Había una vez en un lugar no muy lejano,
pongamos que hablo de Tineo, un niño que quería ser astronauta. No sabía de
donde le venía esa inclinación, pero ahí estaba. Con los años ese deseo no
cesó. Cuando los mayores le preguntaban ¿Juan, qué quieres ser de mayor? él
respondía rápido y seguro: astronauta. El pequeño Juan creció y siendo muy
joven pensó que la mejor forma de conseguirlo, o al menos intentarlo, era
hacerse ingeniero aeroespacial. Dicho y hecho. Hoy aquel niño es ingeniero, sí,
ingeniero aeroespacial, lo había decidido en el bachillerato. Se llama Juan
Arias Suárez (Tineo, 2001). Es tímido, lo percibí nada más saludarnos. Nos
conocíamos de vista pero nunca nos habíamos tomado un café juntos, la
diferencia de edad contribuyó a ello.
Realizó sus primeros estudios en el Colegio
El Pascón de Tineo y el IES Concejo de Tineo. Tineo, al igual que todo el
suroccidente, tiene muy pocos ciclos formativos, y a pesar de ello contamos con
un buen número de jóvenes que salen muy preparados y optan por estudios de gran
nivel. No es fruto de la casualidad, sin duda es cuestión del esfuerzo personal
de cada uno de ellos.
Juan cree en el trabajo, en la constancia.
Los desastrosos resultados de PISA nunca fueron con él. Como tampoco con su hermana, María,
estudiante de medicina, también con buenas notas. Perdieron a su madre siendo
unos niños, tres y cuatro años, y fue Toni, Antonio, su padre, el que sacó
adelante a la familia en solitario. Juan está tan orgulloso de su padre como
este de él, apostilla que no solo él, su hermana también lo está. Se le nota en
la forma de decirlo.
La universidad le llevó a Madrid, a la Carlos
III. Ha sido, es, un estudiante de excelentes notas. Toda la carrera la realizó
en inglés. La Comunidad de Madrid le concedió en 2023 un Premio de la
Excelencia.
La llegada a la universidad supuso su vuelta
al deporte, al judo, al boxeo y al taekwondo, se le nota, está fuerte. El
ejercicio como necesidad para aliviarse de las tensiones del estudio.
El joven soñador se fue al país donde dicen
que los sueños se pueden cumplir – sin comentarios - Estados Unidos. Estuvo un
año en la Universidad de Purdue, en Indiana, que tiene unos programas de
aeronáutica y astronáutica de prestigio mundial, entre sus distinguidos
exalumnos se encuentra Neil Armstrong, quien con cinco años empezó a volar con
su padre. Allí realizó tercero y la mitad de cuarto. Su paso por Purdue fue
posible gracias a sus buenas notas. Le concedieron una beca de movilidad que le
permitió realizar los estudios en esa universidad con lo que pagan de matrícula
en España. Vamos, un chollo dado los precios de las universidades
estadounidenses. Me cuenta que los estudios allí son muy prácticos, dedican más
tiempo al trabajo que al estudio y les realizan un seguimiento de sus progresos
de forma continuada.
El proyecto fin de grado lo hizo en España.
Empeñado en hacer realidad su sueño se
desplazó a realizar un máster de dos años a Toulouse, al ISAE (Institut
Supérieur de l´Aéronautique et de l´Espace). Los requisitos para acceder al ISAE son un buen currículum y con
posterioridad pasar una entrevista. En ese máster hay 150 alumnos de los cuales
solo cinco son franceses. Recalca el aspecto práctico de los estudios de otros
países frente a la preponderancia de la teoría en España.
Entramos en cosas más prosaicas como es el
coste de la vida en Toulouse. La habitación le sale más barata que en Madrid y
la comida es incluso más barata, lo cual es de agradecer. Las ayudas que
recibió son bienvenidas, no es un «hijo de papá».
Juan está centrado en las aplicaciones de los
satélites, en sistemas de comunicaciones de satélites. Colabora en un proyecto
de investigación que tendrá como finalidad comprobar si hay agua en la luna
mediante unas «cajas» que se desplegarán desde un robot. Competirá con otros a
nivel internacional y ya se verá si ganan el concurso o no, pero el mero hecho de participar en él le
hace estar muy contento.
El deseo de ser astronauta surge en varias
ocasiones. Le pregunto lo más evidente ¿no te daría miedo? « No tendría miedo,
sería increíble cumplir mi sueño».
Su sueño más inmediato, cuando finalice su
formación, es trabajar en Airbus Getafe y de ahí ya se verá.
El
niño que soñaba con ser astronauta se ha convertido en un joven que trabaja por
estar cada día más cerca de él. Quién sabe, tal vez un día Tineo podría tener
un vecino que nos contemple desde el espacio. Le deseo que su sueño se cumpla y
aunque no sea posible que no deje de soñar.
Los sueños a veces se cumplen, sólo hay que tener constancia y querer,mis felicitaciones a Juan,pero también a Toni y a María,sois un gran equipo 😘😘
ResponderEliminarEn un tiempo de jóvenes quejumbrosos tenemos un ejemplo de joven esforzado y proactivo. Bravo.
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