No somos un país en el que se
produzcan grandes nevadas. En determinadas zonas suele visitarnos casi todos
los años con mayor o menos intensidad. Tineo, la villa de Tineo, la zona de la
sierra de Tineo y adyacentes, más o menos, suelen concentrar los copos. No es
un fenómeno meteorológico que nos resulte extraño. ¿Eso significa que sabemos
comportarnos ante su presencia y que existe un plan de contingencias? Las
respuestas a ambas preguntas es no. Los vecinos no tenemos equipados nuestros
vehículos con los neumáticos adecuados y sólo una parte de la población,
pequeña, limpia el acceso a su propiedad. Esa es la realidad. Excepciones las
hay, pero son excepciones.
Dicho eso, otro cantar es la
planificación y previsión municipal. Sencillamente, no existe. Nunca ha
existido. Las diversas corporaciones han improvisado, lo que ha supuesto
trastornos innecesarios y cabreos ciudadanos.
La llegada de Filomena trajo un
montón de nieve. Junto a ella se confabuló la más absoluta dejadez, desidia e
incompetencia municipal. Así, sin tapujos.
La nieve hizo acto de presencia
el último día del aciago 2020, si no me falla la memoria. Cuando nos visitó
Filomena ya estábamos bien servidos. Cientos de fotos en las redes sociales lo
pueden atestiguar. De ahí en adelante hemos asistido a un despropósito tras
otro. No recuerdo tanta ineptitud ante este problema recurrente.
El ayuntamiento tinetense, al
tiempo que se cargaba de personal en determinados servicios, ha ido quedándose
sin otros muy necesarios para acometer muchos trabajos. Ese desmantelamiento ha
supuesto que se han ido incrementado las contrataciones de servicios privados
para casi todo.
Llegados aquí hagamos una pequeña
parada. Es cierto que las contrataciones se han burocratizado hasta
ralentizar, aún más, la operatividad
municipal – en este y en todos los ayuntamientos -. Pero esa circunstancia no
es excusa. Hemos visto que muchos ayuntamientos afectados por Filomena
contrataron empresas privadas para facilitar la movilidad en sus pueblos y
ciudades. ¿Qué nos diferencia? Pongan ustedes el término que consideren más
adecuado, yo, ya han visto, ya lo hice.
Pero no solo fue que no hubiese
brigadas de maquinaria y personal suficientes, capaces de hacer frente, con
cierta eficacia, a lo que teníamos encima, es que faltó sal. Hubo por las
calles algunos pequeños saquitos que rápidamente desaparecieron. Se pasaron
días sin que se echase un grano de sal en muchas calles, no puedo asegurar que
fuese en todas. En otras ocasiones se vieron cubos con sal a granel, en esta
ocasión yo no los vi y otras personas tampoco.
Mientras esto pasaba, el silo que
Obras Públicas tiene en el Ferial de Santa Teresa estaba atiborrado de sal,
nunca faltó. ¿Por qué no se les pidió? Nos encontramos ante un misterio
inexplicable.
La Avda. González Mayo y la
Carretera de Oviedo, vías principales, eran auténticas pistas de patinaje. Del
resto de las calles ni les cuento. Los vecinos lo saben y las quejas se
hicieron patentes en las redes sociales. Pocas me parecieron.
Centro de Salud, Cuartel de la
Guardia Civil, Bomberos, Correos, Residencia de Ancianos… servicios básicos
quedaron en el olvido durante varios días.
Me centro en la villa ya que es
lo que he visto y que se supone que es lo más fácil de gestionar y donde el
Ayuntamiento tiene plenas competencias. El resultado de su actuación no pudo
ser más decepcionante e incompetente.
Un problema recurrente es el de
la coordinación entre las administraciones para no tener la maquinaria parada y
que puedan colaborar en el término municipal. No hay forma. Desde el
consistorio son incapaces de gestionar esa colaboración. En esta ocasión no ha
sido diferente. Es más, puedo asegurar que hubo quien llamó al ayuntamiento
pidiendo que se movilizase la maquinaria que había parada en La Espina y un
concejal, con años en el cargo, contestó que eso era imposible.
El jueves 14 y 15 de enero el
nivel de crispación subió, sobre todo cuando nos enteramos que la BRIF de Tineo
fue desplazada a Madrid. Las protestas fueron subiendo de tono de tal manera
que en el Ayuntamiento se pusieron manos a la obra… para buscar justificaciones
y excusas.
El viernes 15 el Ayuntamiento
anuncia en su Facebook que ha solicitado más colaboración entre todas las Administraciones
Públicas. ¡El 15 de enero! Dicen que el Ayuntamiento solicitó la movilización
de los camiones quitanieves estacionados en La Espina. Es decir, en el mejor de
los casos ¡el 11 de enero! También nos cuentan que solicitaron la BRIF, primero
telefónicamente y luego por escrito. Todo ello también, en el mejor de los
casos, ¡el 11 de enero!
Queda claro que las gestiones las
realizaron tarde y mal, ya que no produjeron ningún resultado. En ese tiempo
montones de nieve seguían por las calles, ahí siguen muchos puesto que no se
han derretido, y la mayoría de las
calles seguían sin sal.
Si esto sucedía el día 15, el 16
vemos en la prensa asturiana las declaraciones del alcalde. El señor alcalde no
sabía que se podía utilizar la BRIF para estos menesteres, les confieso que yo
tampoco, pero él tiene la obligación de saberlo o haber preguntado, con
antelación al temporal, por los recursos de los que podía disponer. A eso se
llama negligencia.
De las declaraciones del señor
alcalde de Tineo lo que más me llamó la atención fue que desde el Ayuntamiento
habían solicitado de forma escrita el jueves, es decir el 14 de enero, la
intervención del personal de la BRIF para colaborar en la retirada de la nieve
y el reparto de sal. Cómo debió notar que se estaba retratando explicó que el
lunes, es decir, el día 11 de enero, había hablado con el director general de
Infraestructuras Rurales para pedir la colaboración de la BRIF. No puedo menos
que sorprenderme de que el alcalde de Tineo tarde cuatro días en realizar la petición
por escrito. ¡Cuatro días! A estas alturas debiera saber que las peticiones o
se hacen por escrito o no hay petición que valga. Inaudito a la par que
sospechoso.
Miren, el alcalde de Tineo lleva
dieciocho años en el Ayuntamiento y junto a él un concejal con mando en plaza,
parece que hubiesen llegado ayer.
Del resto del concejo no puedo
hablar. He visto fotografías de la zona del Alto Bustellán y son
impresionantes, debía superar el metro y medio.
No se puede decir que sea un
problema de compleja resolución. Es cuestión de planificación y de destinar
recursos que faciliten, dentro de lo posible, la movilidad y el acceso a los
servicios básicos. Tineo es un pueblo pequeño en extensión y con unos 3600
habitantes, creo recordar. No es tan complicado. Sí lo fácil se les pone cuesta
arriba ¿qué pasará con lo complejo?
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