14 may 2013

Es el déficit, estúpido



Comentario para Cangas del Narcea en la Onda, de Onda Cero Radio (14/05/2013)

Cada día que pasa mi desconcierto es mayor. Cualquiera con más criterio podría decirme: es el déficit, estúpido. Y tendría razón.

Hay quienes van comprendiendo lo que está pasando y así lo manifiestan. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, considera “lógica la contestación social” pero defiende que estos “grandes esfuerzos y sacrificios” permitirán la salida de la crisis.

Estos sacrificios solo tienen un objetivo: la reducción del déficit. No hay más. Lo han dicho todos los miembros del gobierno, todo el Partido Popular. Incluso para el consejero de Economía de la Generalitat catalana el déficit es su principal quebradero de cabeza. Y de ahí para abajo les preocupa a todos.
Yo, en mi ingenuidad, puedo preguntar: oigan y las personas ¿dónde quedan?

La respuesta no está en el aire, se encuentra en la modificación del artículo 135 de la Constitución Española.
Estamos tan informados que se nos olvidan muchas cosas, incluso las importantes.

El modificado artículo 135 dice: “Los créditos para satisfacer los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones se entenderán siempre incluidos en el estado de gastos de sus presupuestos y su pago gozará de prioridad absoluta”. Repito: “su pago gozará de prioridad absoluta”.
Ahora es cuando me volverían a repetir: es el déficit, estúpido. Y aún tendrían más razón ya que lo dice la Constitución.

El Gobierno es tan escrupuloso en el cumplimiento legal que no tiene problemas para recortar en sanidad, educación, servicios sociales, cultura o lo que se tercie. La prioridad absoluta está clara, lo demás son zarandajas.

Allá por 2011, el 26 de agosto, los Grupos Parlamentarios Socialista y Popular en el Congreso presentaron conjuntamente una Proposición de Reforma del artículo 135, solicitando su tramitación por el procedimiento de urgencia y su aprobación en lectura única.

Corriendo, corriendo se debatió en el Pleno el 2 de septiembre de 2011. En la votación el resultado fue el siguiente: votos emitidos 321, a favor 316, en contra cinco.
Sin parar, el Senado debatió la proposición el 7 de septiembre, cinco días después, cinco. De la votación resultó que de 236 votos emitidos, 233 fueron a favor y tres en contra.
PSOE y PP lograron ponerse de acuerdo en esta cuestión de Estado. Para los despistados: lo digo con ironía.
El último trámite fue un poco más lento. Nadie solicitó un referéndum y el Rey sancionó y promulgó la reforma constitucional el 27 de septiembre de 2011.

La mayoría de la población no dimos mucha importancia, en ese momento, a lo que estaba pasando. La premura del proceso, casi con nocturnidad y alevosía, así como el escamoteo del debate público han contribuido a que las medidas económicas y sociales que se están tomando ahora estén bendecidas por ese artículo 135 de la Constitución.

Los que presionaron al anterior gobierno y lo están haciendo con el actual, sabían muy bien lo que se traían entre manos y las consecuencias que iba a ocasionar. Los grandes prestamistas del Estado español ataron bien atado el cobro de sus intereses.
Ahora no valen lloriqueos.

Si lo hicieron como lo hicieron fue por presiones y porque no sabían como explicarlo a los ciudadanos. De ahí las prisas y que se hiciese a la chita callando.
El planteamiento fue bien sencillo: seguimos prestando dinero a España pero hay que garantizarnos el cobro de nuestro dinero y los intereses, que ya veremos cuales son. Zapatero tragó y aceptó, Rajoy está desmadrado y quiere se más papista que el Papa. Más madera.

Así que ya ven, lo que hacen es legal, constitucional y además viene refrendado por una mayoría incontestable en las urnas. Lo que nos toca es callar.

Por cierto, ese mismo artículo dice que los límites del déficit estructural podrán superarse en caso de catástrofes naturales, recesión económica o situaciones extraordinarias que perjudiquen la situación financiera, la sostenibilidad económica o social del Estado, entonces ¿a qué demonios están esperando para cambiar?

Disfruten de la vida y está claro que no dan puntada sin hilo. Para nosotros dejan ajo y  agua.

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Es el déficit, estúpido por M. Santiago Pérez Fernández se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.

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