1 dic 2021

¿Maldición o desamparo en el suroccidente? 

 


Fotografía cedida por Demelsa Álvarez 


  Se ha consumado el temor de los vecinos del suroccidente. Las dos vías de comunicación más importantes de la comarca, la N-634 y la AS-15, están cortadas. La primera como consecuencia del derribo del puente de La Barrosa debido a sus malas condiciones. Un puente con diez años de antigüedad. No hay fecha para su reapertura. Ahora la AS-15, a la altura de Soto de la Barca (Tineo), en la que un argayo la mantendrá intransitable a saber durante cuánto tiempo. En este último caso tenemos que lamentar la muerte de una vecina de Allande, María Luscinda Mon, su esposo resultó herido. La AS-15 es una carretera muy peligrosa, desgraciadamente no es la primera víctima que se cobra.
  Los vecinos del suroccidente venimos quejándonos de forma reiterada por el estado de las vías de comunicación, ¿se trata de una maldición o de desamparo? No hay maldición que valga. Estamos desamparados. Nos quejamos de la dejadez política, de tal cosa hay que hablar. El mantenimiento de las carreteras de esta zona es inaceptable, es peligroso, es mortal.


 Fotografía cedida por Demelsa Álvarez 


  El presidente Adrián Barbón ha dicho, según informa El Comercio, que es indecente afirmar que el accidente fue por falta de mantenimiento. Pues tendrá razón, pero en general las carreteras carecen de la conservación necesaria. Eso sí, dejó bien claro que el argayo se produjo «fuera de todo dominio público de seguridad». Abundó en explicaciones e indicó que el derrumbe tenía que ver con el cambio climático y que de ahora en adelante tendremos que asumir que se van a producir argayos siempre. Según su aserto anterior, como muchos estarán fuera de todo dominio público, viviremos con el temor de que un argayo nos caiga encima como aquellos irreductibles galos que vivían con el miedo de que se les cayese el cielo encima. Si eso sucede culparemos a los dioses.
  Adrián Barbón pidió no hacer política con la desgracia, tiene razón, yo no hago política con la muerte de María Luscinda Mon, la hago con la situación de las carreteras del suroccidente, de todas ellas, y con las respuestas que se están dando a sus gravísimos problemas.
  El consejero de Cohesión Territorial, Alejandro Calvo, se desplazó a la zona del mortal argayo y fue el primero en manifestar que la rotura se produjo fuera del dominio de la carretera, o lo que es lo mismo, fue para echar balones fuera. Esa «aclaración» no tocaba en ese momento. No tuvo tampoco empacho alguno en declarar, refiriéndose al puente de La Barrosa, que la solución «es técnica, no política» Y lo dijo tan tranquilo. Imagino que los ingenieros estarán encantados con es declaración. Señor consejero, no se ría de los ciudadanos del suroccidente.
  Otro que ha puesto paños calientes es el alcalde de Cangas del Narcea, José Víctor Rodríguez. No es extraño, se debe a su partido y a su futuro político. El señor alcalde cangués esgrimió las inversiones realizadas en la AS-15 y con satisfacción – imagino – ilustró a toda Asturias que esa carretera recibió inversiones en 2019 y 2020 y que la zona no está totalmente aislada ya que se puede circular por la antigua N-634. Tampoco se pone colorado. Libran que no les crece la nariz.
  Los vecinos tendremos que desplazarnos, como la mejor solución dentro del desastre, por la antigua carretera de La Espina, plagada de curvas y en mal estado, que ahora con el incremento de la circulación de vehículos de todo tipo se volverá aún más lenta y peligrosa. Los vecinos de Tineo es la que estamos utilizando últimamente.
  En el suroccidente han cerrado las minas, la térmica de Soto de la Barca; tenemos una emigración imparable, una población envejecida y no se han articulado medidas paliativas. Ahora sumamos la casi incomunicación, el seguro incremento de los tiempos de los desplazamientos y el aumento de los gastos en combustible. No es una buena imagen para atraer inversiones o visitantes. Quienes pueden abandonan la zona ante las manifiestas carencias.
  Hay responsables, desde luego que los hay. Los políticos, los de aquí, los de Oviedo, los de Madrid que han abandonado a su suerte al suroccidente. No pueden decirnos que un puente se construirá a lo largo del 2022 y quedarse tan tranquilos. Así lo dijo en su momento la Delegada del Gobierno en Asturias, aunque la última noticia, según la señora Delegada, es que lo van a arreglar en breve. Veremos. No pueden «vendernos» las inversiones en la autovía Oviedo-La Espina cuando llevan 22 años en su ejecución ¡y los que nos quedan! No pueden decirnos que en el 2019 y 2020 se aseguraron los taludes en la AS-15 y se realizaron obras cuando seguimos transitando por una carretera peligrosa y con uno de los índices de siniestralidad más elevados.
  ¡Que no nos cuenten milongas!
  Tienen que dotar de un presupuesto adecuado, y realista, a la dichosa autovía para finalizarla; tienen que acometer actuaciones en la AS-15 para que deje de ser una trampa para los conductores. Las obras en una y otra tienen que ejecutarse con urgencia, con inmediatez.
  No busquen disculpas. Es cuestión de voluntad política y de presupuestos. El suroccidente agoniza y lo van a llevar a la tumba ante la triste y apática mirada de sus moradores.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario