Comentario para Cangas del Narcea en la Onda, de Onda Cero Radio (11/03/2014)
Cuando oímos hablar de balanzas
fiscales nos damos media vuelta. Eso no es para nosotros. Y nos quedamos tan
tranquilos.
La cuestión, en principio, no
parece muy compleja. Se trata de comparar los ingresos del Estado en una
comunidad autónoma con los gastos que realizó en esa misma comunidad.
Vamos, una suma y una resta. Pues
no. Nada más lejos de la realidad. La cosa debe de ser complicada, pero muy
complicada.
El gobierno central da unos datos,
los gobiernos autonómicos dan otros –cada uno los suyos- y todos se sienten perjudicados.
Todo ese lío viene a cuento de la
financiación autonómica -aunque los economistas dicen que no es así, que eso es
mezclar churras con merinas. Si ellos lo dicen así será.
La pregunta obligada en esto
sería: ¿qué pasaría si los ingresos generados en una comunidad se gastasen solo
en ella?
En estos momentos es cuando hay
que recordar esas cosas que se dicen desde algunas comunidades, las más ricas. Me
refiero a aquello de que los andaluces viven de las subvenciones, los
asturianos de las prejubilaciones, etcétera, etcétera.
Si eso se hiciera así, la
solidaridad entre las regiones se iría al traste y las diferencias sociales y económicas
entre ellas serían tremendas.
Para liarnos un poco más, nos
hablan de superávit o déficit fiscal. Dicho así nos suena un poco raro.
Veamos algún ejemplo. Extremadura
dicen que tiene el mayor superávit y a continuación ¿saben quien está?
Asturias. Como lo oyen.
¿A que ya se han imaginado
quienes tienen el mayor déficit fiscal? Pues sí, Madrid, Baleares y Cataluña.
Es decir, a comunidades más ricas
mayor déficit fiscal y viceversa.
Y como eso es así, pues esas
comunidades más ricas quieren más tarta. Normal. Extremeños y asturianos, por
ejemplo, nos llevamos una parte de lo que legítimamente les correspondería a
madrileños, baleares o catalanes. Eso dicen ellos, claro.
Y en esas están. Tienen que
negociar el nuevo sistema de financiación autonómica y cada gobierno quiere
arrimar el ascua a su sardina.
Con ese modelo de financiación
nos estamos jugando, los ciudadanos, los recursos que necesita nuestro gobierno
asturiano, por ejemplo, para cubrir la mayor parte de los gastos. Ahí es nada.
La cosa no es broma teniendo en
cuenta que el Estado, en su conjunto, está a punto de alcanzar el 100 por
ciento del endeudamiento del PIB (Producto Interior Bruto). O lo que es lo
mismo, dentro de nada el Estado, todos nosotros, deberemos tanto como
producimos en un año. Y me refiero al conjunto de España.
Los unos y los otros andan
enzarzados. Mientras, hay comunidades como el País Vasco y Navarra que están
muy calladas. ¿Tendrá algo que ver lo del concierto económico? ¿Será que les va
muy bien? Igual esa no es su guerra. Para qué meterse en líos.
Veremos como salimos los asturianos de ese berenjenal.
Los dineros, balanzas fiscales y otras zarandajas autonómicas by M. Santiago Pérez Fernández is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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