Publicado en La Nueva España el 27 de febrero de 2018
Es de noche. Van en coche.
Imagínenlo, por favor. De pronto las líneas de carretera desaparecen. Es como
si se adentrasen en una cueva. Se sobresaltan, es normal. Sigan imaginándolo,
por favor. En sentido contrario viene otro vehículo. Las luces les confunden
aún más. No tienen ninguna referencia. No dejen de pensar en esa situación.
Cada cierta distancia más de lo mismo. En alguno de esos tramos “cegados” hay
reflectantes en la medianera, pero sólo en algún tramo. Las líneas a su derecha
no existen.
Se hacen una idea ¿verdad? Pues
eso es lo que pasa y sufren quienes transitan por la AS-15, al menos en el
tramo que va desde el cruce de La Florida (Tineo) hasta Cangas del Narcea.
El corredor del Narcea, la AS-15,
es una carretera bastante peligrosa. Y no lo digo yo, lo atestiguan el número
de accidentes que en ella se producen, demasiados han sido mortales.
A mediados de diciembre pasado,
si no recuerdo mal, se iniciaron las obras de asfaltado de este tramo. El
invierno ya estaba encima.
Se fresaron tramos de carretera,
aquellos que consideraron más estropeados, y los levantaron todos a la vez. Con
esta medida cada poco había que frenar el coche y dar unos pequeños saltos.
Algún que otro neumático lo pasó mal. Y así se pararon las obras durante unos
quince días. Es cierto que acompañó mal tiempo, pero no sé que esperaban cuando
comenzaron las obras.
Tal vez tuvo que ver – y así me
lo contaron – que la empresa adjudicataria tenía a su disposición una máquina
que se “comía” el asfalto. Y, tal vez, por esa misma razón abrieron todos los
tramos a la vez.
Tardaron su tiempo, y como todo
llega, al final asfaltaron. Pero aquí no acaba esta historia.
En algunos tramos, los menos,
colocaron reflectantes en la medianera de la carretera. Las líneas laterales se
les olvidaron.
Y llegó la nieve. Echaron sus
horas para despejar la carretera de los árboles y ramas caídos. La empresa
concesionaria es la responsable de lo que sucede hasta que se acabe la obra.
Diez o doce días después de las nevadas los márgenes de la carretera todavía
tenían restos de árboles y piedras.
En estos momentos la obra está
parada. Aunque tampoco debe extrañarnos ya que nos dijeron que tardarían siete
meses en ejecutarla. A este ritmo tendrán que pedir una ampliación del plazo.
Siempre nos quedará la duda, al menos a mí, de los motivos de este parón.
Mientras estas cosas suceden los
que tienen que velar por los intereses de los ciudadanos están a lo suyo, que
no es lo nuestro.
Los detalles, incluso los
pequeños, son importantes. Si hablamos de la cosa pública a través de ellos
podemos detectar quienes nos prestan atención y nos respetan.
La reparación del corredor del
Narcea es, una vez más, la demostración palpable del escaso interés por el
suroccidente asturiano.
Sí viajan por esta carretera de
noche tengan mucho cuidado, nadie se va a responsabilizar de lo que les pueda
pasar.
El corredor del Narcea, una vía peligrosa by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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