Nishino busca el amor, ¿lo busca?
No lo tengo claro. Tras leer Los amores
de Nishino de la escritora japonesa Hiromi Kawakami (Tokio, 1958) parece
que sí, aunque la muerte, vía suicidio incluida, ronda a Yukihiko Nishino. Pero
eso lo vamos viendo según avanzamos en la lectura.
- Cuando
vaya a morirme, quiero que tú me veles.
- Eso se los dirás
a todas – respondí sin darle importancia, y Nishino, en un tono serio pero
habitual en él dijo:
- No es cierto.
El protagonista no es Nishino. Lo
son cada una de las diez mujeres que nos cuentan, en primera persona, su
relación con él. Nishino adquiere relevancia a través de los sentimientos de
esas mujeres, él es un mero instrumento que usan y apartan de ellas.
Aunque podríamos decir que son
once mujeres pues aunque esa onceava sólo aparece de forma tangencial en una de las
historias es determinante para comprender a Yukihiko Nishino.
Las narraciones transcurren con
esa delicadeza japonesa que nos cuesta creer a los occidentales.
Nishino deja un poso muy
relevante en cada relación pero hay algo que
las impulsa a alejarlo. “Quizá no me guste, pero estaba enamorada de él”. Tras
un tiempo las relaciones se rompen, las rompen ellas. Le encuentran virtudes
pero…: “Se comporta de un modo impasible, pero se puede decir que se lo
trabaja, susurré. Eso es. Me caía simpático. Nishino, el que se comportaba de
un modo impasible, pero era aplicado y trabajador”. Una tras otra se obsesionan
con él e indefectiblemente lo abandonan: “Empezaba a sentir algo por Nishino.
En el momento menos pensado, me enamoraría de él. Pero no lo amaría. Jamás lo
amaría. Yo misma lo había decido”.
Cuando parece que cada una de
ellas está más atrapada en la red que teje a su alrededor Nishino es cuando
ellas desbaratan la relación. Es encantador y al mismo tiempo carece del tacto
que parece necesario: “Te daba los mimos deseados. Te reñía del modo deseado.
Cosas que, como son triviales, ningún hombre consigue desempeñar con éxito. Él
las realizaba sin ningún trabajo. Era un tipo odioso. Tanto para los otros
hombres como para las mujeres”.
Una curiosidad: le reconocen que es un hombre aseado: “Para empezar, Nishino era un hombre apuesto. Después, era aseado. Además, era amable y cortés. Y para terminar, trabajaba en una buena empresa”.
Una curiosidad: le reconocen que es un hombre aseado: “Para empezar, Nishino era un hombre apuesto. Después, era aseado. Además, era amable y cortés. Y para terminar, trabajaba en una buena empresa”.
Son varias quienes lo repiten. Me lleva a pensar que igual no está muy extendida la limpieza, al menos entre los hombres. ¡Quién lo diría!
Las relaciones personales,
sexuales y el amor visto por mujeres. Me gustó. Se lee fácil.
Después de todo esto ¿se puede decir que Nishino no es el protagonista? Pues cada uno lo verá a su manera. Por cierto, la novela termina con cuatro interrogantes.
No me gusta destripar los libros, lo mejor que pueden hacer es leerlo. Acérquense a su
biblioteca pública o librería más cercana.
La búsqueda de Nishino by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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