Sucedió de pronto. No hubo aviso
previo. Nada me indicó lo que iba a suceder. Se acabó. Me quedé
desconcertado, perplejo, con ojos desorbitados. De pronto mis manos estaban
completamente mojadas. Desde la boca del estómago salió una descarga eléctrica
que recorrió todo mi cuerpo. No puede ser. ¿Qué hago? Me encontré
perdido. ¿Qué iba a ser ahora de mí? La soledad del mundo me vino encima. No,
ahora no. No puede estar pasándome esto.
No es la primera vez y, sin
embargo, no me he acostumbrado. He visto cómo les ha pasado a otros y no me
dolió tanto, lo confieso.
¿Qué hice mal? Sé que no soy
culpable pero… Las cosas podrían haber sido de otra manera. Aunque… tal vez…
Aquello de Lázaro levántate y anda dicen que salió bien una vez. No es posible.
¿Quién soy yo para repetirlo? Voy a intentarlo. Lo voy a intentar. Lo voy a
hacer. No quiero hacerme vanas ilusiones… Lo hago.
Joder, ¡lo logré! La congoja
desaparece. El brillo retorna a mis ojos. La vida es bella. Todo vuelve a tener
sentido. No les deseo que pasen por nada igual.
¡Uf! el móvil resucitó.
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