Tengo mi maleta preparada. Solo
podemos llevar una. Me asomo a la terraza y entreveo movimiento en los
edificios de enfrente. Ya tenía ganas de que llegase la Gran Trashumancia. En
una hora pasarán a recogerme. No hay cambios. Nos embarcarán por ciudades,
distritos y calles. Me toca de los últimos. Tengo tiempo. Me acuerdo de Euro,
mi última novia virtual. La llamo. Está a punto de terminar. Nos saludamos con
cariño. Le propongo un rato de sexo, acepta. Nos despedimos y quedamos en
contactar cuando lleguemos a Tierra de la Luz.
Espero que el transbordador sea
cómodo y rápido. La última vez nos metieron a tres millones en una antigualla. Comprendo
que no es fácil trasladar a la población al sur, pero el Collegium Pontificum tenía que controlar estas cosas. Han mejorado
la rapidez de la Gran Trashumancia, en una semana realizaremos el traslado. Somos
más diecisiete mil millones.
Es un alivio dejar el frío norte.
Estos últimos seis meses han sido duros. El Covid-5467.3456 no se propaga con
las bajas temperaturas y eso nos tranquiliza. Desde hace cien años sabemos que
cada seis meses muta, cuando sale el sol, y es cuando tenemos que migrar. El
calor lo vuelve letal. En el sur, en Tierra de la Luz, la temperatura es
agradable, pero no tanto como para encabronar al covid.
Cuando lleguemos todo estará
desinfectado. Las brigadas de esterilización son eficaces. Desharemos la maleta
y ya instalados. Me gusta vivir allí, en el norte hace demasiado frío.
Me han ofrecido un ascenso. No sé
si lo aceptaré. No me apetece pasar mi jornada laboral en una granja de
trabajo. Aunque si me niego el comisario de barrio me puede mandar a un
apartamento más pequeño. Creo que aceptaré el puesto. No me vendrá mal, hace
tres años que no tengo contacto físico con nadie fuera de la trashumancia. Mi
trabajo de programador de nivel 3 en la sección de reciclaje de basuras es muy
absorbente.
Se me está ocurriendo que podía
solicitar un permiso de tres días para recorrer algunos sitios de Tierra de la
Luz. Quién sabe, tal vez podría establecer una relación estable. No me hago
ilusiones.
Todavía falta media hora para
salir. Conecto las noticias. Un grupo de coviepidemiólogos están contando los
últimos avances. Los tres mil seiscientos canales están retransmitiendo lo
mismo. Menos mal ya terminan. ¡Ahora empiezan los opinadores! No entiendo que no
hayan abolido la profesión. Finalizo la conexión.
Ya es la hora. Cojo la maleta.
Abro la puerta. Frente a mí está Euro, acaba de cerrar la puerta de su
apartamento. Nos sonrojamos. Sonreímos.
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