16 nov 2015

Recetas económicas para el suroccidente asturiano

Leyendo, o escuchando, a personas doctas o a cargos electos públicos acerca de las recetas económicas para el suroccidente asturiano me sorprenden. Las he oído tantas veces, a lo largo de los años, que me parece increíble que aún sigan con ese discurso trasnochado, sobre todo por lo que significa de incumplimientos y falta de originalidad.

Sabemos que estamos a la cola del desarrollo asturiano y que tenemos la población más envejecida. Lo padecemos desde hace años y nadie ha contribuido a modificar esta realidad que nos está reduciendo a la nada.

Eso de fomentar los recursos relacionados con la naturaleza, aquello de la promoción turística, lo otro de fortalecer los productos de calidad reconocidos o lo tan manido de aprovechar los recursos forestales, me suena a recochineo. Y ya no les cuento si me mentan lo de mejorar las comunicaciones.

Estoy, como lo diré sin que suene fuerte, estoy cansado de esas cantinelas. Llevo treinta años oyendo el mismo discurso y el suroccidente sigue con los mismos problemas ¡qué digo! con más problemas de empleo, con menos población y más envejecida.

¡Ya les vale!

El suroccidente es una comarca marginal, tanto en lo geográfico como en las medidas de desarrollo promovidas para incentivar su economía. Durante años, es que todo tenemos que medirlo en años, nos han dicho que éramos la comarca que más inversiones recibíamos per cápita, se les olvidaba decir que también éramos, y seguimos siendo, los que más inversiones necesitamos dado el abandono público histórico.

Siempre nos cuentan la misma historia: que si la inversión del hospital comarcal, el corredor del Narcea y otras carreteras o, últimamente, el túnel de Rañadoiro – y aquí aprovechan para colar lo de del ostracismo y la incomunicación -.

¡Y se quedan encantados!

El hospital comarcal Carmen y Severo Ochoa se inauguró en 1986, el acondicionamiento del corredor del Narcea fue inaugurado por el Presidente Pedro de Silva allá por 1990, creo recordar. No me olvido del Parado de Corias, de hace cuatro días. De ahí en adelante ya hemos visto.

Los montes siguen sin ser ese revulsivo económico; el turismo da para lo que da; las concentraciones parcelarias empezaron cuando ya no quedaba gente en los pueblos; los polígonos industriales se ocupan no por la promoción pública sino por el empuje empresarial privado; la autovía de Oviedo-La Espina sigue sin concluirse y aún le quedan, en el mejor de los casos, entre cuatro y seis años para su conclusión. ¿Sigo?

¡Ah! Un detallito. La gran obra que iba a ser el dinamizador económico de la comarca se hizo en La Morgal, con su museo y todo.

Y no hablo de que tenga que ser la administración la que cree empleo, no. Los servicios públicos básicos son deficientes y escasos. La administración incumplió, en tiempo y forma, en cosas tan básicas para el desarrollo como son las comunicaciones.

Los ayuntamientos, por su parte, han pensado y fomentado lo local en detrimento de servicios comarcales.

Les voy a poner un ejemplo de la poca consideración que nos tienen. Hace muy pocas fechas, hasta este octubre pasado, la fibra óptica no había llegado al polígono industrial de La Curiscada en Tineo.

Hablando de La Curiscada, las administraciones se enteraron de que se iban asentar una empresa de biomasa y otra de pellets cuando les solicitaron las subvenciones y los permisos – y lo digo con recochineo -. Las empresas ubicadas en ese polígono son fruto de la iniciativa privada, no de un diseño empresarial planificado.

¿De verdad me quieren hablar de apoyo al desarrollo del suroccidente?

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