La euforia desatada en el Partido
Popular contrasta con el desconcierto, y cabreo en muchos casos, de una mayoría, creo, por la
oposición de la Fiscalía a que el Tribunal Supremo investigue a Pablo Casado
por el asunto del máster.
No me salgan con Pedro Sánchez.
La Fiscalía ha dicho a la jueza
que investiga el caso, Carmen Rodríguez Medel, que archive la investigación ya
que “no existe dato alguno que avale, ni siquiera de forma indiciaria” que
Casado hablara con Álvarez Conde. ¿Lo recuerdan? Ya saben, Enrique Álvarez
Conde el exdirector del Instituto de Derecho Público de la Universidad Rey Juan
Carlos, del que conocemos sus andanzas. Pues bien, para la Fiscalía no hay
indicios de nada punible. ¿De verdad qué no hay indicios? ¿No es suficiente la
trayectoria demostrada del susodicho señor Conde? Ah, claro, en la Fiscalía son de un
ingenuo total. ¡Disculpados!
Por si esto no fuera suficiente
lo del cohecho ni mentarlo. Es un delito prescrito y por tanto nanai de la
China. Pues bien, estar estará prescrito pero nos quedamos con las ganas de
saber si lo hubo o no.
Ya lo entiendo, seré torpe. El
señor Álvarez Conde es un altruista. Consciente de la alta responsabilidad de
los políticos se lo puso fácil para que consiguiesen un papelito que no
vale para nada. Era imprescindible que
estos personajes dedicasen su tiempo a actividades más elevadas y
trascendentes. Gracias señor Álvarez Conde.
Con toda candidez su señoría Carmen
Rodríguez Medel preguntó a la Fiscalía que hace con tres compañeras de Casado
en ese máster. Aprobaron el puñetero máster sin ir a clase, igualito qué
Casado; sin entregar trabajos, ¿cómo Casado?; y con dieciocho convalidaciones,
coincidencia con … han acertado, con Casado. Además una de ellas afirmó que le
habían regalado el máster, ¿a Casado no?
Hay o no hay indicios.
Señoría, la Fiscalía actuó
correctamente. Usted sabe que existe una pequeña diferencia, un detalle
insignificante, Pablo Casado está aforado. Se le había olvidado ¿verdad? Usted,
señoría, le pregunta que hace con esas tres mujeres. Le responderán que ese es
su problema, ellas no están aforadas y por lo tanto no tienen nada qué decir.
Bueno, por sí alguien se tensa
voy a contarles algo gracioso: el artículo 14 de nuestra Constitución dice que
“los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación
alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra
condición o circunstancia personal o social”. Ven, seguro que ahora se sienten
mejor.
La cosa está más que clara. Da
igual cómo lo pinten. El aforamiento es una flagrante injusticia. El que exista
una competencia jurisdiccional especial para determinadas personas en razón de
su cargo es impresentable.
Este caso es el último ejemplo de
su desvergüenza. Imagino que esas tres mujeres estarán que se suben por las
paredes. Eso sí, estoy tranquilo ya que el gobierno de Sánchez va a realizar
alguna modificación en eso del aforamiento, pero de abolirlo para todo dios de
eso nada de nada. Ya saben, los políticos seguirán estando aforados en el
“ejercicio estricto de sus funciones y durante el ejercicio de su mandato”. Lo
dicen y se quedan encantados. Está justificado, faltaría más, y así lo hacen
diputados socialistas como Gregorio Cámara que defendió esta salvedad argumentando
que el aforamiento es “una garantía frente a los posibles excesos de la
acusación popular que no existe en otros países”. Tiene toda la razón. El
populacho es muy rencoroso y vengativo. ¡Desagradecidos!
Casado ya ha dicho que la verdad
siempre se abre paso. Oigan y no se inmutó. Debe ser un gran jugador de póquer.
Aprovechando la coyuntura exige con más brío explicaciones a Sánchez sobre su
tesis y doctorado.
Llega el invierno. La energía
eléctrica está carísima y los datos de la pobreza energética se dispararán aún
más. Tranquilos, con estas historias de másteres y mentiras se encenderá el
personal y estarán bien calentitos.
Vean para qué sirve el aforamiento by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
No hay comentarios:
Publicar un comentario