Una de las salas de la biblioteca pública de Tinéu
Un año más asistimos al desprecio
del Gobierno asturiano con la Red de Bibliotecas Públicas del Principado de
Asturias. Fíjense bien que el propio Gobierno autonómico las denomina red de
bibliotecas de Asturias.
Para que no les queden dudas
desde el rincipio les informo que para el año 2021 van a destinar 75000 euros
y otros tantos para 2022. 150000 euros para unas 130 bibliotecas. Esa es la
cuantía que se recoge en la Resolución de 10 de febrero de 2021, de la
Consejería de Cultura, Política Lingüística y Turismo y publicada en el BOPA
(Boletín Oficial del Principado de Asturias) del 26 de febrero de 2021. Se
trata de la primera modificación parcial del Plan Estratégico de subvenciones
para el ejercicio 2020-2022.
Vale, pero la primera en los
dientes.
No me paré a buscar lo que van a
aportar para incrementar los fondos de eBiblio Asturias. Da igual. Ese dinero
destinado a subvenciones a las entidades locales para la adquisición de libros
con destino a las bibliotecas públicas significa o bien ese desprecio o
desconocimiento, lo cual no es otra cosa que desprecio.
No es novedad. Año tras año
destinan exiguas cantidades al incremento de los fondos de las bibliotecas
públicas. La carencia de novedades, o su escasez, provoca un daño muy profundo
a estos servicios públicos. Desde luego prestar libros no es su única función,
pero sí una muy importante de cara a los sectores de población más
desfavorecidos que no los pueden adquirir por su cuenta.
Al gobierno regional se le olvida
que se trata de una cuestión de equidad. Las bibliotecas públicas son los
servicios básicos más democráticos que tiene nuestra sociedad para el acceso al
conocimiento y el entretenimiento. No debiera ni mencionarlo. Tendrían que
tenerlo grabado a fuego.
Lo más triste de esta situación –
repito que no es nueva – es que la consejera de Cultura, Política Llingüística
y Turismo de Asturias es Berta Piñán. Por sí alguien no recuerda quien es les diré
que es profesora de Lengua Castellana y Literatura y poetisa. Escribe en
asturiano. Esta puntualización no es baladí.
Cuando se habla de agravios o en
este caso desprecios, y por si no fuera suficiente con la cifra dada – se la
recuerdo, 150000 euros para dos años – voy a comparar. A los más sensibles les
informo que no pretendo que le quiten nada a ningún sector, sencillamente
informo y comparo. A ello voy.
En este mismo tiempo, año 2021 y
2022, la consejería de Cultura destinará al asturiano 1460320 euros. En esta cifra se engloban subvenciones para
la promoción del libro en asturiano o gallego-asturiano – a partir de ahora me
referiré al asturiano pero engloba también al gallego-asturiano - a los medios
de comunicación para la normalización social del asturiano, subvenciones a las
entidades locales para la normalización social del asturiano, a diversos
premios literarios en asturiano, a la Mancomunidad de la Sidra, a la de Cabo
Peñas, a la Fundación Parque Histórico de Navia, a la Fundación Valdés Salas.
También conceden 19400 euros a doce ayuntamientos, 19400 a cada uno, para sufragar los gastos del funcionamiento
de sus servicios de normalización lingüística. Lo hacen directamente, no vía
subvención. Asimismo, la consejería de Cultura sufraga los gastos de la
Universidad para la normalización lingüística y la subvención financia los
gastos de personal de dicho servicio y sus actividades. No consta el
presupuesto que destinan.
Insisto, comparar da una idea de
la equidad y la valoración que tiene el Gobierno asturiano de los distintos
servicios públicos.
Las bibliotecas públicas
necesitan presupuesto para seguir cumpliendo su función social, pero necesitan,
urgentemente, adaptarse a la realidad. La expansión, o mejor dicho, la
colonización de internet supone tener al alcance de un teléfono móvil toda la
información y eso es inabarcable. Si hasta hace poco tiempo los bibliotecarios
se encargaban de acercar la información y el conocimiento a todas aquellas
personas que se lo demandaban, con rigor y sin ningún tipo de interés – salvo el
de cubrir las expectativas de los usuarios – su papel en estos momentos es aún
más importante.
Las bibliotecas públicas como servicios
públicos abiertos a toda la población, sin ningún tipo de requisito o
restricción, y con unos objetivos claros de potenciación de los recursos
culturales y dinamización de la
comunidad tienen un amplio campo de trabajo por delante. Pero sin dinero y
compromiso político con ellas están abocadas a la desaparición.
Lamentablemente el Gobierno
asturiano les está dando la espalda, al igual que Berta Piñán, consejera de
Cultura, y los ayuntamientos. Para muestra ahí están los dineros que van a
destinarles.
¡Qué tristeza!
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