25 nov 2020

Un día por los Oscos

Archivando fotografías del atípico verano me entretuve revisando las de los Oscos y de ellas estos recuerdos.

El sol y las nubes andan a la gresca a pesar de estar en agosto. Eso sí, hay una buena temperatura para viajar un poco.
Lunes. Apenas hay trajín de turistas. La idea es pasar una jornada recorriendo lugares menos transitados pero con encanto. No miramos los kilómetros que vamos a recorrer, no importan. No tenemos prisa. Tomamos como punto de partida Vegadeo, aunque nosotros salimos de Tineo. Vamos a dar una vuelta por esa Asturias poco conocida pero que cuenta con muchos alicientes.
Lo diré ya, daremos una vuelta por los Oscos. No vamos a realizar senderismo, aunque la zona ofrece muchas posibilidades. Sencillamente nos desplazaremos por la zona viendo pueblos y paisaje.
Desde Vegadeo nos dirigimos hacia Villanueva de Oscos (Vilanova d'Ozcos). Allí es parada obligada el monasterio de Santa María, del siglo XII. La visita está amenizada por música ambiental. Piedra y pizarra serán una constante.


Vilanova es pueblo pequeño pero coqueto. Al igual que sus hermanos de la comarca están muy arreglados y limpios. El turismo les da más vida. Pequeños hoteles y alojamientos turísticos hay unos cuantos. No es, afortunadamente, un turismo de masas. Quienes se acercan a los Oscos buscan tranquilidad y naturaleza, es lo que encontrarán.
El paseo por el pueblo es corto. Es un buen sitio para tomar un café o desayunar.
Desde ahí nos dirigimos hacia Santa Eulalia de Oscos (Santalla d´Ozcos). En esa dirección, y a poca distancia de Vilanova, se encuentra el Ecomuseo del Pan. En él se muestra el ciclo completo de la elaboración del pan, que no se reduce a comprarlo en la panadería de debajo de casa.
A Santalla se llega rápido. No es necesario darse prisa. Hay que disfrutar de la carretera. Es más grande que sus hermanos. El sol ganó la batalla y se hace notar. Hay más turistas. A golpe de vista abarcas el pueblo. También bien cuidado.


Los encuentros de ferreiros se hacen notar con varias obras expuestas al público. La “Vaca motera” es la escultura que más llama la atención. No hay turista que no se haga una foto con ella.
Cerca de Santalla se puede visitar el Museo Casa Natal del Marqués de Sargadelos o la ferrería de Mazonovo. Hay más alicientes pero todo no se puede ver en un solo día. Cerca de Mazonovo, y ya de vuelta a Santalla, hay una desviación que nos llevó hasta Ferreira. Habíamos visto unas fotografías de un área recreativa, muy chula, al lado de un río con un puente de piedra, todo ello encajado en un pequeño valle. Un lugar muy guapo. Nos pareció que allí se terminaba la carretera. El acceso al área hay que realizarla por un camino de servicio a pie. Mi gozo en un pozo. Mi cuerpo no está para esos menesteres. Nos conformamos con mirar desde arriba y con escuchar las risas de los niños que se estaban bañando en el río.
La hora de la comida se nos echó encima. Tras el avituallamiento proseguimos.
Las carreteras están casi desiertas. Paisaje arbolado y de pastos en todo el camino.
Un poco más de coche y sin darnos cuenta estamos en San Martín de Oscos (Samartín d´Ozcos).


En Samartín la iglesia parroquial destaca del resto de los edificios. Frente a ella vemos una puerta que nos llama la atención. Comprobamos y nos enteramos que es del Palacio de Los Guzmanes. Hacia ella vamos, la traspasamos y sorpresa. Nos encontramos, entre otras cosas, con edificios modernos destinados a servicios municipales.
Tras el recorrido y las fotos de rigor nos despedimos de los Oscos y nos vamos carretera adelante hacia Pesoz (Pezós).
La carretera se empina y nos ofrece unos paisajes espectaculares. Merece la pena pararse en algún lugar adecuado a tal fin y deleitarse con las vistas.


La visita a Pesoz es breve a la fuerza. A la llegada unos niños están disfrutando el parque. El Palacio de Ron destaca por sus dimensiones. Por la parte de atrás nos encontramos con el ayuntamiento, la iglesia y el cementerio. Entre el ayuntamiento y el cementerio hay unas viñas bastante cargadas.
Proseguimos camino hacia Grandas de Salime. Nos detenemos en el mirador sobre el embalse. La soleada tarde nos depara unas vistas magníficas. Fotos a montón. Ascendemos hacia Berducedo, ya en tierras de Pola de Allande. En este trayecto siempre recomiendo la parada en el precioso pueblo de San Emiliano.


Dejamos atrás Berducedo y toca parada en el alto de El Palo. Nos abrigamos. Sopla un viento que se hace notar. En la bajada hacia Pola de Allande nos cruzamos, como es habitual, con alguna vaca. Aún queda mucha luz cuando nos adentramos en Pola.
El día ha dado para mucho. Todo sin prisas. Circulando sin apenas tráfico. Parándonos. Disfrutando del paisaje. Visitando los pequeños y preciosos pueblos. No se hizo pesado.
La comarca de los Oscos merece una visita más sosegada. Montes, ríos, sendas, tradición, monumentos, buenas viandas y tranquilidad. Y mucho más, pero eso tendrán que averiguarlo ustedes. 

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