Hablan de solidaridad, de
justicia distributiva, de redistribución equitativa, de amparar a los más
desfavorecidos… Y una mierda. No pido perdón. Repito: y una mierda.
Ahí tenemos los presupuestos generales
del Estado para 2018 que demuestran que son insolidarios, injustos, parciales y
dañinos para una inmensa mayoría de españoles. Así de claro.
El PNV en su línea de siempre, y
como antes hizo también Convergencia y Unió, mediatizan la política española de
tal forma que el resto de las comunidades autónomas salen perdiendo siempre. Y
a pesar de todo siempre están llorando. ¿Qué tendrán qué decir los extremeños?
¿Qué tendremos qué decir los asturianos? ¿Qué tendrán qué decir…?
No es de ahora, los presupuestos
se negocian por intereses políticos, por necesidad política de quien gobierna,
no por el bien de los ciudadanos en general.
Dirán que con estos presupuestos
se mejorarán las pensiones, el salario de los funcionarios, los policías
locales se podrán jubilar antes – yo también quiero –, que habrá más dinero
para luchar contra la violencia machista y... Se quedarán contentos. Pues allá
ellos.
Votaron a favor Ciudadanos, PNV,
Unión del Pueblo Navarro, Foro Asturias, Coalición Canaria y Nueva Canarias.
Ciudadanos en su línea.
Unión del Pueblo Navarro,
franquicia del PP en Navarra, exigió que los presos etarras no se acercasen al
País Vasco.
Los canarios están exultantes ya
que han logrado un descuento en los viajes en avión y barco para los residentes
del 75 %. Pero no acaba ahí su ganancia. El Gobierno central aceptó el pago del
cien por cien del coste del transporte de mercancías entre Canarias, con la
península y la Unión Europea, que incluya el retorno vacío y tenga carácter
retroactivo a 1 de enero de 2016. Aún hay más. El transporte del plátano
contará con ayudas de diez millones de
euros en 2018, pero además tendrá carácter retroactivo al 1 de enero de 2017 y
será indefinido. Según Nueva Canarias esto supondrá un ahorro para los canarios
de 400 millones de euros por año.
Foro Asturias con su apoyo
garantizó el ancho europeo y los requisitos de alta velocidad entre Asturias y
Madrid. Esperan que las obras finalicen en 2020. Fruto de su ardua negociación
lograron 53 millones de euros más para Asturias, patria querida.
Y llegamos al Partido
Nacionalista Vasco (PNV). Ya saben, los que no apoyarían los presupuestos
mientras estuviese en vigor el 155. Ah, pero ellos saben de buena tinta que eso
va a durar poco y además por “responsabilidad” y “poniendo los intereses de la
ciudadanía de Euskadi por encima de los del Partido Nacionalista Vasco” cambiaron
de opinión y dijeron a Rajoy que sí, que muy bien, que los aprobaban. Y los
aprobaron.
Lo hicieron pensando en toda
España. Además del fin inminente del 155 basan su bandazo en evitar “el abismo
a la situación política española y catalana”,
y en que no quieren “perder la capacidad de influir a favor de una
solución dialogada para Cataluña”. Estoy emocionado, más aún lo deben de estar
los catalanes. Su último razonamiento es para “hacer valer el compromiso con la
Agenda Vasca y con el desarrollo y modernización de Euskadi”.
Hay que retroceder un poco en el
tiempo, no mucho.
En enero de 2017, según informó
el periódico Deia, el lehendakari Urkullu remitió una carta al presidente Rajoy
en la que realizaba doce demandas de la denominada “agenda vasca”.
En esa carta, y según Deia, el
lehendakari solicitó a Mariano Rajoy que se ensanchase el autogobierno a través
del pacto entre partidos vascos y el Estado. En ese pacto está metido el
Partido Socialista Vasco. Tendrían que completar las transferencias pendientes
que recoge el Estatuto de Gernika y poner fin a los recursos contra las leyes
vascas y la aprobación de normas españolas de carácter básico que se entrometan
en las competencias autonómicas.
A esto sumaban la negociación del
Cupo. Eso ya está listo y ventilado. Incluía el desarme verificado y completo
de ETA. Otro tema zanjado. También reclamaba Urkullu adecuar la política
penitenciaria dentro del marco legal vigente. Dicho de otro modo está pidiendo
el acercamiento de los presos de ETA.
Reclamaba el lehendakari, según
Deia, el impulso al acero vasco, reforzar la construcción naval, revitalizar
los aeropuertos, tratar los problemas del sector pesquero y poner fin al
retraso en las obras del AVE, además de soterrar el tren en las tres capitales
vascas. Ahora me acuerdo de Murcia.
Aún tenemos que rememorar lo que
el PNV logró en 2017. Reclamaba 1600 millones de euros por el Cupo Vasco, se
quedaron en 1400 millones. ¡Qué pena! Eso sí, firmaron un cupo, para un lustro,
de 956 millones de euros, 540 menos que en 2016. ¡Les tocó la lotería! Les
recuerdo que el Cupo es la cantidad que el País Vasco tiene que pagar cada año
al Estado por los servicios que este presta en su territorio por las
competencias no transferidas.
Consiguieron, en 2017, una
reducción de la tarifa eléctrica para sus grandes empresas y una inyección de
3380 millones de euros para la alta velocidad.
Cómo aún no era bastante el
Partido Popular se abstuvo en Euskadi para que el PNV aprobara sus
presupuestos.
Ayer el PNV votó favorablemente
los presupuestos del Partido Popular
devolviendo los favores recibidos, los que van a recibir y los que recibirán
más adelante. Ese apoyo se traduce en 540 millones de euros más para
Euskadi, e insisten en impulsar el tren
de alta velocidad y otras infraestructuras estratégicas además de lograr “una
tarifa eléctrica justa para las industrias vascas” y fomentar “numerosas
iniciativas en los ámbitos de I+D+i, la cultura y el medio ambiente”.
Tanto del tren de alta velocidad
como del precio de las tarifas eléctricas para la industria sabemos mucho en
Asturias.
Todo va cuadrando. Ven, así se
explica, entre otras cosas, que Euskadi sea una de las zonas más ricas de España.
Tienen un trato privilegiado, por razones estrictamente políticas, que es
claramente perjudicial para el resto.
El Partido Popular traga con todo
con tal de mantenerse en el poder. El PNV se aprovechó del PSOE, ahora del PP.
No son mejores que los demás, sencillamente exprimen a los gobiernos estatales
cuando se encuentran en minoría.
Miren, no me jodan – no pido
perdón – en Asturias tardamos más de veinte años en tener una autovía que nos
comunicase con Galicia y Santander. No tenemos tren de alta velocidad. Las
comunicaciones con la meseta tardaron años y paños en finalizarse y solo hay
que ver el estado de la autovía entre León y Benavente que nos comunica con
Madrid. Solo tienen que ojear los periódicos asturianos para toparse con las
protestas empresariales por el precio de las tarifas eléctricas. El aeropuerto
de Asturias tiene los precios más altos de España en sus comunicaciones con
Madrid -los vuelos han sobrepasado los seiscientos (600) euros en muchas ocasiones-. Hablar del puerto
de El Musel es para echarse a llorar. De los problemas producto del
envejecimiento y la despoblación en Asturias ni mentarlos. ¿Quieren que siga?
No me toquen los cojones – no
pido perdón – que no me venga la derecha nacionalista vasca y catalana
quejándose y llorando de lo injustos que somos con ellos. No me venga el
Partido Popular a vender la moto y el PSOE está mejor calladín.
Estoy harto del trato que
recibimos en Asturias, pueden preguntar también en Extremadura y otras
comunidades. Un viaje por nuestra España y nos daremos de bruces con la
discriminación.
Ah, y no me toquen las narices con
los subsidios, las pensiones, prejubilaciones o similares. No me entren en la
guerra de agravios. Repito, dense una vuelta por España.
No me fastidien y dejen de hablar
de solidaridad, equidad o redistribución.
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