El pasado 31 de marzo Unicaja y Liberbank celebraron sus respectivas
juntas de accionistas en las que sus socios aprobaron la fusión de ambos
bancos. La integración comenzará en julio.
Bueno, no es cierto que se trate de una fusión, lo que realmente se
produce es la absorción de Liberbank por parte de Unicaja. Vamos, que Unicaja
se ha comido a Liberbank.
Las buenas noticias hay que celebrarlas, ¿cómo se hace en el mundo
bancario? Pues repartiendo dividendos. Así el banco malagueño repartirá el 50 %
de su beneficio de 2020, casi diecisiete millones de nada. La entidad asturiana
no quiere ser menos y distribuirá entre sus accionistas casi ocho millones de
euros. Eso son celebraciones y los demás cuento.
Con anterioridad a este acuerdo se habían producido dos intentonas que
no cuajaron. ¿Motivo? El reparto del poder.
Nuestros dos protagonistas habían engullido con anterioridad a varias
cajas de ahorros. Liberbank es fruto de la unión de las cajas de ahorros de
Asturias, Extremadura, Cantabria y Caja Castilla La Mancha. Esto sucedió en
2011. Por su parte Unicaja adquirió, en 2018, el Banco CEISS que estaba
integrado por las antiguas Caja España, Caja Duero y Caja Jaén.
La historia de la desastrosa gestión de las cajas de ahorros es por
todos conocidas. Ya sabemos que ese dinero no lo recuperaremos nunca. El
Presidente Rajoy y su ministro de economía, Luis de Guindos, nos mintieron.
Bueno, tampoco me sorprendieron.
Entre las cajas mencionadas más arriba Caja Castilla La Mancha recibió
ayudas públicas, antes de la absorción por Liberbank, por importe de 4215
millones de euros. El Banco CEISS recibió 1559 millones.
La banca española está dopada con millones de euros procedentes del
Estado, o lo que es lo mismo, con nuestro dinero. La banca privada, que se hizo
con parte del naufragio de las cajas, también se han visto beneficiados. La
mayoría de los ciudadanos se han resignado a perder ese dinero.
Leo en Cinco Días que Unicaja
y Liberbank estimaron su reestructuración en unos 540 millones de euros, de los
que una gran parte corresponde a ajustes de capacidad que en gran medida pueden
relacionarse con salidas de personal y cierre de oficinas. Los negocios
principales de estos bancos se centran en la cartera hipotecaria y… la
financiación de administraciones públicas. Por ejemplo, el Gobierno de Navarra
solicitó en poco más de un año, a estos bancos, un préstamo de 183 millones de
euros, de los cuales 143 a Liberbank y 40 a Unicaja.
¿Dónde quedaron aquellos objetivos de las cajas de financiar a los
ciudadanos y a las pequeñas y medianas empresas?
El banco resultante de la absorción se posicionará como el quinto banco
español en el ranking de activos y depósitos. Esto supone que Liberbank –
antigua Caja de Ahorros de Asturias, y las otras entidades mencionadas – se extinguirá
y su patrimonio pasará a formar parte de Unicaja Banco, que así se denominará.
En el caso de la Caja de Ahorros de Asturias, imagino que pasará lo
mismo más o menos con el resto, tenía acumulado un patrimonio de obras de arte
y algunos edificios emblemáticos en Asturias. ¿Qué pasará con el Palacio de
Revillagigedo en Gijón? No sé, al final lo acabarán vendiendo y siendo un hotel
de lujo.
Estas fusiones o absorciones acarrean despidos, en esta ocasión también.
Estiman que el nuevo banco tendrá unos 1900 trabajadores menos y cerrarán 400
oficinas, la mayor parte será de Unicaja.
El reparto del poder en Unicaja
Banco tiene los días contados. En el plazo de dos años, como máximo, la
presidencia ocupada por Manuel Azuaga, de Unicaja, se convertirá en no
ejecutiva y las funciones del consejero delegado, Manuel Menéndez, de
Liberbank, serán adaptadas y reevaluadas. El resto de los puestos, dieciséis,
se los repartirán a partes iguales, excepto uno que será ocupado por Manuel
González Cid, asesor del fondo de inversiones estadounidense Cerberus Capital.
Vaya, me parece que el futuro está planeado.
La participación de fondos internacionales en bancos españoles es, desde
hace años, algo normal. Ya saben, cosas de la globalización, sobre todo la
financiera. Unicaja estaba participada, entre otros, por los fondos
estadounidenses FMR LLC y el Wellington Management, el noruego Norges Bank y el
británico Lansdowne Partners. Liberbank tiene como accionistas a la sociedad de
capital riesgo anglomaltesa Oceanwood Capital Management, el inversor mexicano
Ernesto Tinajero y Norges Bank.
Esta fusión forma parte del expolio continuado al que se ha sometido lo
público. En aras de una mejor gestión, de mayores beneficios para los
consumidores y zarandajas por el estilo seguimos engordando la cartera de
aquellos que ya la tenían a reventar.
De aquella Caja de Ahorros de Asturias que sentíamos como algo nuestro
nos queda el recuerdo. Los más jóvenes verán, con suerte, alguna mención pero
no tendrán la sensación de pérdida que sentimos algunos.
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