11 dic 2018

Sapiens infeliz


“¿Hay algo más peligroso que unos dioses insatisfechos e irresponsables que no saben lo que quieren?”

Perdonen que les destripe el final de Sapiens, de animales a dioses: breve historia de la humanidad de Yuval Noah Harari pero es de la infelicidad de lo que trata este libro. Esos dioses insatisfechos e irresponsables somos nosotros.

Que no se me olvide, la traducción es de Joandomènec Ros. El libro fue publicado en 2011 y en España en 2014.

El título puede despistar a más de uno y hacerles pensar que es un libro de Historia, pues se equivocarán. No encontrarán una retahíla de fechas, datos o acontecimientos, aunque algunos hay pero no demasiados. Se encontrarán también con cuestiones biológicas y de evolución de los sapiens, religión, economía, ciencia… de todo un poco para llegar a la conclusión de que hemos sido unos malos bichos y no somos felices.

Vamos, la alegría de la huerta.

Se equivocarán otra vez. No es un libro tremendista ni mucho menos apocalíptico. Se lee muy bien. Entretenido con detalles de humor. Lenguaje sencillo, lo cual no significa nada más que eso. Sus interpretaciones pueden causar un cierto desconcierto, o no, pero te hace pensar.

El triunfo de los Homo sapiens sobre otras especies supuso un único vencedor a costa de todos los demás. Tras el proceso evolutivo recorre lo que denomina la revolución cognitiva para pasar a la revolución agrícola, marcada por el patriarcado, y posteriormente da el salto a la globalización y la formación de los imperios para acabar con la revolución científica.

Se le pueden achacar saltos históricos enormes, lagunas, olvidos que nos pueden chirriar y un largo etcétera pero creo que volveríamos a errar. Harari construye un discurso lógico, bien argumentado y desde luego sobre el que se podrá discutir, pero eso no le resta un ápice de interés.

Hay muchos libros mucho más sesudos, lo digo en el sentido de contenidos a la par que aburridos, que me han motivado mucho menos. Repito que es entretenido y un poco provocador.

Lo que distingue a sapiens del resto de las especies es la capacidad de inventarse relatos imaginados que son aceptados por los demás. Los mitos no son solo los clásicos, hoy estamos cargados de ellos y con ellos construimos nuestra convivencia.

La verdad es que no salimos muy bien parados. Yuval Noah Harari nos coloca frente a la crueldad que ejercemos sobre los animales domésticos o cómo nos hemos cargado miles y miles de otras especies.

Las religiones, los países, la economía… todo es un invento cultural asumido globalmente.

Toca muchos temas: “Así pues, tiene poco sentido decir que la función natural de las mujeres es parir, o que la homosexualidad es antinatural. La mayoría de las leyes, normas, derechos y obligaciones que definen la masculinidad o la feminidad reflejan más la imaginación humana que la realidad biológica”.

Parece que no hemos aprendido mucho: “En cambio, la mayoría de la gente vive hoy siendo capaz de cumplir con éxito el ideal capitalista-consumista. La nueva ética promete el paraíso a condición de que los ricos sigan siendo avariciosos y pases su tiempo haciendo más dinero, y que las masas den rienda suelta a sus anhelos y pasiones y compren cada vez más. Esta es la primera religión en la historia cuyos seguidores hacen realmente lo que se les pide que hagan. ¿Y cómo sabemos que realmente obtendremos el paraíso a cambio? Porque lo hemos visto en la televisión”.

Cierto y triste ¿verdad?

Harari considera que las ideologías políticas son religiones. Viendo el fanatismo político de algunos se pueden equiparar a los que adoran a esos dioses etéreos e inmarcesibles con obtusa cerrazón.

En lo político parece bastante escéptico: “La mayoría de las ideologías y programas políticos actuales se basan en ideas bastante triviales acerca del origen real de la felicidad humana. Los nacionalistas creen que la autodeterminación política es esencial para nuestra felicidad. Los comunistas postulan que todos seremos dichosos bajo la dictadura del proletariado. Los capitalistas sostienen que solo el libre mercado puede asegurar la mayor felicidad para el mayor número al crear crecimiento económico y abundancia material y al señar a la gente a confiar en sí misma y ser emprendedora”.

¡A todos nos suenan estas canciones!

Sí, Harari me hizo pensar.

“Tal como hemos visto, nuevas aptitudes, comportamientos y habilidades no sirven necesariamente para tener una vida mejor. Cuando los humanos aprendieron a cultivar la tierra en la revolución agrícola, su poder colectivo para modelar su ambiente aumentó, pero el sino de muchos humanos individuales se hizo más cruel”.

Tampoco la revolución científica ha supuesto, en opinión de Yuval Noah Harari, un incremento de la felicidad, más bien al contrario, le pone muchas pegas. Reconoce las mejoras materiales, faltaría más, pero en lo emocional nos falta mucho. Creo que somos muchos los que pensamos lo mismo.

Se lo recomiendo. Es fácil de leer, ameno y si tiene ganas de pensar, en algunos momentos fuera de los cánones más usuales, pónganse con él.

Termino como empecé y acaba Sapiens, de animales a dioses: breve historia de la humanidad: “¿Hay algo más peligroso que unos dioses insatisfechos e irresponsables que no saben lo que quieren?”

Una ojeada a lo que sucede en Europa, en el mundo, nos confirma la verosimilitud de esta pregunta retórica.

En su biblioteca pública o librería preferida lo podrán encontrar.

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