Como polvo en el viento, la nueva novela de Leonardo Padura, basa su título en Polvo en el viento, canción del grupo Kansas.
A lo largo de 669 páginas Padura narra la amistad, el amor, la supervivencia y el exilio de un grupo de amigos cubanos. Su existencia quedará marcada por unos sucesos que el tiempo no borrará. Los integrantes del Clan, así se denominan, sobreviven en La Habana como pueden. Sufren penurias, pero su amistad las hace más llevaderas.
La acción se desarrolla entre 1990 y 2016. Con la disolución de la URSS los problemas se agravan en la isla caribeña y los productos básicos, de todo tipo, escasean aún más.
Las obras de Leonardo Padura son una crónica social de esa Cuba en la que la corrupción inunda todos los estratos de la sociedad, unas veces por amasar fortuna, otras, sencillamente, por necesidad: “Todos los que podían, robaban. Los que tenían dinero, compraban. Los que no podían robar y tener dinero, pues se jodían”.
Así hace referencia, por ejemplo, a lo sucedido en 1989. Se lo recuerdo. El 13 de julio de 1989 cuatro altos militares cubanos fueron fusilados por narcotráfico.
La mirada de Padura nada tiene que ver con la empalagosa y pazguata que realizamos los turistas. No podemos olvidar que el autor tiene su residencia en Cuba lo cual da un valor añadido a sus libros.
Esta novela coral coloca a los protagonistas ante dos realidades contrapuestas, la que vivieron en la isla y la de la diáspora. La primera está plagada de necesidades y miedos, la segunda, repleta de nostalgias y miedos. A pesar de todo, en los personajes no hay odio. Padura sabe que el odio levanta barreras infranqueables y no quiere contribuir a abonarlo.
Pasado y presente se van intercalando para darnos una visión completa que se nos va desvelando poco a poco.
Parece una novela de intriga o policiaca que inevitablemente me llevó a acordarme de Mario Conde. El suspense llega hasta el final. La existencia a la que se ven abocados no es culpa de nadie en particular, aunque viene condicionada por la situación política en Cuba.
El exilio nos permite contemplar como se desarrolla la vida de los cubanos en Estados Unidos, especialmente en Miami, en España y en Francia. La morriña no es exclusiva de los gallegos. Los emigrantes, los exiliados, mantienen un vínculo irrompible con su país natal. El desarraigo provoca tal dependencia sicológica del terruño que les duele el corazón.
Como en todas las obras de este autor no podían faltar las referencias al béisbol, su deporte favorito.
Es un libro entretenido, con intriga y que nos permite acercarnos a esa Cuba que no es la oficial ni la que vemos de vacaciones.
Leonardo Padura no necesita muchas presentaciones.
Esta y otras obras suyas las pueden encontrar en las bibliotecas públicas, se las recomiendo.
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