Comentario para Cangas del Narcea en la Onda, de Onda Cero Radio (28/05/2013)
Tras una semana sin leer un
periódico o escuchar una noticia me he relajado. Algunos de los problemas, con
la distancia, se ven ridículos. En cambio hay otros, como el paro, que ni el
alejamiento puede atenuar.
Los españoles desde hace unos
años viajamos, por lo menos hasta ahora, ya veremos si podremos seguir
haciéndolo. Da igual nuestro nivel de inglés, cogemos la maleta y venga,
adelante. Eso está bien. Ya nos vale eso de mirarnos para el ombligo.
El viajar puede tener un efecto benéfico siempre y
cuando nos liberemos de los prejuicios al acercamos a otras culturas, pero
cuidado, los kilómetros en si mismos no son ningún antídoto para el chovinismo
o la intransigencia.
La propensión a considerar lo
nuestro como lo mejor puede llevarnos a despreciar lo de los demás y así es
imposible entenderse. No se trata de comparar, creo que solo hay que aceptar
otras formas de vida, que además no son tan diferentes.
La geografía y la evolución
histórica condicionan la vida de las personas pero las pasiones y los temores
son universales.
Los paisajes, la arquitectura,
las comidas, las religiones, son variaciones sobre lo mismo, da igual el lugar
del mundo en que nos encontremos.
El paisaje estará modificado por
la acción del tiempo y de los hombres. La arquitectura por los materiales de la
zona. Las comidas por los productos que dan la tierra y los animales que allí
viven. Eso es lo único que nos diferencia y no es tanto.
Las religiones, al menos las
monoteístas, tampoco son muy distintas. Las diferencias se remarcan por la
aspiración de supremacía de unas sobre las otras y de ahí a liarse a tortas
solo hay un paso.
El mundo es grande, variado,
hermoso. Las gentes que lo habitamos tenemos que ser capaces de vernos como
piezas de un puzzle que se complementan y si nos falta una sola seremos algo
imperfecto.
No somos mejor que nadie y los
demás son tan buenos como nosotros. Tenemos que comprender esta verdad de
Perogrullo pues lo contrario significa que millones de personas van a seguir
muriendo en guerras estúpidas o de hambre.
Cuando uno regresa y ve las
noticias comprende que todo ha sido un sueño. El tiempo se ha estancado. Las
miserias siguen siendo las mismas, los personajillos no han cambiado, la crisis
continua y los parados también. Malditos sean.
No, no me olvido de que en este
país hay mucha gente que no puede viajar. No solo los parados, sino también los
que cobran esos sueldos miserables.
El viajar puede hacernos más
libres, pero eso depende de nosotros.
Disfruten de la vida y viajemos
sin complejos y sin prejuicios.
Un mundo muy grande por M. Santiago Pérez Fernández se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
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