7 jul 2022

Convivencia bronca


 

  La convivencia no es fácil, menos aún cuando es por conveniencia. Los más benévolos o los más mentirosos sostienen que con el roce surge el amor, o cuando menos el cariño. Complicado, muy complicado.  Podrá llegar la aceptación interesada, la resignación o la indiferencia, en pocos casos una cierta estima, pero siempre con una profunda desconfianza.
  La cohabitación conlleva aceptación, comprensión y capacidad de diálogo con la otra parte. Es difícil, sí, pero no por ello se debe cejar en el empeño. De no hacerlo así la relación está abocada al fracaso y a la ruptura.
  Para no seguir por la senda de la confusión les diré que no me estoy refiriendo a las relaciones de pareja, aunque sea aplicable. Estoy aludiendo a las relaciones dentro del Gobierno entre socialistas y podemitas.
  Desde la aparición de Podemos las relaciones con el partido socialista no fueron buenas, es más, llegaron a pensar que lograrían el sorpasso. Los resultados de las elecciones de abril de 2019, en las que Podemos obtuvo 42 escaños, les llevó a pensar que podían mejorarlos y para ello tenían que marcar diferencias con el PSOE. Se negaron a formar gobierno. Ciudadanos debió pensar lo mismo. El resultado fue una nueva convocatoria para noviembre en la que los tres en discordia salieron mal parados. Los socialistas bajaron de 123 diputados a 120; Unidas Podemos de 42 pasó a 35 y Ciudadanos de 57 a 10. Tras este varapalo Albert Ribera deja un partido escorado a la derecha y sin prestigio alguno. Unidas Podemos, a regañadientes, parecía que había aprendido la lección y decidió entrar en el Gobierno.
  Y así tuvimos el primer gobierno de coalición de esta democracia. Las cosas no se presentaron fáciles desde el primer momento. Las discrepancias surgían por doquier. Al principio se pensaba que era normal, necesitaban engrasarse. El tiempo fue pasando y nada mejoró. Cuando no era por uno era por otro. Unidas Podemos aireó todas las discrepancias. No entendía que esa actitud generaba, y genera, descontento y desafección ciudadana. Por su parte el partido socialista tomaba, y toma, decisiones sin comunicárselas y consensuarlas previamente con sus socios de gobierno. Aún no han sido capaces de funcionar como un equipo. Parece que estén jugando un partido uno contra otro. El PP está encantado y echa más leña. La extrema derecha va a lo suyo y los partidos que apoyan al gobierno se cansan de esas disputas. Y mientras los ciudadanos estamos hartos y desilusionados, máxime en estos momentos de crisis en todos los ámbitos.
  Las últimas disputas han sido muy seguidas y de fuerte contenido ideológico. El acuerdo con Marruecos, la tragedia de la valla de Melilla y el incremento de presupuesto para armas han elevado el nivel de enfrentamiento entre los socios de gobierno. Una tensión que se ve incrementada por los malos resultados electorales en Madrid, Castilla y León y Andalucía.
  Unidas Podemos y PSOE quieren marcar territorio y distancia, en ello están y se nota.
  No es para menos, en mayo elecciones municipales y autonómicas; en noviembre generales. ¿Aguantará la coalición? Parece complicado.
  El tema de los presupuestos no tiene mayor problema, se prorroga y asunto arreglado. Es un presupuesto elaborado por el Gobierno y sus apoyos así que no presenta mayores problemas su prórroga.
  Otra cosa bien distinta es si Unidas Podemos y PSOE pueden asumir internamente nuevos batacazos electorales en mayo. No es descabellado. Creo que no, sería muy arriesgado llegar a noviembre con tantas derrotas encima. Sólo veo una solución, que en mayo tengamos elecciones municipales, autonómicas y generales. Hasta esa fecha el Gobierno tiene opciones para rebajar la inflación y que las ayudas puestas en marcha tengan efecto. Veo complicado que se atrevan a tomar medidas que provoquen un cambio profundo de nuestras estructuras económicas. Mejor no arriesgarse a meterse en una bronca seria con tantos socios parlamentarios.
  Pueden pasar muchas cosas en estos meses, pero no creo que los vientos políticos se vuelvan de pronto favorables a la coalición así que solo veo, como mal menor desde el punto de vista electoral, esa convocatoria conjunta de elecciones municipales, autonómicas y generales. Ver veremos.

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