Publicado en La Nueva España el 3 de julio de 2018
Quién sabe, tal vez a los pies
del Carbayón de Valentín se inhumaron los restos de algún antiguo morador de
esas tierras. A su sombra, tal vez, se reunieron los lugareños para hablar de
sus cosas, incluso se dilucidaron disputas, se bendijeron uniones o
separaciones. Habrá sido testigo de amores eternos o fugaces. Quién sabe, tal
vez.
Sus raíces guardan en lo profundo
de la tierra esos secretos.
Otean el horizonte sus poderosos
brazos y contemplan el ritmo cansino de las vacas paciendo. Tal vez, quién
sabe, el carbayón nos observa y vea con tristeza como discurre nuestra vida y
se preguntará… ¡yo qué sé!
La soledad es su vida. Ya no es
el centro de su pequeño mundo. Es una reliquia en la que de vez en cuando se
pierde algún curioso. Se acercan a él con intención de abrazarlo. Vano intento.
Harían falta muchas manos unidas para conseguirlo y estos no son tiempos de
muchos vínculos y menos aún de abrazos. El carbayón es tan inabarcable para un
hombre como la historia que contempló.
Atesora una larga vida. El tiempo
ha retorcido y plagado de excrecencias su tronco como la artrosis en los viejos
cuerpos. Ahí sigue. Las ramas buscan el cielo y las raíces lo fijan con
firmeza. No se rinde. Se aferra a la vida.
A su vera hay una pequeña
capilla. Ya se sabe la tendencia del cristianismo por asimilar lugares de culto
pagano. Quién sabe sí algún aspirante a druida realizó conjuros estériles a su
cobijo. La conjunción de carbayu y ermita es fruto de la Historia, y esa es
inamovible.
Voy a visitarlo cada cierto
tiempo. De vez en cuando un coche o un tractor perturba el silencio. Una esquila
marca un ritmo monótono. Dejo transcurrir el tiempo. Me escucho. A veces no me
gusta lo que me digo.
El Carbayón de Valentín se
encuentra en el Concejo de Tineo. Antes de entrar en el pueblo de Gera,
dirección Tineo-Pola de Allande, una
desviación a la derecha les indicará la ruta.
Un oxidado cartel les informará
que su antigüedad supera los 500 años y que ya se citaba en documentos
anteriores al descubrimiento de América, sin más detalles. Fue declarado
Monumento Natural por Decreto del Principado de Asturias 73/1995, de 27 de
abril. El perímetro del tronco es de 10,25 metros , la
altura 9 metros
y el diámetro de la copa 16
metros . El árbol tendrá ahora unas dimensiones algo
mayores, no creo que haya encogido ¿o
sí?
El carbayón se merece una visita.
Eso sí, por favor, respeten el entorno y si les apetece denle un abrazo.
La magia del Carbayón de Valentín by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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