Confieso que el título no me dijo
mucho. Tal vez será que no le pillé el tranquillo. No importa, ese es mi
problema. Esto viene a cuento del último libro de Eduardo Mendoza que se titula El rey recibe, primero de la trilogía Las Tres Leyes del Movimiento.
Confieso, ¿no será mucha
confesión? Sigo. Les confieso que Eduardo Mendoza me gusta mucho, mucho. Me
enamoré de María Coral, personaje de La
verdad sobre el caso Savolta, novela que me entusiasmó. Luego vendrían El misterio de la cripta embrujada y las
otras andanzas del detective sin nombre. Curiosamente hubo quien tildó a estas
novelas humorísticas como obras menores del autor. Desde luego se lució.
Mendoza continúa en esa línea de
mezclar realidad histórica con fantasía. La novela recorre el período que va
desde 1960 hasta 1975, el asesinato de Carrero Blanco. Su protagonista es Rufo
Batalla, personaje un poco “tontaina y quejica” en palabras del autor.
Juan Cruz entrevistó a Mendoza
para El País y clarifica posibles
equívocos: “las anécdotas son inventadas, aunque hay un recorrido por mi vida.
Pero insisto en que el personaje no soy yo, ni siquiera soy yo disfrazado”.
Aclarado queda.
En esa misma entrevista Eduardo
Mendoza explica el papel del narrador, que no es uno, son tres: “En realidad el
libro tiene tres narradores. El protagonista narra a ras de suelo lo que a él
le va pasando. El segundo narrador, que soy yo, es el que cuenta lo que pasa
históricamente. Y un tercero (siempre soy yo, claro, porque yo he escrito el
libro) que es el fantasioso, el que vive esta aventura de reyes que quieren
reconquistar reinos medievales, que es algo que me ha acompañado toda la vida”.
Con esta información que nos
proporciona el autor tenemos las claves necesarias para leer el libro con mayor
comprensión.
El recorrido histórico junto a
las opiniones que se vierten no tienen desperdicio. Nada lo tiene en la novela.
Para los que no hicimos la mili,
sobre todo para los más jóvenes que ya no saben ni lo que era eso, se nos
ilustra: “Dos años de servicio militar, una parodia de virilidad hecha de
brutalidad y jactancia, no habían hecho más que confirmar la sensación íntima
de desamparo”.
Marxismo, educación, comunismo,
fascismo, democracia, arte, justicia, individualismo, homosexualidad… desfilan
por las páginas de El rey recibe. Es
un repaso a lo sucedido en esos quince años del siglo pasado con una visión
crítica.
Ejemplos de lo anterior hay
muchos, permítanme que traiga aquí algunos: “La política carece de validez y de
futuro, como las ideas y creencias que la sustentan. El patriotismo es un
engaño, la democracia una estafa”. ¿Es opinión del autor o del personaje? Es
una tontería, no sé para qué me lo pregunto. Creo que cada lector lo debemos
interpretar como mejor nos parezca, faltaría más. Eso no quiere decir que no
haya escuchado opiniones similares a esta muchas veces, sigo oyéndolas.
El príncipe Tadeus Maria
Clementij Tukuulo -¿Tukuulo?- nos deja frases muy interesantes cargadas de
cinismo y quien sabe sí de realidad: “Viajo con lo puesto y de mi reino llevo
conmigo lo esencial: el servicio de inteligencia y el clero. Un estado de
bolsillo”. ¡Qué cada uno saque la conclusión que quiera!
El staretz (entre los ortodoxos es una persona, imagino que siempre
hombre, que desempeña la función de consejero y maestro) de Tukuulo puede
recordarnos a esos curas trabucaires tan nuestros: “El servilismo es una virtud
en declive. Y sin la humillación de los de abajo, ¿cómo van a exaltarse los de
arriba?”.
Por favor, déjenme que les
transcriba otra parrafada de este staretz:
“La educación es el caballo de Troya de la civilización cristiana. Antes la
mayoría sabía leer y escribir lo justo, contar lo justo. El resto se lo
enseñaba la tradición, la experiencia y la palabra de Dios por boca del clero.
Los conocimientos se ajustaban a la condición de cada ciudadano, a su oficio, a
su vida y a su medio. Ahora pululan por todas partes miles de graduados
universitarios sin trabajo, sin dinero y sin futuro, pero convencidos de
saberlo todo. Henchidos de su valía personal, se les puede embaucar con halagos
y comprar con golosinas. Esta traerá la decadencia y el caos”.
¿Les suena? Entronca con
opiniones de los creacionistas y semejantes, que haberlos haylos.
Todos conocemos esa frase de spain is different, incluso en más de
una ocasión la hemos utilizado. ¿Saben quién la puso en circulación? Vean:
“Fraga Iribarne inventó una fórmula sencilla que lo solucionaba todo: spain is different. Este slogan, necio
pero brillante, tuvo un efecto galvanizador en una España deseosa de adquirir
una nueva identidad después de un largo túnel de depauperación, tristeza y
vergüenza. En apariencia, la frase es un reclamo dirigido al extranjero; en
realidad, fue un mensaje dirigido a todos los españoles”.
Pues va a tener razón. No creo
que la vuelva a repetir en el sentido que le damos normalmente.
Así podría recoger muchas más, no
lo haré. Léanlo por favor.
El libro cuenta con muchos textos
multilingües a modo de intertítulos. Les recuerdo que Google tiene traductor y
bien que lo agradecemos los torpes en idiomas. Bueno, vale, en más cosas
también.
El príncipe exilado y aspirante a
rey, Tukuulo, explica a Rufo Batalla el origen del país que aspira a reinar.
Historia jocosa y fantasiosa, o no
tanto, que se introduce de rondón en lo que se está narrando. Salvando las
distancias no pude dejar de pensar en El
Quijote y sus historias intercaladas.
Por algún lado leí que los otros
dos volúmenes los tendremos en los próximos tres años. Los espero.
Siempre recomiendo a Eduardo
Mendoza, lo hago nuevamente. La novela es mucho más que esto. Léanlo y formen
su opinión.
Lo tienen disponible en su
librería preferida, en las bibliotecas públicas en breve.
¿A quién recibirá el rey? by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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