados en sus “razones”. ¡Qué diferencia con otras democracias!

La carga política de Perros que duermen no la hará merecedora de elogios entre los “vencedores”. ¿Qué digo? No creo que la lean. No sé, incluso habrá quien diga que tampoco fue muy duro con los personajes fascistas. No los trata con cariño, no lo hace, como tampoco los machaca. Creo que los actos de los personajes los colocan en su sitio sin necesidad de más ensañamiento. Me parece que la narración es así más efectista.

No me resisto a recoger un párrafo:

“Se lo diré, Delforo. Se instaurará la monarquía en la figura del pretendiente a la Corona, don Juan, en un plazo aún no previsto. La operación la avala el Partido Socialista en el exilio y la CEDA. En concreto la firman Indalecio Prieto, Gil Robles y don Juan de Borbón. ¿Por qué me mira así? ¿No se lo cree? El régimen se irá desmoronando poco a poco, pero Franco no será apartado del poder. Habrá Franco para rato. Los Estados Unidos lo necesitan, será un baluarte contra el comunismo en el sur de Europa”.

En algún lado, en alguna ocasión, leí algo similar.

Me gustó, me entretuvo y me hizo pensar. Perfecto.

Lo tienen disponible en sus bibliotecas públicas o librerías más cercanas.

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23 jun 2017

La magia de la lectura

Leer se lee poco y aún así la lectura tiene, para muchos, algo misterioso. Podría decirse que le atribuyen propiedades casi mágicas. ¿Un poco exagerado, verdad?

Digo esto pues más de una vez escuché aquello de que la lectura nos hace mejores personas. ¡Ojalá fuese cierto! Ser un gran lector o un lector de cuatro libros al año no tiene ninguna relevancia para determinar si esa persona es buena o mala. Ni siquiera para ese “hacernos mejores”.

Si esa afirmación fuese cierta no me explico cómo no somos voraces lectores.

La lectura me provoca momentos de placer. Con un libro en las manos soy capaz de alejar cualquier pensamiento hostil, me zambullo en él y no hay más. En otras ocasiones me siento identificado con la trama o alguno de los protagonistas y entonces lo leído y lo vivido se entremezclan.
Los libros me pueden estimular sentimientos de placer o rechazo ¿eso me convierte en alguien mejor o peor? Tengo serias dudas.

La lectura proporciona mejoras en la comprensión, en el vocabulario, en la ortografía, en la capacidad para el estudio… y seguramente muchas más cosas.

Permítanme un ejemplo cogido por los pelos: la publicidad. La publicidad nos condiciona para convertirnos en ávidos consumidores. Hay una relación directa entre publicidad, compra y satisfacción. Después podremos ofrecer sesudas interpretaciones psicológicas pero ¿el consumo nos hace mejores? Nos complace y ya está.

Los libros entran en otra categoría.

A los grandes lectores se les considera personas raritas que viven en un mundo paralelo. Hay lectores que leen aquello con lo que se identifican y les sirve para reafirmarse. Otros, por el contrario, leen libros antagónicos a su parecer con el mismo objetivo, reafirmarse. Estas situaciones se dan, sobre todo, con los ensayos u obras históricas.

Lo de los lectores de novelas es otro cantar. Apasionados de las novelas románticas, históricas o policíacas ¿reciben influencias distintas? Pues no sé. Allá cada uno.

Soy un lector heterogéneo. Intercalo en mis lecturas novelas policíacas desde siempre. De momento no me dio por la investigación criminal ni por el asesinato. ¿Soy mejor o peor persona por mis lecturas? Sinceramente no tengo ni idea.

Algunos no han leído un libro en su vida y son grandísimos seres humanos. Conozco personajes muy leídos que son unos verdaderos cabrones.

Leo en la prensa que el historiador francés Christian Ingrao realizó un estudio sobre el papel desempeñado por los intelectuales en la SS y demás organizaciones de exterminio de la Alemania nazi. Al parecer esa información ha escandalizado a los intelectuales franceses.

Vuelvo a lo mismo. Un intelectual puede ser un asesino sádico, nada se lo impide. Los conocimientos no son el antídoto de nada.

No me hagan caso. Cada lector sabe la influencia de sus lecturas en su vida. Yo lo único que les aconsejo, y perdón por la osadía, es que lean. Si eso nos hace mejores personas pues muy bien.

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19 jun 2017

¿Calma chicha en el PSOE?

Las primarias y el congreso federal socialista están despachados. Todavía quedan refriegas en las federaciones y agrupaciones locales. ¿Hay paz? Ni hablar. Desde hace mucho tiempo el partido socialista anda a la gresca interna, esa que destroza, y en ella sigue.

Malos resultados electorales, cuadros y cargos públicos amortizados, gestores socialistas que dejaron las arcas públicas empufadas hasta las trancas, derechización, descontrol ideológico, falta de un líder respetado por todos, intromisiones de viejas glorias, defenestración - a las bravas - del secretario general… Cuando se llega a esa situación los ánimos se encrespan, los egos florecen y el sálvese quien pueda es la prioridad.

Tras el descoyuntamiento de Pedro Sánchez los militantes han pasado factura a unos cargos apoltronados y alejados de las bases. No ha sido la primera vez.

La verdad es que creí que los “golpistas”, en terminología de los “sanchistas”, lo tenían atado. Tras las experiencias previas – con Borrel y Almunia - y el tiempo que se tomó la gestora y Susana Díaz,  pensé que habían contado y recontado los votos. Pues no. Me equivoqué. Ahora entiendo lo que les pasa. Se lo tenían tan creído que los arrollaron. Si están despistados con su militancia qué no les pasará con los ciudadanos.

En las primarias se dieron con ganas. Sólo hay que ver las lindezas que se dijeron en las redes sociales. En algunos casos los “susanistas” utilizaron viejos y conocidos métodos de desprestigio, incluso metemiedos. Los “sanchistas” no se quedaron cortos y su apelación a la rabia y las tripas tuvo mejor acogida que la apelación al pasado. La fotografía de Susana Díaz con los diplodocus socialistas le hizo mucho daño.

Por cierto, no me gustaba ninguno de los candidatos en liza.

Una sin gancho alguno fuera de su tierra, en ella perdiendo cancha, y el otro funcionando a golpe de encuesta y adaptándose a la última que escuchaba. Díaz apostando por recuperar un pasado que no viene a cuento a esta altura del partido. Lo hecho, hecho está. Sánchez fue de David y le salió bien. Una vez más el carácter ácrata asomó en el PSOE.

Pedro Sánchez se ha reconvertido en izquierdista en cuatro días. Desde posturas liberales se ha escorado hacia planteamientos cercanos a Izquierda Socialista. ¿Es sincero su viraje? El tiempo lo dirá.

Me imagino que la imagen de Jeremy Corbyn tuvo algo que ver. Aún recuerdo a Zapatero y su emulación de Tony Blair. No sé yo.

Cuando terminen el proceso de elección de cargos comprobaremos si se producen cambios importantes a todos los niveles. Los que puedan quedar fuera, los “susanistas”, esperarán a los resultados electorales de municipales, autonómicas y generales. Si sale bien Sánchez continuará en relativa paz, en caso contrario se producirá una batalla despiadada y las bajas serán muchas, tantas que el PSOE podrá llegar al borde de la ruptura.

Se están jugando muchos garbanzos, algunas vidas muy regaladas y bien pagadas. Para muchos ciudadanos es mucho más que eso.

El PSOE ha sido un referente y el artífice de los grandes cambios en el país, con muchas luces y dolorosas sombras. El apoyo ciudadano a lo largo de los años no se merece el espectáculo bochorno que nos han deparado.

Actualicen el programa. Ilusionen. Demuestren que lo público y los ciudadanos les importamos. Despréndanse de los lastres: corruptos, malos gestores de lo público, mentirosos… y tal vez consigan recuperarse.

Tienen mucho que demostrar. Hoy no tienen crédito, están peor que el Banco Popular.

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18 jun 2017

¡Y dicen que son defensores de los servicios públicos!

Los cargos institucionales dicen creer en los servicios públicos. Se les llena la boca ensalzándolos y se erigen en defensores de los mismos. Son pocos los que se atreven a proponer su recorte. Otra cosa bien distinta es lo que hacen en la práctica.

La fiebre privatizadora no es potestad de la derecha o de los liberales – lo digo cómo si no fueran lo mismo, pues lo son - la izquierda también se ha dejado seducir por ese canto. Y son estos últimos, los de izquierdas, los que se acogen a subterfugios para intentar disfrazar sus privatizaciones. Recurren a términos como externalización o, cuando quieren liar la cosa un poco más, nos hablan de gestión privada de un servicio que sigue siendo público. ¡Pues bien! Lo dicen tan convencidos que algunos se llegan a creer tal falacia.

Oigan, y no me estoy refiriendo a la administración central. Los ayuntamientos se están deshaciendo de todo. Perdón, están externalizando la gestión de gran parte de sus servicios.

Y no me refiero solo al agua, servicio que entre un puñado de empresas controlan la de casi toda España.

Podemos hablar de la recogida de basura y la externalización que están realizando algunos ayuntamientos asturianos, según hemos visto en prensa, con costes de 140.000 euros en uno y 50.000 en otro. Nos cuentan que con esa medida se mejorará el servicio.

Pues bueno.

Yo me pregunto: ¿no se puede mejorar desde la gestión municipal? ¿Empeoró el servicio? Si es así ¿cuáles fueron los motivos? ¿Se han planteado algún tipo de reorganización?

Los servicios de ayuda a domicilio la mayoría de los ayuntamientos los tienen privatizados. Al igual que eso que denominan de forma tan rimbombante Servicio Ajeno de Prevención de Riesgos Laborales, en las especialidades de Seguridad en el Trabajo, Higiene Industrial, Ergonomía y Psicosociología y Medicina en el Trabajo.

En este caso me pregunto: ¿la sanidad pública no podría cubrir estos servicios? Lo digo porque esto puede suponer 50.000 euros y al final lo único que hacen, o casi, es un reconocimiento médico anual al personal municipal.

Resumiendo: dinero para una mutua.

Los servicios de jardinería tampoco se libran. Un pequeño ayuntamiento los privatiza por unos módicos cincuenta mil euros, bueno, un poco más.

Podríamos hablar de los consistorios que contratan empresas para realizar actividades que corresponderían financiar a otros organismos e incluso de uno, hace pocos días, que decidió privatizar el servicio de gestión y organización de eventos culturales. Esa corporación va a gastarse 64.000 euros al año.
Sigo haciéndome preguntas: ¿alguna vez ese consistorio destinó una cantidad similar para actividades de la Casa de Cultura?

¿Quieren que hablemos de la ORA? La implantación de las ordenanzas reguladoras de aparcamiento en las pequeñas villas asturianas no tiene justificación. Hubo quienes dijeron que era para facilitar el aparcamiento y por eso se ponía un máximo de tiempo de dos horas de estacionamiento. Luego pasaron a cinco horas. Incluso han llegado a crear plazas  de aparcamiento en el centro del pueblo de forma gratuita, manteniendo la ORA unos metros más allá. ¿Me lo explican?

No se equivoquen, estos servicios privatizados han ido a parar a manos de multinacionales. Incluso me sé yo de un consistorio que permitió que esa multinacional ocupase, gratuitamente, locales públicos – ah, eso no estaba en el pliego de condiciones -.

No merece la pena que siga. Estas cuestiones no generan debate público, y no es de ahora.

Disfrácenlo, envuélvanlo, camúflenlo como les de la gana pero están privatizando los servicios públicos y los están encareciendo. Así de claro.

Otra pregunta, esta ya la última: siguiendo a este ritmo ¿a qué se van a dedicar nuestros ediles?

Permítanme que tome prestada una frase:

 “La privatización y la desregulación son una externalización por subcontratación de las funciones del gobierno democráticamente elegido en beneficio de las corporaciones empresariales cuya misión consiste en hacer beneficios”.

Es de George Lakoff en Puntos de reflexión, Manual del progresista.

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15 jun 2017

Tañen a muerto

Tolón…tan…tolón…tan…El repique se mete en la cabeza. Tolón…tan…tolón…tan… Tocan a muerto. Tolón…tan…tolón…tan…Produce congoja. Al gris del día le ponen esta triste sinfonía. Tolón…tan…tolón…tan… ¿Dieron dos o tres toques finales? ¿Será hombre o mujer? No importa.

Las campanas de la iglesia, tanto tiempo en silencio, quieren volver a marcar la vida del pueblo. Han estado aletargadas y no se han dado cuenta que las cosas han cambiado.

Suenan a las doce, a las seis y sabemos que es esa hora no por ellas sino por quien marca el ritmo de nuestras vidas: el móvil.

Una hora después el redundante tañido prosigue. Tolón…tan…tolón…tan… No hay plañideras que esperen al muerto. No hay trajes negros, ni mantillas. Hoy la muerte es menos muerte. No escuchamos las campanas. Ya no envejecemos. Pasamos de la infancia a la madurez, la vejez está desterrada y la muerte… La muerte es cosa de otros, no nuestra.

El alzacuello vuelve a estar presente y acompaña, con su nota de color, la triste melodía campanera. Tolón…tan…tolón…tan… Retrocedo en el tiempo. Los recuerdos me sitúan en aquella época tan triste y gris como el sonido machacón del toque a muerto. Tolón… Las campanas anuncian un muerto, despiden a un vivo. Esta vez no lo hacen por mí. 

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13 jun 2017

La donación de Amancio Ortega nos divide

La donación de equipos oncológicos a la sanidad pública por parte de Amancio Ortega ha supuesto una confrontación entre los ciudadanos. Esos 320 millones han provocado agrios enfrentamientos, insultos y desprecios entre partidarios y detractores en las redes sociales, medios de comunicación y lugares públicos.

Opiniones como la del chulesco Carlos Herrera, y otras de igual tipo, no me merecen ningún respeto.

Antes de seguir quiero decir que yo acepto esa donación. Lo contrario sería tonto. Desde luego no es cuestión de devolverla.

Dicho esto, continúo.

No voy a hablar de cómo Amancio Ortega se ha convertido en una de las personas más ricas del mundo. No voy a discutir sobre la deslocalización de sus empresas. No voy a opinar sobre sus impuestos o los de sus empresas. No voy a comentar si en sus fábricas hay o no explotación infantil. No voy a considerar si tiene su fortuna en paraísos fiscales o no. No voy a averiguar si tiene intereses en empresas sanitarias o no. No me voy a plantear si esta donación lleva pareja una desgravación fiscal o no.

Voy a dejar de lado todo eso y las demás cuestiones colaterales.

Pienso que los servicios públicos son buenos y necesarios. La sanidad, la educación, las pensiones, entre otros, son servicios públicos imprescindibles. Estos servicios tienen que ser financiados con los presupuestos generales del Estado y la fuente de ingresos más importante, con enorme diferencia, deben ser los impuestos directos.

En esto no tengo dudas.

Hay quienes argumentan que no hay dinero suficiente. No estoy de acuerdo. La confección de los presupuestos generales o autonómicos clarifica la importancia que se da a unas cuestiones u otras.

Puede que si alguien ha llegado hasta aquí se muestre en desacuerdo con esta opinión. Permítanme que les recuerde algo que sucedió hace unos días: la aprobación de los Presupuestos Generales para el 2017. El Gobierno para sacarlos adelante realizó enormes concesiones económicas al PNV, en mucha menor medida a Nueva Canarias y aún menos a Foro Asturias. Ese reparto no fue en función de las necesidades sociales, se realizó por necesidad e interés del Gobierno. Por lo tanto si no hay dinero para determinadas necesidades es porque el Gobierno decide gastarlo de otra manera. Los mismo es aplicable a los gobiernos autonómicos.

Hay quienes razonan que con los equipos donados se detectarán muchos cánceres y eso salvará vidas humanas. Cierto. Ahora se me ocurre una pregunta: ¿por su falta se pueden haber perdido vidas?

Quienes se manifiestan a favor de la donación de Amancio Ortega claman por más aportaciones de este tipo. No estoy de acuerdo. Amancio Ortega es multimillonario desde hace muchos años y hasta ahora nunca hizo ninguna donación de este tipo. En España hay muchos millonarios que no hacen donaciones. Y además, vuelvo al principio, los servicios públicos tienen que cubrirse con los presupuestos y no con la voluntad de uno o unos individuos.

Nuestra salud no puede estar a la espera de una donación particular.

Se achaca a quienes no les parece bien la donación que no piensan, que no pensamos, en los enfermos. Estoy totalmente en desacuerdo. Pienso en los enfermos, yo puedo ser cualquier día uno de ellos, y por esa misma razón quiero una sanidad bien dotada de personal y equipamientos.

Repito, quiero una sanidad pública cubierta por los presupuestos generales con dinero proveniente de los impuestos directos. No quiero que la salud de los ciudadanos dependa de la voluntad de algunos individuos.

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12 jun 2017

Santorini, el balcón volcánico


Santorini es un enorme balcón con unas vistas preciosas. Lo que hoy vemos son los restos de una explosión volcánica que dejó como testimonio una hermosa caldera. A esa lejana erupción atribuyen, entre otras cosas, el ocaso de la civilización minoica.

Santorini o Thera es pequeñita: 73 kilómetros cuadrados.  La laguna central nos cuentan que tiene unos doce kilómetros de longitud y siete de anchura y está rodeada por unos acantilados de unos 300 metros.
Les aseguro que desde algunos sitios mirar para abajo da un poco de miedo. Bueno, a mí me lo dio.

Llegamos a Santorini en barco. Desde Mykonos son unas tres horas navegando entre islas. Ya saben, la Cícladas. Nos detuvimos en Paros y en Ios.

En Mykonos tuvimos que esperar casi una hora por el ferry. Ya nos lo advirtió el conductor que nos acercó al puerto: “esto es Grecia”. Navegamos rápido y no teníamos opción a asomarnos a la borda. Grandes cristaleras nos permitieron ver el paisaje.

Entramos en la caldera de Santorini con un cielo encapotado y mirando hacia arriba, no para ver las nubes, que también, sino para contemplar dónde está encaramada la capital de la isla: Fira.

Una carretera muy pendiente nos llevaría hasta arriba. Nada más subirnos al coche que nos dejaría en el hotel comienza a llover, ¡Y de qué manera! Una tromba de agua de cuidado. En todo el trayecto no paró. El agua corría por la carretera como un río desbordado. Buen comienzo.
Igual que vino se marchó.


El hotel está mirando a la caldera. La vista es impresionante. Son esas panorámicas las que atraen a los turistas y por ello todos los establecimientos asoman al precipicio.


Fira es un laberinto de calles plagadas de tiendas, incluidas un montón de relojerías, además de infinidad de bares y restaurantes. Los comercios se encuentran en las callejuelas más internas, los bares y restaurantes dan al mar. Todo está dispuesto para que los guiris consumamos. En eso no se diferencia de cualquier otro lugar turístico.

Un estrecho camino al borde del precipicio nos permite observar la caldera y Fira desde múltiples puntos de vista. A cada paso todo se parece y todo cambia. Cuesta arriba, cuesta abajo. Subir y bajar escalones. Llega a cansar. No importa, seguimos, el paisaje lo merece.

Cada dos pasos una foto, una autofoto. En muchos puntos se forma cola. Todos queremos una toma magnífica y no vaya a ser que otro la capte y nosotros no.

Desayuno, comida y cena mirando a la caldera. Ensalada griega, moussaka y calamar no falta en ninguna carta. Y eso del yoyur griego no es otra cosa que nuestro requesón sin azúcar. Cerré los ojos y es a lo que me supo.

Los transbordadores y cruceros desembuchan y se tragan oleadas de ansiosos fotógrafos. Entre ellos bastantes recién casados. Los más frikis son los asiáticos. Estos meten en su maleta los trajes de la boda, se embuten en ellos, contratan a un fotógrafo y Santorini les sirve como marco incomparable para su reportaje de boda. Oigan, que no vimos a una pareja, ni dos, ni tres, ni cuatro, ni cinco, vimos a seis parejas en un día haciendo ese reportaje. Los empericotan de tal manera que los espectadores temíamos por su integridad.
Tanta subida y bajada pone a prueba mis piernas. Tengo que seguir haciendo fotos.

Desde Fira cogemos un autobús para acercarnos a Ia. Está a unos doce kilómetros. El pueblo es precioso y de aquí son la mayoría de las fotografías que vemos de Santorini.

Blanco, amarillo y crema pastel, blanco, más blanco, azul. Terrazas y cúpulas fijan nuestra mirada, más abajo el despeñadero, luego el mar.

Ia me encantó. Ni un papel por el suelo. Las inevitables subidas y bajadas son obligadas para aprehender su belleza.

Las cámaras fotográficas echan humo, los móviles arden. La estrechez de los lugares obliga a la espera para realizar la ansiada foto. Merece la pena. Desde aquí la caldera parece otra.


En el extremo del pueblo se encuentra el mirador en el que todos los días se agolpa muchísima gente para extasiarse viendo la puesta de sol. La vista desde aquí es… ¿ya dije preciosa? Pues eso y más.

Fotos, fotos, fotos.

En algunas terrazas se ven a gentes metidas en unas minúsculas piscinas. No importa el tamaño.

Tiendas, relojerías, bares, restaurantes, una librería… Todo muy guapo. De verdad, en Ia todo es hermoso.

El lugar es tan pintoresco que son muchas las parejas que se regocijan fotografiándose hasta la extenuación. Les aseguro que pocas veces vi tantos fotografílicos.

La isla se recorre en poco tiempo. Los viñedos están por todos los lados. Es una variedad antigua y adaptada al terreno volcánico. Su producción es muy escasa y el precio de los vinos muy caro.

El tiempo pasa, se termina. Santorini hizo estragos en mis piernas. Mereció la pena.


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10 jun 2017

Mykonos, la isla del pelícano


Pues no, no me encontré con Petrus II. Ni en el puerto de Mykonos ni en las calles adyacentes. O estaba de vacaciones o se escondió de mí. ¿Qué no saben quién es Petrus II? Pues el sucesor de Petrus. No se trata de ningún pope, es un pelícano. El primero, Petrus, era el famoso de verdad,  el segundo fue una importación. No sé qué habrá sido de él, no lo vi.

Retrocedo. Para llegar a Mykonos, desde Atenas, tomamos un transbordador que iba llenito de gente. No solo éramos turistas. Las bodegas se tragaron unos cuantos camiones y coches. Cinco horas de navegación que se hicieron entretenidas, la verdad.

Como el Alsa entre Oviedo y Tineo, hizo paradas. La primera en la isla de Siro. Se veía un pueblo bastante grande y guapo. Descendieron algunos vehículos y también pasajeros. Todo muy rápido. Subieron al barco un par de hombres vendiendo algo que creímos que era un postre típico de la isla. Lo llevaban metido en una gran bolsa blanca y no se veía. Anunciaban a voz en grito su mercancía, pero nuestro griego es bastante deficiente. El barco arrancó con ellos dentro.

Un rato más tarde, la segunda parada: Tinos. Mucho más pequeño y con algo menos encanto. Eso me pareció a mí. En esta se bajó menos personal. Casi todos parecían habitantes de la isla.


Como podrán imaginar, en una y otra los guiris nos agolpamos en la borda para hacer fotografías.

Vuelvo. La capital de Mykonos es Chora, Jora o Χώρα – impresionante mi dominio de las lenguas -. Es un pueblo para caminarlo. Sus preciosas y laberínticas calles están pintadas de un blanco impoluto. Hasta el suelo, de grandes losas, tienen las separaciones pintadas de blanco. Dicen que cada vecino se encarga del mantenimiento de su fachada y el entorno de sus casas.


Los edificios son de dos alturas, con puertas, ventanas y las barandillas de las escaleras de acceso a esas plantas superiores pintadas. Toques de color azul, sobre todo, y rojo rompen esa blancura. Los tejados son planos.

Da igual por donde andes, una callejuela da acceso a otra. Algunas son estrechas, otras muy estrechas. No es posible perderse. Con algunas vueltas, y un mínimo sentido de la orientación, acabas saliendo al puerto. Petrus II no aparece.

El pueblo está muy limpio. Los barrenderos que no vimos en Atenas los encontramos en Chora.

Mykonos vive para el turismo, del turismo, y lo saben cuidar. Sus tiendas están muy bien presentadas y con ropa muy guapa. Nos recordaron a las italianas. No faltan las joyerías ni las tiendas de recuerdos. Pero eso sí, todas bonitas. Los restaurantes y bares son también muy acogedores.

No se tarda mucho en recorrer el pueblo. Hay que tomárselo con tranquilidad y saborearlo.


Callejeando acabas sin darte cuenta en la zona que denominan la pequeña Venecia. Se trata de un conjunto de casas construidas al borde del mar, de ahí le viene el nombre. Todas tienen su correspondiente bar o restaurante con vistas al mar. Entre las terrazas y el mar queda un estrecho pasillo en el que nos cruzamos los turistas. Al llegar la tarde la gente se arremolina en esta zona para ver la puesta de sol.


Un poco más allá, en una ínfima loma, hay cinco molinos de viento. Verlos y acordarse de don Quijote es todo uno.

Llegados aquí perdí la cuenta del número de fotografías que hice. No me basta con la cámara, uso también el teléfono.

Las estrechas calles - ya saben, para evitar el excesivo calor - nos dan la sorpresa, inicialmente, de albergar una, dos, tres pequeñas iglesias. En algunas ocasiones pegadas unas a otras.


Según cuentan por ahí, y quiero decir por internet, esas iglesias eran ofrendas de los antiguos moradores de la isla, que dedicados a la piratería, ofrecían levantar una iglesia si les sacaban del problema de turno. Dado el número de ellas, más de 360 y la isla supera las mil, según leí por algún lado, muchos piratas debió haber y en muchos líos se metieron. La más importante es la de Panagia Paraportiani, que realmente son cinco iglesias unidas. Todas ellas mirando al mar.

No faltaron un montón de fotografías.

La isla es pequeña, unos 90 kilómetros cuadrados, y se recorre fácilmente en coche. No hay problemas de tráfico. El personal se lo toma con tranquilidad y adelantan cuando pueden. No resulta estresante conducir.
Después de la Chora el pueblo más importante es Ano Mera, donde se puede visitar el Monasterio de Panagia Tourliani.

La isla es bastante monótona. No hay vegetación ni cultivos, excepto alguna chumbera o higuera. Eso sí, vimos dos vacas. Dos, ni una más ni una menos.


Las playas no son espectaculares. Las más famosas, la Super Paradise o la Paradise pues bueno. Como playa nos gustó más la de Kalafati. La Super Paradise tiene un chiringuito bien montado en el que por las noches se desmadran. De la vida nocturna no tengo ni idea.

Se lee por todos los lados que Mykonos es la Ibiza del Egeo.  Ni por el paisaje, incluyo las calas, ni por la juerga - en Ibiza se ve a todas horas - ni por las infraestructuras – Ibiza está sobrecargada – se parecen.
Otro lugar común es el de paraíso sexual. Pues vale. El sexo, al igual que la religión, cada uno, o cada dos, con el que le da la real gana.

Χώρα es un pueblo precioso. Nos encontramos muy agustito. Por más que lo intenté, no encontré a Petrus II.

Dejamos la isla con la cámara y la retina inundada de imágenes. Los sentidos, satisfechos, provocarán con el tiempo recuerdos agradables. Para eso viajamos.

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Mykonos, la isla del pelícano by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.