29 mar 2021

¡Marchando una de parques eólicos para el occidente asturiano!


Las energías renovables tienen buena prensa. Son inagotables, no contaminan, pero como todo tienen algunos inconvenientes. El más visible, en el caso de los parques eólicos, es que son enormes y golpean la vista desde la distancia. Bueno, eso para los más tiquismiquis. Además protestan por la escabechina que producen entre las aves. Es más, se quejan de que los ruidos de las aspas molestan a los animales salvajes. No están conformes con nada, también se quejan de los caminos que se abren por los montes para poder levantar y mantener los eólicos.
  Eso pasa en el occidente y suroccidente asturiano. Ah, claro, en el resto de Asturias no los hay, hasta ahora.
  El 3 de marzo de 2021, el BOPA (Boletín Oficial del Principado de Asturias) publicó una disposición en la que se recogen las modificaciones de las Directrices Sectoriales de Ordenación del Territorio para el aprovechamiento de la energía eólica. Todavía están en la primera fase pero por ahí van las cosas.
  En esas modificaciones se recoge que las zonas de baja capacidad de acogida de parques eólicos eran la central y oriental, siendo de alta capacidad la zona que queda. No hay que ser muy listo para llegar a la conclusión de que se trata de la occidental.
  En las dos primeras, hasta esa fecha, no tenían instalado, ni tenían en trámites, ningún parque eólico.
  Por cierto, la disposición es de la Consejería de Industria, Empleo y Promoción Económica y de Medio Rural y Cohesión Territorial.
  Una de las propuestas que consta en las modificaciones es la de permitir parques eólicos en la zona central, de baja capacidad, dejando al oriente como está. ¿Razones? No constan, aunque no es muy difícil de suponer: el turismo. No creo que fuera muy buena la acogida de eólicos en la Sierra del Cuera, Sueve o los Picos de Europa, o a la vista desde las playas orientales.
  El sexto punto de la disposición es muy interesante: «Por otra parte para contribuir al desarrollo sostenibles de los concejos incluidos en el Plan Especial para los concejos del Suroccidente Asturiano 2015-2025 (Allande, Cangas del Narcea, Degaña, Ibias y Tineo), muy golpeados en el aspecto socioeconómico por el cierre de la actividad relacionada con el carbón (minería y centrales térmicas) se prevé, previa conformidad de los correspondientes ayuntamientos, abrir la posibilidad a permitir proyectos en zonas de esos concejos que, presentando un notable recurso eólico, actualmente están calificadas en las Directrices eólicas como de exclusión para la instalación de parques eólicos».
  Pues sí, con un par, el Gobierno asturiano mete en danza a los ayuntamientos para que den permiso para ubicar parques en aquellas zonas que hasta ahora estaban excluidas. ¡Vaya manera de colgarles el muerto! Los alcaldes, algunos por lo menos, encantados. Ya se encargarán las empresas de limar las reticencias de los alcaldes. ¡Se los van a comer!
  Más arriba mencioné que la disposición partía de la Consejería de Industria, pues bien, la directora general de Industria del Gobierno asturiano es Rosana Prada. Vale, el nombre no les dirá nada, a mí hasta ahora tampoco. Les diré que esta señora trabajó para Capital Energy/Green Capital Power, la empresa que opta a más de 40 proyectos eólicos en el occidente y suroccidente asturiano. ¡Vaya, qué casualidad!
  No sean mal pensados que los veo venir. El Gobierno asturiano niega que la Dirección General de Industria y su directora, la mencionada Rosana Prada, intervengan en ningún procedimiento administrativo para la creación de nuevos parque eólicos. Oigan, yo les creo. Desde esa consejería de Industria, y por lo tanto desde su dirección general sólo legislan sobre el sector. Para lo demás ya se ocupará la antigua empresa de la directora y las otras del sector. Por cierto, cuando finalice su etapa política ¿dónde creen que volverá a trabajar la señora directora? Ya no tendrá importancia.
  Los tiempos han cambiado y las opiniones también. En el año 2009 algunos alcaldes del occidente se oponían a la construcción de tanto parque eólico como proponía la Consejería de Industria, unos cuarenta.
  El alcalde de Taramundi de aquella fecha, Eduardo Lastra, pedía calma para poder analizar los proyectos. Él, y otros alcaldes, eran partidarios de aprobar aquellas propuestas de menor impacto y que no estuviesen cerca de las poblaciones. Por su parte, José Ángel Pérez, alcalde de Castropol y Eustaquio Revilla, alcalde de Grandas de Salime, mostraban sus reticencias.
   Lo dicho, eran otros tiempos.
  En la actualidad los alcaldes aplauden con las orejas a cada nueva petición para instalar otro parque eólico en su concejo y los que no los tienen naguan por ellos. Así el alcalde de Allande, José Antonio Mesa, o el de Tinéu, José Ramón Feito, están encantados con los eólicos. A más mejor, más dinerito para gastar. Quién demuestra estar ansioso es el alcalde de Cangas del Narcea, José Víctor Rodríguez. Don José Víctor afirmó en los medios de comunicación su satisfacción por la existencia de empresas que quieren «desarrollar proyectos para generar energía limpia en nuestro concejo».
  Los alcaldes de los Oscos-Eo están a favor de regular la llegada de los eólicos, aunque les preocupa y piden una actuación coordinada entre los concejos de la comarca.  Pues me parece a mí que lo van a tener complicado. Ya vimos lo que se pretende desde la Consejería de Industria, que no es otra cosa que el divide y vencerás. Bueno, ganarán las empresas que se van a encontrar con el terreno desbrozado.
  Estos parques no solucionan  problemas de empleo y generan escasos puestos de trabajo. En la fase de instalación se nota que hay más trabajadores, pero son especialistas que vienen de fuera de estos territorios. Cuando están en funcionamiento el mantenimiento lo realizan empresas foráneas, dado su alto nivel de especialización, y en todo caso con un par de trabajadores de la zona, para tareas menores, libran.
  Los ayuntamientos reciben unas cantidades, que los alcaldes reciben con las manos abiertas, pero que son ínfimas con respecto a las ganancias que se generan. Ese dinero, desde luego, no se queda en estos concejos.
  Con estas historias están queriendo tapar los ojos a los ciudadanos que se ilusionan, pero con el paso del tiempo descubrirán la realidad: no hay más puestos de trabajo. Para muestra tenemos Tinéu, donde se instaló el primer parque eólico de Asturias. Unos años más tarde nos los colocaron en la Sierra de Tinéu y desde la villa contemplamos cómo nos vigilan. Tenemos que agradecérselo a Marcelino Marcos, exalcalde de Tinéu y hoy Presidente de la Junta. En este concejo no apreciamos las ventajas para la ciudadanía.
  Los alcaldes hablan de la importancia de generar energía limpia, ¡y una leche! lo único que les importa son los ingresos adicionales que van a obtener, nada más. Así tienen más liquidez para sus ocurrencias.
  A la Consejería de Industria y a la de Medio Rural les viene bien ya que así engordan sus estadísticas económicas y pueden alardear de iniciativas empresariales para esta grandísima comarca.
  Oigan, no me opongo a ellos. Me molesta que no se estudie su ubicación de forma rigurosa, que nos los vendan como lo que no son y que pretendan especializarnos en otro recurso que no genera riqueza en la comarca occidental y suroccidental.
  Me reafirmo en mi opinión de que les importamos un pito. ¡Qué tristeza!

 

 

 

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