El acoso y derribo sistemático de
los avances sociales – del incipiente estado del bienestar- que se ha producido
desde diciembre de 2011 nos está dejando a los españoles en la miseria. Y cuando
digo miseria no me refiero solo a la económica, que es evidente y la sufrimos,
sino también a la sociológica.
En estos momentos somos un país
depauperado. Nos han empobrecido en todos los aspectos, desde todos los
ámbitos, y hay unos responsables claros.
Un signo de esta atonía es la calidad del
empleo. He dicho calidad, pero no olvido la cantidad. Ambas magnitudes deberían
ir en armonioso maridaje.
Hace un tiempo, no mucho, el
vicepresidente de la CEOE del Metal, Javier Ferrer, propuso la recuperación de
la figura del aprendiz. Hasta aquí creo que todos lo aplaudimos. El “problema”
surgió cuando a este buen señor se le ocurre decir que su sueldo tenía que ser
inferior al Salario Mínimo Interprofesional. Hombre dicho así…Tiene truco. Lo
que dijo es que quieren aprendices que cobren inicialmente 300 euros, que luego
incrementarían a 400 y llegarían hasta 500 euros.
Miren, cuando desarrollan el tema
acaban diciendo que los quieren hasta los treinta años y claro, realizando
funciones iguales al resto de los trabajadores.
Muchos de los que escuchamos y
leímos esta propuesta pusimos el grito en el cielo. No es para menos.
Una cosa es que se compatibilice
la formación académica con la profesional en empresas, y entonces no hay nada
que objetar, y otra muy distinta es que quieran mano de obra barata. Mejor aún,
a precio de saldo.
La CEOE nos ha propuesto reformas
para salir de la crisis y, por ejemplo, Arturo Fernández, vicepresidente de los
empresarios, nos ha soltado lindezas como qué “cualquier tipo de empleo es
bueno”.
Lo reconozco, yo me acordé mucho
de él y sus allegados. Sobre todo después de ver como pagaba a sus empleados.
Por cierto ¿cómo va esa cuestión? Yo no volví a saber de ello.
Otras de las medidas que proponen
estos empresarios son los contratos temporales, más horas extras o ser becario hasta los 40 años.
Menos guapos les llamamos de
todo.
Déjenme que les hable de otro
tipo de contrataciones que se publicitan mucho y de las que más de uno se
muestran orgullosos.
En estos momentos se pueden
contratar titulados superiores por 901 euros brutos al mes, o un trabajador con
certificado de profesionalidad -un peón para entendernos- por 700 euros brutos
al mes.
Habrá quien argumente que dada la
situación no está mal. Menos da una piedra. ¡Ya quisieran los seis millones de
parados! Eso y bastante más podrían decir, desde luego que sí.
Les cuento otra. Se pueden
contratar a jóvenes en prácticas no laborales con compromiso de contratación.
La relación laboral tendrá una duración máxima de seis meses a tiempo completo.
En este período cobrarán 426 euros brutos al mes.
Tras ese tiempo, seis meses, la
empresa les contratará y sí es un titulado superior les abonará 721,03 euros
brutos mensuales, a un titulado medio
675 euros, si tiene un grado superior de formación profesional 673,20 €, a uno
medio 652 € y 651 € a quien tenga el certificado de profesionalidad.
Podrían repetir los argumentos
anteriormente citados, pero mi pregunta es: ¿les gustaría qué a sus hijos, con
titulo superior o las siguientes categorías, le pagaran esas cantidades?
Me puedo imaginar la respuesta.
Ahora les hago la última pregunta
¿Saben quienes promueven estas contrataciones?
Miren, esto salió del “convenio
colectivo del personal laboral contratado por los ayuntamientos del Principado
de Asturias dentro de la línea 1 de los Planes Locales de Empleo y de la línea
3 relativa al apoyo a la contratación laboral de los jóvenes participantes en
el programa de prácticas no laborales con compromiso de contratación incluidas
dentro del acuerdo por el empleo y el progreso de Asturias ( AEPA) 2013-2015”
De verdad, se lo prometo se llama
así.
¿Qué clase de empleos son estos?
¿De qué progreso están hablando?
Venga, ya les vale. Déjense de
argumentos falaces, estos son empleos tan malos como los que propone la CEOE
con el agravante de qué estas contrataciones están avaladas por sindicatos,
Federación Asturiana de Concejos, Ayuntamientos y Gobierno del Principado de
Asturias.
Sí tan bueno es, aplíquenselo
ustedes.
Los planes locales de empleo como ejemplo de empobrecimiento por M. Santiago Pérez Fernández se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
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