13 abr 2020

Divagaciones coronavíricas (32)

  La URSI (Unión de Repúblicas Soberanas Independientes) tampoco en esta ocasión fue capaz de ponerse de acuerdo. La Unión, integrada por Catalunya, Escocia, Baviera, Flandes, Padania, Tirol del Sur, Córcega y Quebec son incapaces de llegar a unos acuerdos mínimos.

  Desde la creación de la confederación, en 2451, los problemas internos se han enquistado. Llevan trescientos veintisiete años en un tira y afloja y la crispación ha vuelto. Es cierto que desde su fundación se lo han tomado con tranquilidad. El propio nombre de la confederación les llevó ciento ocho años de negociación. Desde aquel momento, les ha traído de cabeza la bandera. Hay que comprender que un tema tan relevante produzca sarpullidos. Los más sensibles padecen ataques de urticaria cada vez que se les menta el tema. En Catalunya, sin ir más lejos, los ciudadanos están muy sensibles con la cuestión. Recuerdan a sus representantes que más de setecientos años en gastos y honores a la estelada no se pueden tirar por la borda. La situación no es muy diferente en el resto de los integrantes de la coalición.

  Otro de los temas de permanente disputa es el de las embajadas. Catalunya tiene actualmente representación en 1348 ciudades, en ellas se incluyen, además de las embajadas, los consulados y delegaciones comerciales. Están estudiando la ubicación de otras 185 más. Le sigue en número Quebec, con doscientas veinte menos y Escocia, con doscientas ochenta menos; Baviera no ofrece datos. El resto de integrantes no pasa ninguno de las ciento cincuenta delegaciones.

  Si esos temas les separan, la cuestión del idioma crea un abismo.

  Flandes y Catalunya unen sus fuerzas y defienden con uñas y dientes sus idiomas. El resto de repúblicas tienen claro que lo más justo es crear uno nuevo. Estaría formado por palabras de cada uno de los idiomas de la URSI, en relación proporcional al número de habitantes de cada una de las repúblicas, así como de la riqueza económica de cada integrante. Puigdemont XXVII, a través de su ministro de Exteriores Torraquim, se niega en rotundo a debatir siquiera el tema. No está dispuesto a que el idioma de sus antepasados, que se remonta a la prehistoria de la humanidad, desaparezca. Los representantes de Flandes apoyan sin fisuras esa opinión. Tengan en cuenta que los vínculos entre ambas comunidades hay quien los remonta a los primeros años del siglo XXI y eso pesa mucho.

  En otro orden de cosas, Catalunya elevó una protesta, enérgica, al órgano rector de la URSI, con motivo de los viajes programados desde las otras repúblicas a sus costas. Consideran inaceptables los precios estipulados por los turoperadores y que hayan convertido esas zonas de recreo en el centro de las despedidas de solteros, y solteras, de toda la URSI.
  Exigen al resto de países una contribución económica especial a Catalunya ya que sus gastos sanitarios se han disparado como consecuencia de los gastos derivados de las monumentales borracheras que pilla el personal. “Las consecuencias de las orgías etílicas en nuestra tierra, ha dicho Puigdemont XXVII, han elevado nuestro gasto sanitario y es justo que todos contribuyan a nuestro esfuerzo”. Hizo énfasis en que no iba a consentir que nadie les robase lo que es suyo.

  Las tensiones internas son tan extremas que han preferido darse un descanso hasta la próxima reunión, que se celebrará dentro de cinco años.

  Nos han llegado noticias de la República Euskal Sabiniana. Siguen negociando la incorporación de Euskal Norte al Sur. No parece que el conflicto se vaya a solucionar. Atención, hemos recibido una llamada del gobierno de la República Euskal Sabiniana protestando por nuestro comentario. En honor a la verdad, hemos de rectificar y decir que el conflicto existente con Euskal Norte no se va a solucionar, de momento.
  Aclarado queda. Pedimos perdón.

  Fuentes cercanas al gobierno euskalsabiniano nos hacen saber su preocupación por la falta de intérpretes. Los diez mil quinientos ochenta y cinco traductores no son suficientes para atender las demandas del país. El problema viene, como ya saben, derivado del escaso número de traductores de euskal en otros países. En la actualidad el noventa y ocho por ciento de los existentes son originarios de la República Euskal, la dificultad del idioma y el escaso número de hablantes no lo hace muy apetecible a los profesionales de la interpretación.

  No es extraño, en la actualidad la República ha perdido población y de los algo más de cincuenta y cuatro millones ha bajado a los cincuenta y dos millones cuatrocientos ochenta y cinco mil habitantes. Contabilizan solo los de RH 0, el resto, los maquetos, veintitrés millones setecientos cincuenta y cuatro mil, aproximadamente y subiendo, no se contabilizan puesto que tienen los derechos cívicos restringidos.

  El resto del mundo, integrado en la confederación pangeaticapandémica, sigue combatiendo al Covid-329.54, en breve se espera una vacuna que alivie la situación de los ciudadanos y de la economía. Como saben, desde hace tres décadas las autoridades de Pangeapandémica no ofrecen datos de víctimas ni de contagios, una decisión aprobada por el Gobierno y por los grupos de la oposición.

  Aquí terminan las noticias de hoy. Mañana tal vez sean peores, así que disfruten.

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