Con toda la delicadeza le vierte
agua por la espalda. Su mano la roza hasta convertirse en una caricia. Los
cuerpos, blancos, brillan. El agua les llega a la cintura.
Él repite el ademán varias veces.
No tiene prisa y ella se deja hacer.
Ella está contemplando la
infinitud del mar. Se da vuelta y le sonríe. La coge de la mano y salen del
mar.
Sus cuerpos desnudos concitan las
miradas de los paseantes. No les importa. Él la mira. Aprieta un poco más su
mano.
Se recrean en la salida. Las olas
golpean contra sus ya delicados cuerpos. Cuando llegan a la arena se les nota
el paso de los años. Los pliegues del tiempo están presentes. Sus años deben
ser tantos que a ella la han encorvado. Él, al que la edad ha tratado mejor,
ralentiza aún más el paso. La coge del codo y avanzan con parsimonia hacia las
toallas.
Hay quien no resiste la tentación
y se da la vuelta para verlos.
Mientras, ella recuerda la
primera vez que se bañaron desnudos: tenían dieciocho años. Sonríe.
Como a los 18 by M. Santiago Pérez Fernández is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
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