20 ene 2021

El occidente asturiano tierra de promisión


En estos tiempos de muerte, crisis económica e incertidumbres varias nos han abierto los ojos. Por fin los ciudadanos del occidente asturiano nos enteramos: ¡somos unos privilegiados! ¡Qué digo, el occidente asturiano es la nueva tierra de promisión! Vean si no.

En el suroccidente están proyectando dos centrales hidroeléctricas de bombeo, una en la antigua mina de Buseiro y la otra en la de Coto Cortés en Cerredo (Degaña). Para ello excavarán dos grandes depósitos a cielo abierto. Cómo no podía ser de otra manera nos dicen que lo del impacto ambiental está controlado. Eso dicen, luego la realidad demostrará otra cosa. Tenemos ejemplos a la vista.

Por cierto, el grupo leonés Lamelas-Viloria es el responsable de estos proyectos. Curioso, pero me viene a la cabeza el nombre de otro empresario leonés vinculado a estas minas. ¿Tendrá algo que ver? Pues… Seguro que en esto hay subvenciones muy golosas.

Aún hay más.

El occidente y especialmente, hasta ahora, el suroccidente es el paraíso de los parques eólicos. Y sobre todos destaca Tineo. Si no me falla la memoria en estos momentos, en Tineo, hay dos funcionando, tres que debieran estar ejecutándose (eso leí en los periódicos hace tiempo) otro aprobado y los que seguirán. En total tenían previstos para este concejo ocho o nueve parques.

A todas estas el alcalde tinetense está encantado ya que durante su instalación “se logra activar la economía”. Los dos parques eólicos en funcionamiento suponen para las arcas municipales 388.855 euros. Pues el alcalde estará contento con esa cifra, pero no le da para pagar el gasto de la piscina climatizada.

Por esta zona, Allande, Salas o Belmonte cuentan con los suyos. A estos se sumarán Boal, Navia, Valdés y Villayón. El gobierno asturiano está tramitando 47 proyectos en distintas zonas de Asturias. Eso sí, sólo hablan del occidente asturiano.

Hablan de inversiones multimillonarias, y lo son. Leo que la energía eólica puede contribuir al desarrollo de estas comarcas y de Asturias. No se quedan ahí, proclaman a los cuatro vientos que serán una importante fuente de creación de empleo. Afirman que se crearán miles de empleos durante la fase de construcción, hasta seis mil he leído, pero eso sí, en la fase de generación la cosa mengua y se quedará en unos 230 puestos. No nos dicen que esas cifras serán para todos ellos y que, casi seguro, contabilizan los puestos creados en la fase de fabricación de los molinos, cosa que no ocurre por estos lares.

Las arcas municipales y del Principado se llenarán, argumentan. Pues vale, pero en Tineo, donde se construyó el primero de Asturias, no hemos notado sus efectos benéficos, ni en contrataciones ni en mejoras de cualquier tipo.

Nos quejamos de vicio. Somos ricos, inmensamente ricos. A poco que se escarbe aflora oro. Más de una vez algún vecino, fesoria en mano, se topa con un pedrusco amarillo. Esta comarca ha sido agraciada con todos los dones. En Belmonte hasta los váteres están bañados en oro. En Tapia de Casariego no los tienen porque no quieren. Mira que les han ofrecido de todo, el oro no, claro, pero ellos erre que erre, ¡no quieren mina de oro! No pasa nada, el suroccidente está abriendo las puertas a las empresas extractivas. Por cierto, ¿se han dado cuenta de que todas son multinacionales? No me extraña, en Asturias no se sabe nada de minería. Los territorios de Allande, Cangas del Narcea y Tineo van a quedar como un queso gruyere con tanta prospección.

Esto no es todo. Somos una potencia en crear energía vía biomasa. De momento tenemos una central en Tineo y otra en Navia. Ya sabemos que son limpias y no dan olor. ¿Cuántas más hay en Asturias? Hablaban de que querían convertir la térmica de La Pereda en una instalación que utilizase materia orgánica y hasta ahí soy capaz de recordar.

No tiene importancia que seamos de las zonas más despobladas y envejecidas de España o con menos servicios públicos y menos perspectivas de futuro. Con esto de la producción de energía vía renovables quedamos contentos. Todo sea por el empleo. No importa que sean pocos, muy pocos. Menos aún importa el daño ambiental que generen algunas. Tampoco es relevante que la riqueza aquí producida huya. Mientras esto pasa, el suroccidente, el occidente asturiano, se muere. Pero tenemos que estar contentos, este harakiri es muy limpio. Pero claro, siempre hay gente dispuesta a criticarlo todo. No se conforman con nada.

Me viene a la cabeza una canción, permítanme una pequeña licencia: Una, dos y tres, lo que usted no quiera pal occidente es.

 

 

 

 

 

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