¿Qué hace un cerdo suelto por
Bruselas? Pues vayan ustedes a saber. Pues así comienza La capital, con un cerdo paseándose por las calles de la ciudad con
más euroburócratas. El autor es Robert Menasse y está traducida por Carmen
Gauger. Esta novela ganó en 2017 el premio “Deutscher Buchpreis” a la mejor
novela en alemán.
La capital enlaza cinco personajes europeos. Sus diversos orígenes
y vivencias son pinceladas históricas que nos acercan a la realidad de hoy.
Menasee destripa la burocracia de la Unión Europea y sus tejemanejes pero es un
europeísta convencido. La novela es una exaltación de los valores de la tan
denostada Unión Europea a la vez que critica a los nacionalismos, como fuente
de racismo y de problemas.
La opinión sobre los británicos y
su europeismo no es muy buena: “Kai-Uwe Frigge sabía, como es natural, por qué
Morland se resistía a que siguiera desarrollándose la política comunitaria: no
era europeo, sino ante todo súbdito británico, y en la Comisión no era
funcionario europeo, sino justamente eso, un súbdito británico en el
funcionariado europeo. Y era una férrea política de la Gran Bretaña atajar
cualquier mínimo traspaso de soberanía nacional a Bruselas”. Cosa que se ha
dicho hasta la saciedad. Y luego llegó el Brexit.
De los españoles se habla poco:
un criador de cerdos y poco más. Bueno también se menciona, hablando de la
Dirección General de Competencia, a “el comisario, un español, no tenía ni idea
de nada”.
La idea de la Unión Europea magnífica
aunque su desarrollo es muy mejorable según Robert Menasse. Deja más de un
recado. “Y después comprobó que la Dirección General de Educación y Cultura no
tenía ningún prestigio dentro de la Comisión Europea y que nadie la tomaba en
serio”.
El profesor Erhart, uno de los
protagonistas, tiene su visión de Europa, que explica ampliamente. Voy a
permitirme una parrafada que creo interesante: “Estados nacionales en
competencia no son una unión, aunque tengan un mercado común. Estados
nacionales que compiten entre sí en una unión bloquean ambas cosas, la política
europea y estatal. ¿Qué haría falta ahora? El ulterior desarrollo hacia una
unión social, hacia una unión fiscal: o sea, la elaboración de condiciones
básicas que conviertan la Europa de colectivos en competencia en una Europa de
ciudadanos soberanos y de iguales derechos. Ésa era la idea, eso era aquello
con lo que habían soñado los fundadores del proyecto de la Unión Europea,
porque ellos tenían sus experiencias. Pero todo esto no se puede alcanzar
mientras se siga atizando la conciencia nacional contra todas las experiencias
históricas y mientras el nacionalismo siga siendo, sin alternativa alguna, la
oferta de identificación que se hace a los ciudadanos. ¿Cómo se puede,
entonces, fomentar la conciencia de que los hombres de este continente son
ciudadanos europeos? Habría diversas pequeñas iniciativas. Por ejemplo, se
podrían sustituir todos los pasaportes nacionales por un pasaporte europeo. Un
lugar de nacimiento, pero no la nacionalidad. Creo que ya sólo esto tendría
algún efecto en la conciencia de la generación que crezca con un pasaporte así.
Y eso ni siquiera comportaría gastos”.
Europa, Europa y más Europa. A
más Europa menos nacionalismo, todo lo contrario de lo que está pasando ahora.
Las banderas, y las banderías, nacionales están causando nuevamente estragos y
asustando a muchos.
¿Y el cerdo? Apareciendo y
desapareciendo.
La novela tiene además un crimen
y bastantes toques de humor. En este último sentido explica la coincidencia
entre las siglas del European People`s Party (Partido Popular Europeo) y el
European Pig Producers (Productores Europeos de Cerdos): EPP. Sin comentarios.
Por aparecer aparece hasta el
Vaticano y sus chanchullos. Y eso sí, hay muchas referencias a Auswitch y la
aberración del holocausto.
Las historias de los cinco
personajes discurren en paralelo y apenas se rozan y todas ellas quedan
inconclusas, lo cual no resta interés al libro, es más, no eché de menos nada. Ah,
el cerdo simplemente… Para saber que le pasó tendrán que leer el libro.
Me gustó. Me gustó su europeismo,
su humanismo, su antinacionalismo, antirracismo y antibelicismo. Creo que es
interesante leerlo y con él reafirmar nuestro europeismo. Con todos los
errores, con todos los cambios que se quieran realizar pero a más Europa más
estabilidad, paz y fraternidad. Creo en esa Europa de los ciudadanos que podría
ser un ejemplo para otras zonas del mundo. Puede decirse que es un libro
comprometido socialmente y ello sin resultar un tostón.
Lo podrán encontrar en su
biblioteca pública o librería preferida.
Un cerdo anda suelto por La capital by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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