11 abr 2020

Divagaciones coronavíricas (30)

  Sábado sin pena ni gloria. Trigésimo día de confinamiento. Sé cuando va a llegar. El resto de los pájaros salen despavoridos. Es el rey del cielo. Sigue fiel a la cita. Milana bonita.

  No he visto noticia alguna en el día de hoy. Seguro que no me perdí nada. Imagino que continuarán con la idea de que el personal regrese a los tajos el lunes. ¿Todos? Las cifras de contagios y muertos siguen siendo elevadas, ¿cambió algo? No lo parece.

  Han decidido la reincorporación al trabajo sin que sepamos cuales han sido los criterios que les han llevado a tomar esa decisión. ¿De pronto las concentraciones de personas son aceptables? ¿Es posible mantener las distancias de seguridad? ¿Quiénes tengan que ir a trabajar cuentan con los medios necesarios para protegerse? Si se producen contagios en los centros de trabajo ¿qué consideración van a tener? Si siete o diez días después se produce un incremento en el número de contagios y fallecimientos ¿volverán al confinamiento?

  Demasiadas dudas. No creo que nadie tenga las respuestas. Han tomando una determinación con demasiados riesgos, pero no unos cualquiera, son riesgos mortales. Somos el ¿tercer? país con más contagios del mundo y las cifras siguen ascendiendo. ¿El lunes no vamos a jugar a la ruleta rusa?

  No encuentro razones para esa medida. Bueno, una sí: la económica.

  En los primeros envites de la pandemia nadie se atrevía a decir nada, tras ocho días de paralización han empezado a poner el grito en el cielo y relatarnos los males que nos esperan. No van a ser buenos tiempos, pero por otro lado nos están diciendo que esto durará unos meses y que esperan que para el verano se vaya estabilizando la situación. Si es así, entonces la tesitura no va a ser tan dramática.

  Por otro lado, nos han contado que se han tomado unas medidas económicas nunca vistas para paliar los efectos sociales y económicos de la enfermedad. ¿En qué quedamos? ¿Son buenas o no tanto?

  Continuando con su relato, la Unión Europea piensa arrimar el hombro. Imagino que esas ayudas contribuirán a paliar los efectos negativos ¿o no?

  A los empresarios patriotas todavía no les he escuchado nada de repatriar parte, al menos parte, de las empresas que han deslocalizado. Estoy seguro que esa medida contribuiría de forma notable a la recuperación. Tampoco les oí nada de rebajar sus expectativas de beneficios.

  Algunos habrán echado cuentas y no les salen como quieren. Por otro lado, es necesario que la población se vaya inmunizando, así que uno más uno: a trabajar. Más adelante hablaremos de los “daños colaterales”.

  Todo sea por la colectividad y el futuro.

  Hay otra cuestión que se está planteando desde hace días y es la constitucionalidad del decreto del estado de alarma. Entendidos en leyes dicen que o no es constitucional o que plantea dudas. No tengo ni idea. El Gobierno tiene a su alcance unos servicios jurídicos muy potentes que les asesoran, ¿no lo hicieron? Lo dudo. ¿Lo hicieron y ni caso? Pues no sé. Quiero pensar que se ajusta a la Ley.

  Lo plantean, al menos por lo que yo he visto, por el tema del confinamiento y el de las sanciones. ¿Son ganas de desestabilizar aún más o tiene visos de realidad? ¡No lo sé!  En Italia o Francia ¿pasa lo mismo? ¿Tienen una legislación tan diferente que allí si es legal y aquí no? o sencillamente también lo hacen mal.

  Tengo demasiadas dudas. Es seguro que no tengo los conocimientos adecuados, pero tampoco tengo las explicaciones que me puedan ayudar a comprender lo que está pasando. Hay algo que tengo claro, sigue habiendo demasiados muertos y el número de contagios asciende. ¿Cuestión de vida o muerte para muchos ciudadanos? Si. Joder, más vale que no la fastidien.

  A pesar de los pesares, ánimo.

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