4 dic 2018

Resurrección

Sucedió de pronto. No hubo aviso previo. Nada me indicó lo que iba a suceder. Se acabó. Me quedé desconcertado, perplejo, con ojos desorbitados. De pronto mis manos estaban completamente mojadas. Desde la boca del estómago salió una descarga eléctrica que recorrió todo mi cuerpo. No puede ser. ¿Qué hago? Me encontré perdido. ¿Qué iba a ser ahora de mí? La soledad del mundo me vino encima. No, ahora no. No puede estar pasándome esto.
No es la primera vez y, sin embargo, no me he acostumbrado. He visto cómo les ha pasado a otros y no me dolió tanto, lo confieso.
¿Qué hice mal? Sé que no soy culpable pero… Las cosas podrían haber sido de otra manera. Aunque… tal vez… Aquello de Lázaro levántate y anda dicen que salió bien una vez. No es posible. ¿Quién soy yo para repetirlo? Voy a intentarlo. Lo voy a intentar. Lo voy a hacer. No quiero hacerme vanas ilusiones… Lo hago.
Joder, ¡lo logré! La congoja desaparece. El brillo retorna a mis ojos. La vida es bella. Todo vuelve a tener sentido. No les deseo que pasen por nada igual.
¡Uf! el móvil resucitó.

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