Mucho se está hablando de los acontecimientos
en Palestina. No sirve de nada, el ejército israelí continúa con su plan de
exterminio sistemático de los palestinos.
El 7 de octubre de 2023, va camino de dos
años, el grupo terrorista Hamás asesinó a 1 400 personas y secuestró a otras
252. Un acto despiadado, inhumano, como todos aquellos que realizan los grupos
terroristas. La respuesta del gobierno israelí fue contundente. Aprovechó la
circunstancia para desplegar su ejército en tierras hasta ese momento
palestinas y arrasar con pueblos y ciudades. El número de muertos aumenta día a
día hasta alcanzar unas cifras escalofriantes. Hablan de cerca de setenta mil
muertos, de ellos unos dieciocho mil niños. Algunas fuentes cifran en más de
seiscientos mil los muertos, de los cuales unos trescientos ochenta mil serían
niños de menos de cinco años. Con las imágenes que nos llegan parece evidente
que las cifras de muertos tienen que ser muy importantes. ¿Cuántos palestinos
asesinados les parecerá bien?
Ya no se trata de recuperar los rehenes que
faltan, quieren devastar el territorio palestino y a los habitantes que
sobrevivan alejarlos de ese territorio. Lo confirmó Trump, con intereses
urbanísticos directos, y el ministro de Finanzas de Israel que aseguró que
están negociando con Estados Unidos la división de Gaza, quien dijo con toda su
pachorra que «Una vez destruida, veamos cómo repartirla». No se puede ser más
miserable.
Escuchar a Felipe González decir que con la
entrega de los rehenes por parte de Hamás se acabaría la matanza es o bien de
una ignorancia total o de un cinismo aun mayor. Patético lo de ese hombre. A González se le olvida que Hamás ya ofreció liberar a todos los rehenes a cambio del cese de la agresión del ejército israelí y del abandono de los territorios que ocupó. Netanyahu ya se ve lo que hizo. Ahí están las hemerotecas.
Carecen de cualquier atisbo de humanidad,
pero no son los únicos. Escuchamos, algunos, con estupor e indignación como
dirigentes políticos del mundo «democrático» apoyan las actuaciones criminales
de Israel. En España el Partido Popular, con Ayuso al frente, seguida por
Feijóo, Almeida y luego todos sus
voceros defienden el exterminio israelí. No hay justificación alguna, ni
siquiera la ignominia de que Hamás siga reteniendo rehenes. No se trata solo de
las muertes por bombardeos indiscriminados, ahí están los ataques a hospitales,
los disparos a quienes se acercan a recoger algo de la escasa comida que les
llega o los desplazamientos de la población de forma expeditiva y amenazante.
Todo eso tiene un nombre y así lo ha dicho una comisión independiente nombrada
por la ONU. Habrá quienes digan que esa comisión está manipulada.
Escuchar a ese otro expresidente, José María
Aznar, me provoca tal repulsión que hasta su propia imagen me desagrada. Ahora
nos enteramos que creó, hace unos años, un lobby pro israelí. No da puntada sin
hilo.
La Unión Europea no se atreve a tomar
decisiones independientes. No tuvo problemas en hacerlo con Rusia, pero con
Israel el tratamiento es de guante blanco. Ursula von der Leyen ya ha
demostrado no estar a la altura de las circunstancias, quedó claro al reunirse
con Trump en un campo de golf en Escocia propiedad del estadounidense para
tratar los aranceles. Fue un acto de sumisión por parte de von der Leyen que
humilló ante el mundo a la UE. Lleva dos años sin atreverse a plantear
sanciones contra Israel, al igual que lo hace el gobierno alemán. Es cierto que
no existe unanimidad para tomar decisiones, pero esa actitud invalida la
capacidad de intermediación internacional de la Unión Europea que ha dejado de
ser ejemplo de democracia ante el mundo.
Ante un genocidio en directo no sirven los
silencios. La Historia nos dio lecciones de genocidios, pero ninguno tan
despiadado como el que sufrieron los judíos en el Holocausto durante la Segunda
Guerra Mundial. A lo largo de la Historia habían sufrido innumerables pogromos,
pero lo de Hitler fue tan despiadado que resulta imposible de asimilar aun hoy
día. ¿Cómo es posible que un país, con unos ciudadanos que han sufrido
persecución y han sido asesinados, pueden exterminar a otros seres humanos? No
hay justificación.
Tras la derrota alemana en la Segunda Guerra
Mundial y se conocieron los horrores cometidos por los nazis el mundo se
preguntó cómo fue posible que el pueblo alemán lo permitiera. Se dieron razones
de todo tipo, por miedo, por la humillación del Tratado de Versalles, la
ocupación del Rhur por los franceses, la economía… pero ya antes había un odio
hacia los judíos, extensible a toda Europa, no nos engañemos. Fueran por las
motivaciones que fueran los alemanes votaron a Hitler y luego apoyaron sus
desvaríos expansionistas y genocidas. Cuando terminó la guerra nadie sabia nada
de lo que había sucedido. Casi todos habían callado.
Hoy en Israel solo un escaso número de
ciudadanos se manifiesta en contra del exterminio de palestinos, incluso los
hay que se van a zonas elevadas para contemplar como su ejército arrasa
Palestina. ¡Hay que ser inhumanos! ¿Son los israelíes cómplices de Netanyahu y
sus ministros? Que cada uno se responda.
En España con darse una vuelta por las redes
sociales se pueden comprobar los miles de españoles que apoyan las acciones
israelíes. En su inmensa mayoría son hooligans de Vox y del PP. Me produce un
enorme dolor ver esa deshumanización y trivialización del horror de un
genocidio. No es raro ver que algún conocido o incluso familiar se suma a ese
apoyo. Es horrible.
Las guerras siempre fueron económicas, aunque
se disfrazaran de patriotismo o religión, todo mentira, siempre siempre fueron
económicas. Ahora tenemos dos ejemplos clarísimos, la invasión de Ucrania por
los rusos, otros que se callan ante las atrocidades de Putin, y el caso de
Palestina. En las guerras mueren los que no tienen culpa de nada, son los
dirigentes de sus países los que inician los conflictos armados y se encargan
de justificar sus decisiones. Netanyahu tenía un montón de causas judiciales
pendientes, pues nada, se monta una «guerra» y asunto solucionado.
Esos apologetas del sionismo, pues de eso se
trata, no son capaces de comprender que Hamás es un grupo terrorista e Israel
es un Estado. No se pueden equiparar, pero lo hacen. Esto me recuerda que las
extremas derechas españolas reprochan que el Gobierno de González crease los
GAL, hoy ven normal que Netanyahu ordene el aniquilamiento de todo ser vivo en
Gaza.
La deshumanización recorre el mundo y está a
nuestro alrededor. Los dioses castiguen vuestra inhumanidad por olvidar que los palestinos son seres humanos.
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