La extrema derecha está aquí. No es un temor,
es una realidad. No se trata de un fenómeno espontáneo, su penetración en la
sociedad vía redes sociales y medios de comunicación es un proceso que se ha
desarrollado a lo largo de años. A su propagación, cual pandemia, han
contribuido especialmente los partidos de derechas que les han franqueado las
líneas rojas que tenían establecidas. Un ejemplo muy claro, de terribles
recuerdos, es lo que esta sucediendo en Alemania. España no se libra de este
cáncer social. Esta perturbación de la democracia es un mal que aqueja en estos
momentos al mundo.
Los partidos de derechas van asumiendo
postulados extremistas en su vano intento de captar los votos que se les han
escapado hacia esas posturas antidemocráticas. En el caso de España es muy
evidente, para muestra el botón de Isabel Díaz Ayuso, pero no hay que olvidar
que Vox se engendró en las filas del PP, como tampoco hay que olvidar que el
propio Partido Popular fue fundado por gentes del franquismo. No se han alejado
mucho de sus orígenes.
Un papel muy relevante en esta propagación
del ideario neofascista lo tienen algunos medios de comunicación, tanto
tradicionales como los creados expresamente para internet. Algunos de esos
medios son viejos conocidos que aún continúan sosteniendo terribles mentiras.
No es una exageración. Los más jóvenes ni
siquiera habrán oído hablar de que existió un denominado «Sindicato del Crimen»
integrado por periodistas y directores de periódicos que se confabularon para
acabar con la presidencia de Felipe González. Alegaban, como no, falta de
democracia, ¿les suena? No es una invención, uno de los integrantes de ese
grupo, Luis María Anson, director en aquel momento del ABC, dijo públicamente
que se habían unido en una estrategia común para acabar con el gobierno
socialista. No dudaron en mentir. A las hemerotecas me remito.
Con el paso de los años no hemos avanzado
mucho, al contrario empeoramos por obra, que no gracia, de las redes sociales.
Hay medios de comunicación que incluyen
artículos que pueden parecer inocuos e inocentes, que tienen un mero afán
informativo. Pues no. Tienen muy mala baba. Están redactados para generar un
estado de opinión y reforzar las ideas más reaccionarias y por ende sirven de
sustento a los postulados de la extrema derecha.
Un ejemplo de ese tipo de noticias es el
artículo publicado en La Razón el 24 de enero de 2025, titulado En
España ya hay más personas nacidas en Marruecos que en Asturias, toda una
declaración de intenciones. En él se hace un repaso al número de extranjeros
residentes en España. No es una noticia, es más.
La extrema derecha nos machaca con la idea de
que los extranjeros nos están colonizando, con lo cual este tipo de «noticias»
les vienen muy bien y refuerzan sus tesis. Bueno, llamar tesis a lo que sueltan
los neofascistas es decir mucho.
La Razón hace hincapié en que los
marroquíes son la comunidad extranjera más numerosa en España, una cuarta parte
residente en Cataluña. Van estableciendo una relación entre la nacionalidad de
los inmigrantes, su número y la cifra de ciudadanos españoles en varias
ciudades. No se olvidan de los venezolanos en Madrid e «informan» que en un
principio se asentaron en zonas de alto nivel económico, y claro, esos son otro
cantar – esto es cosecha mía- hasta IDA los recibe con los brazos abiertos.
Al final del artículo quieren lavarse la cara
haciendo referencia a la diversidad cultural y social, siendo España «un
importante punto de destino para la movilidad internacional». Joder, que bien
les quedó este remate.
Escuchando al director de ese periódico,
Francisco Marhuenda, y ojeando ese medio se sabe de qué pie cojean. Por favor,
no lo hagan, fíense de mí. Un recordatorio. «Paco» Marhuenda fue diputado del
PP en el Parlamento de Cataluña entre 1995 y 1996. Fue uno de los asesores de
M. Rajoy, que todavía no sé quien es este M. Rajoy, cuando fue ministro.
Anteriormente «Paco» fue miembro del Comité Ejecutivo de las Juventudes de UCD.
En el artículo no mencionan, faltaría más, la
importancia de los emigrantes en nuestra economía. Sin ellos el batacazo sería
monumental, las pérdidas económicas alcanzarían cifras mil millonarias, pero de
eso nunca hablan.
Este es un ejemplo de como desde algunos
medios de comunicación se hace el juego a la extrema derecha.
La llegada de Trump a la presidencia
estadounidense, en 2017, supuso para los neofascistas una inyección de
vitaminas de formas y maneras de actuar muy eficaces para llegar al poder
siendo un cabestro. El segundo advenimiento de Donald Trump va a suponer, visto
y oído lo visto y oído, un cambio sustancial en las relaciones internacionales
al tiempo que está revirtiendo los valores democráticos por el autoritarismo,
el matonismo, la xenofobia, la homofobia y el racismo.
Que la derecha, que el PP, está cada día más
cerca de Vox es una realidad. Uno de los últimos ejemplos fueron las
declaraciones del alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, cuando dijo que habría
que convocar minutos de silencio cuando matan a un hombre. Cuando le llovieron
las críticas salió diciendo lo de siempre: sus palabras se sacaron de contexto.
Vaya, hombre. Se retractó y condenó la violencia de género y se sumó al
«compromiso» del PP con el bloque democrático que en España condena la
violencia de género. ¡Olé!
Muy bien, señor alcalde, pero lo primero que
dijo lo soltó de manera natural, la rectificación parece forzada, de manual de
demócrata que no se lo cree. La consecuencia de sus palabras iniciales fue que
muchos ciudadanos, ejerciendo su derecho de libertad de expresión, desde luego,
le aplaudieron sus palabras, incluidas muchas mujeres, algunas de forma airada
reniegan del feminismo, que es lo mismo que repudiar los derechos que tienen en
la actualidad, aún lejos de la igualdad.
Así también se alimenta al monstruo que nos
acecha.
Pongamos nuestro granito de arena
democrático, hacen falta todos. El silencio no es la solución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario