Permítanme que comience con una
obviedad: en este país quienes soportamos la mayor fiscalidad somos los
trabajadores con nómina. Ahora me saltarán a la yugular los autónomos, los
pequeños empresarios. Pues no lo hagan, por favor. Los trabajadores con nómina son fáciles de
controlar y más fácil aún resulta recaudarles.
Ya sé lo difícil que es ser
autónomo y pequeño empresario, los riesgos que corren, lo que trabajan y todo
lo que deseen. Por favor, no mezclen uno con otro. Yo me voy a referir a los
bancos y mi primera afirmación la mantengo.
Dicho esto, que todo hay que
intentar clarificarlo, voy a contarles mis últimos “descubrimientos” que son
fruto de haber visto que infoLibre
está dedicando una serie de artículos titulados Los privilegios fiscales de la banca
escritos por Begoña P. Ramírez. Por cierto, hay que hacerse socio para poder
leerlos. De todas formas, en internet hay mucha información.
El tema de los impuestos es un
debate permanente. Es una cuestión que nos afecta a todos y todos opinamos.
Segunda obviedad: a nadie le
gusta pagar impuestos.
No conozco a nadie que le guste
pasar por caja. En todo caso a mí me
gustaría pagar mucho ya que eso supondría que tendría muchísimo. Eso decimos.
Pues no es cierto. Los que más tienen son los que más defraudan. No hacen falta
ejemplos.
La llegada de Pedro Sánchez a la
presidencia del Gobierno hizo saltar las alarmas. Nada nuevo. Son los de
siempre y como siempre que no gobierna la derecha. Pues no sé por qué.
Les recuerdo que Sánchez defendió
la modificación del artículo 135 de la Constitución. En un artículo publicado
en El Periódico, Pedro Sánchez
argumentó que "nunca creí que lo que diferenciara a la izquierda y la
derecha fuese el tamaño del déficit público. La estabilidad de las cuentas es
un principio de buen gobierno"; "La
estabilidad no está reñida con la justicia social, al contrario, la alimenta al
garantizar la sostenibilidad del Estado del bienestar”.
Lo
dijo él y ahí está. ¡No sé a qué viene tanto temor!
El Presidente anunció que quería
subir los impuestos a la banca y las empresas tecnológicas y los de siempre se
tiran al monte. Ya se les olvidó que Mariano Rajoy fue el Presidente que más
subió los impuestos en este país.
La idea, al parecer, es obtener
más ingresos con nuevos impuestos a la banca, entre ellos uno específico con el
fin de mejorar las cuentas de la seguridad social. No será el único. Hablaron,
los responsables socialistas, de la “fiscalidad verde” con el que se aumentarán
los impuestos al gasóleo para acercarlo progresivamente al precio de la
gasolina. Anunciaron también la eliminación de exenciones, bonificaciones y
deducciones a las grandes corporaciones. Quieren pasar en el Impuesto de
Sociedades a un tipo efectivo del 15% y no del 12% de media que están pagando.
Dice mucho de la actual situación que hoy se recauden unos 20.000 millones de
euros al año, cuando antes de la crisis eran 40.000 millones. Otro de los
incrementos quieren hacerlo en el IRPF para quienes ganen más de 120.000 euros al
año. A mí no me va a afectar, a la mayoría de los ciudadanos tampoco.
Bien, podemos argumentar a favor,
en contra o todo lo contrario. De momento lo único que sube es el gasóleo. O lo
que es lo mismo, un impuesto indirecto que nos grava a todos por igual. ¡Esto
es justicia distributiva! Para los más inocentes, léase con ironía.
Por lo que se refiere a la
“fiscalidad verde” se está tratando en la Unión Europea, no es algo exclusivo
de España.
¡Y llegamos a la madre del
cordero!: los bancos.
Los bancos españoles más
importantes se han negado, faltaría más, a que se implante un nuevo impuesto
dirigido específicamente a ellos, “ya pagan suficientes impuestos”.
Según se lea la información que
proporcionan unos u otros medios de comunicación la cosa cambia mucho.
Periódicos económicos y páginas especializadas dan cifras de los impuestos que pagan los bancos que no se
corresponden con lo dicho por otros. Periódicos como Expansión o páginas como Bolsamanía,
muy liberales ellos, le hacen la ola al sistema bancario. Público o infoLibre,
incluso El País, proporcionan otros
datos que los anteriores obvian o no consideran relevantes. Como ejemplo vean
el título de un artículo de Expansión
del pasado 7 de julio: “Quince “golpes” del Gobierno a las empresas”. Toda una
declaración de intenciones.
Dejando de lado a los palmeros,
he comprobado que el Impuesto de Sociedades les ha resultado a devolver, para
el conjunto de la banca en los últimos diez años, a pesar de que ganaron 84.000
millones de euros.
No es un invento. Estos datos los
ofrecen las propias entidades bancarias en los informes que remiten a la
Comisión Nacional del Mercado de Valores, referidos al período que va del 2008
al 2017. Esto incluye a los seis grandes bancos: Santander, BBVA, Caixabank,
Bankia, Sabadell y Bankinter. Por cierto ¿ven cómo los bancos españoles se
internacionalizan? Añaden a su nombre una “k” y asunto arreglado.
Por si esto fuera poco, la
factura fiscal de ese período, 2008-2017, contemplando globalmente la banca, ha
generado un saldo a su favor de 164 millones de euros.
Es bueno recordar que el pasado
mes de abril el Gobierno, gobernaba el señor Rajoy, estimaba que para 2018 el
Impuesto de Sociedades tendría unos ingresos un 45,8% inferiores respecto a los
del 2007. ¡Bien! Ese porcentaje trasladémoslo a euros. El Gobierno de Rajoy,
con su Montoro a la cabeza, estimó unos ingresos de 24.258 millones de euros
por ese Impuesto de Sociedades. ¿Saben cuánto se recaudó en 2007? Se lo digo:
44.823 millones. Una pequeña diferencia ¿verdad? Ya saben, léase con ironía.
Los Presupuestos Generales del
Estado para 2018 contemplaron unos ingresos de 210.015 millones de euros. De
esa cantidad, 110.996 millones procederán de impuestos directos (IRPF,
Sociedades y otros); por impuestos indirectos 96.923 millones.
¿No les resulta curioso que estén
tan próximos los ingresos por impuestos directos e indirectos? ¿Les tengo que
recordar la falta de equidad que eso supone?
Hablando de recordar, les
recuerdo que los presupuestos vigentes fueron elaborados por el Partido Popular
de Mariano Rajoy y asumidos por el PSOE de Pedro Sánchez.
Echando una ojeadita a las
informaciones publicadas en el mes de abril, cuando el ministro Montoro
presentó los presupuestos, los medios de comunicación hablaron largo y tendido
sobre ellos. Veamos lo que dijeron algunos.
Expansión: “La presión fiscal subirá hasta el 38,3 en 2018” . “En el Impuesto de
Sociedades, la magnitud de los beneficios fiscales se sitúa en 3453 millones de
euros, lo que representa un alza del 62,3%”.
SEMANAeconómica.com: el Partido Popular “sube los ingresos
fiscales, pero modera la presión tributaria”.
elEconomista: “La presión fiscal subirá en 2018 por segundo año
consecutivos, hasta el 38,3%”.
ABC: “Hacienda prevé que los ingresos por IRPF crezcan seis veces
más que los sueldos”.
Eso sí, estos medios suelen
utilizar expresiones como “el Gobierno se vio obligado”, cuestión que no tiene
nada que ver con lo de Pedro Sánchez que hace las cosas por mala leche y
antiespañol. ¡Uy! qué tontería, ya se me había olvidado, son los
presupuestos del Partido Popular.
Metidos en materia veamos cómo
anda eso del Impuesto de Sociedades en el País Vasco y Navarra, por aquello del
cupo.
En 2017 PNV (Partido Nacionalista
Vasco) y PSE (Partido Socialista de Euskadi) pactaron una rebaja fiscal en el
País Vasco y lograron el apoyo del Partido Popular a los presupuestos. Está
bien refrescar la memoria.
Allí, en el País Vasco, acordaron
rebajar el Impuesto de Sociedades del 28% al 24% para las grandes empresas y
del 24% al 20% a las pymes, en un plazo de dos años a partir de su entrada en
vigor.
Navarra, casi sin darnos cuenta,
va por el mismo camino. En 2018, según el
Diario de Navarra, ingresará en 2018 un 62% menos que en 2007 por el
Impuesto de Sociedades.
Curiosamente – ironía, por favor
– los ingresos por IRPF aumentaron en un 28% desde el año 2010. No hay duda de
que el esfuerzo fiscal recae, en mayor medida, en las rentas del trabajo.
En Navarra tenían la intención –
no sé si se llevó a la práctica - de modificar la compensación de las Bases
Imponibles Negativas para permitir a las empresas con pérdidas reducir su carga
fiscal durante los quince años posteriores.
Así y todo, los empresarios
navarros se quejaban de pagar mucho a Hacienda. El ministro Montoro afirmaba
por su parte que el Impuesto de Sociedades de Navarra era el más bajo. Pues me
parece a mí que los empresarios no tienen razón. En 2006 a través del Impuesto
de Sociedades se recaudaron en Navarra 518,5 millones de euros, en 2017, hasta
septiembre, llevaban recaudados 132,75 millones. No, va a ser que no tienen
razón.
Queremos mejores servicios
sanitarios, educativos o mejores infraestructuras, incluidas autovías o AVEs a tutiplén. ¿Cómo lo pagamos?
Abominamos del impuesto de sucesiones, del de sociedades por “injustos”. Nos
cargan los impuestos indirectos, los más injustos de los impuestos, y ahí las
críticas se reducen a un taco cuando ponemos gasolina al coche y poco más. Han
logrado que muchos, muchísimos, ciudadanos denuesten los impuestos directos que
son los que van sobre la riqueza personal. Tenemos que incluir en ellos el de
sucesiones puesto que significan un incremento individual de la riqueza, da
igual la procedencia de esa herencia.
A más impuestos indirectos más
desigualdad social, pinten cómo lo pinten. La pobreza no es sólo económica.
Quiero terminar con unas
declaraciones de un consejero delegado de una de las grandes entidades
financieras, no decían su nombre: “Los bancos que ahora existen no han sido los
causantes de la crisis”. Y no sé quedó ahí, añadió que han colaborado en pagar
parte de los destrozos causados por los demás. Así, con dos cojones.
Impuestos, bancos y pagamos los de siempre by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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