Publicado en La Nueva España 19 abril 2023
La sanidad pública española está mostrando
sus debilidades. Esa sanidad que decíamos era la mejor del mundo hoy la
denostamos y criticamos con furor. ¿Es para tanto? Seguramente no, pero tiene
problemas muy serios sobre los que reflexionar y, sobre todo, a los que hay que
buscar soluciones.
Hablando en general es muy fácil caer en
demagogias baratas, por eso voy a concretar en el Hospital Carmen y Severo
Ochoa, el hospital comarcal del suroccidente asturiano. Este hospital,
perteneciente al área sanitaria II da asistencia a los ciudadanos de los
concejos de Allande, Cangas del Narcea, Degaña, Ibias y Tineo, unos
veinticuatro mil habitantes. Se inauguró en 1986 cubriendo la atención
sanitaria de más de cuarenta mil personas. Un dato más, es una de las comarcas
españolas que más población ha perdido y donde está más envejecida. No voy a
hablarles de empleo, comunicaciones, etc.
La perdida de población ha influido de forma
determinante en la atención sanitaria que recibimos y así, desde hace mucho
tiempo, el Carmen y Severo Ochoa sufre carencias importantes. Hemos de
reconocer que en escasas ocasiones hemos levantado la voz para reclamar una
atención sanitaria adecuada, que además se nos había prometido.
Desde el ámbito político municipal no han
hecho nada, les resulta un tema muy complejo y del cual lo ignoran todo.
El último desastre, pues de tal se trata, fue
la no renovación de su contrato de cuatro médicos del servicio de medicina
interna. Los motivos fueron de carácter interno, de sobra conocidos por los
responsables que no hicieron nada por solucionarlo. Al final hicieron un apaño
y han tenido que forzar a internistas del HUCA a cubrir esas bajas. El problema
fue muy serio y no trascendió a la calle. La mala gestión fue la causante del
desastre.
La plaza de cardiología ha estado durante
mucho tiempo vacante y era atendida por los internistas. En estos momentos está
ocupada por una cardióloga, pero tiene reducción de jornada por lo que sólo
trabaja día y medio a la semana. No parece mucho, la verdad.
No son estas las únicas deficiencias. El
hospital Carmen y Severo Ochoa tiene un urólogo que trabaja de lunes a viernes,
los fines de semana no hay especialista, como tampoco los hay en los servicios
de oftalmología y otorrinolaringología. Tres servicios solo cubiertos cinco
días a la semana. ¿Quién cubre las urgencias de estos servicios? ¿Se les deriva
al HUCA?
Estos problemas vienen arrastrándose desde
hace años y desde luego los causantes son los gestores.
Cualquier baja que se produce tarda muchísimo
en cubrirse. El área sanitaria II es, sin duda, la peor tratada de toda
Asturias. Profesionales, no sólo sanitarios, son reacios a trabajar en el
suroccidente, debido a la distancia con respecto al centro de Asturias, que no
es tanta, si no al mal estado de las comunicaciones y especialmente a la
escasez de servicios de todo tipo en estos concejos. A estas cuestiones se
unía, hasta hace poco tiempo, las pésimas condiciones de los contratos.
La escasez de profesionales también afecta a
los centros de salud. Así por ejemplo hemos visto a los vecinos de Navelgas
protestar porque no se cubría una plaza médica y otra de enfermería. Los
problemas para conseguir pediatra también es motivo de queja. Es cierto que
faltan profesionales pero el suroccidente queda siempre para el final. Para
muestra un botón, el área fue la última en
tener disponible una uvi móvil. Está operativa desde febrero de 2022.
Cuando a principios de año se hizo pública la
plantilla orgánica del SESPA para Tinéu se mantenían dos fisioterapeutas. Una
barbaridad. La lista de espera para ser atendidos era en aquel momento de
meses, llegando hasta el año. Había unos 180 pacientes provenientes de
especializada esperando ser atendidos y unos 40 de primaria. Con dos fisios la
lista de espera crece y crece y crece.
Ahora nos hablan de una unidad de
rehabilitación de pacientes con ictus para el hospital comarcal y que más
adelante este mismo equipo atenderá en Tineo. En fin.
La escusa - nunca mencionada, faltaría más –
que provoca estas situaciones es muy clara : poca población. Esa justificación
no escrita puede ser aceptada por quienes no viven aquí, pero es claramente una
injusticia social. Pagamos impuestos pero no se atienden las necesidades
básicas de forma adecuada.
Otro desaguisado más es el de la seguridad en
el Hospital Carmen y Severo Ochoa. Han reducido la plantilla de personal e
seguridad quedando sin ella por las noches y en determinado horario de tarde.
Así están y estarán hasta finales de mayo.
La falta de profesionales de la medicina es
un mal de todo el país. Miles de sanitarios desempeñan su vida laboral fuera de
nuestras fronteras, estamos dilapidando el dinero que cuesta su formación y
sobre todo perdemos a unos profesionales muy cualificados e imprescindibles en
la sociedad. Pues si el mal es general en el suroccidente es aún peor.
Desde la puesta en marcha del Hospital Carmen
y Severo Ochoa han pasado un buen número de gerentes por él, la inmensa mayoría
han sido meras marionetas de la consejería de Sanidad. El deterioro de la
situación en estos últimos años es notoria. Cuando un gerente no se implica con
la comarca, carece de una mínima empatía con los profesionales y con los
ciudadanos las cosas solo pueden ir a peor. Así ha sido. Como ciudadano quiero
un profesional atento a las necesidades y que de forma activa busque y
encuentre soluciones.
Cuando a los consejeros de Sanidad y
presidentes varios se les llena la boca hablando de la sanidad pública
asturiana en el suroccidente esbozamos una sonrisa irónica y ya sabemos que nos
tocarán las migajas.
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