Hacia tiempo que no leía una
novela policíaca de algún escritor nórdico. Es más, en las últimas ocasiones
que me puse a ello los dejé sin contemplaciones. Son todos muy parecidos. No
los diferencio.
Esta vez me obligué a llegar
hasta el final de El último acto de
Mari Jungstedt. Más de lo mismo.
Esta es la undécima novela
protagonizada por el inspector Anders Knutas. Aunque llegó a finales del año
pasado a España se publicó en 2012. En Suecia ya salieron otras tres novelas
más de la serie de Gotland. Una al año, más o menos. Cómo churros.
Pues bueno. Pues vale. Vamos, que
no. Floja. Previsible. No me motivó.
La fórmula nórdica sigue
funcionando. No sé si en la misma medida que hace unos años, pero en España se
siguen publicando en cantidad.
La imagen que tenemos por estas
tierras es que en los países nórdicos el único problema que tienen es el frío.
Pues no. Según nos cuentan el índice de violencia es importante y aunque tienen
la mayor igualdad de género de Europa, lo que es decir del mundo, también
poseen los índices más altos de violencia de pareja.
Por si esto fuera poco, tienen
unos datos de criminalidad de los más elevados de Europa.
Las drogas también son un
problema y entre ellas el alcohol gana por goleada. Solo hay que ver a los
suecos, para mí son todos suecos, en Canarias. ¡Dioses, cómo beben!
Hablando de Canarias, Knutas se
desplaza a Mogán, en Gran Canaria, y menos mal que Mari Jungstedt pasa
temporadas en esa isla y cree “que soy una española en un cuerpo sueco”. ¡Menos
mal!
Total, que tenemos una sociedad,
la sueca, muy solidaria por un lado y con grupos cada vez más xenófobos y
violentos – nazis - . Una sociedad permisiva en lo sexual como ninguna y al
tiempo con mucha violencia en las relaciones de pareja. Una sociedad que no se
libra de la corrupción y de los crímenes.
Ya se empieza a explicar la proliferación de tanta novela policíaca.
Ya se empieza a explicar la proliferación de tanta novela policíaca.
Tras la trilogía Millennium de
Stieg Larsson nos inundaron las novelas vikingas. Reconozco que antes de esta
saga de Larsson yo solo leía a Henning Mankell, que para mí es otra cosa. Y que
conste que me leí Millennium, los tres, y me entretuvieron.
En El último acto hay muertes, amor, celos y paranoias. Todo ello
ambientado en el mundo de la prensa y el teatro.
Por cierto, por lo que conozco
muchos de los protagonistas de estas novelas tienen problemas psicológicos o
trastornos mentales serios. ¿Realidad social o recurso literario? Recurro a san
Google y veo que sí tienen una tasa de suicidios bastante elevada en Suecia,
aunque similar a los países de su entorno.
Esta novela me sirvió para
recordarme que es eso de las jornadas de Almedal – lo he visto escrito como Almedalen
- de lo que había leído algo hace tiempo.
El origen de esos encuentros
políticos, que tal son, se remontan a la época de Olof Palme. A partir de 1982
el Partido Socialdemócrata Sueco empezó a organizar seminarios en Almedalen y
el resto de partidos, organizaciones no gubernamentales, sindicatos, medios de
comunicación se sumaron. Adquirió tanta relevancia que son miles de personas
las que asisten a estos encuentros para debatir sobre política.
¡Igualito que aquí!
Al final no hablé de la novela.
Tampoco da para mucho. Por favor, no me crean, léanla y así tendrán su opinión.
Seguro que la encuentran en su biblioteca pública o librería más cercana.
Novelas policíacas nórdicas a mogollón by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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