Una ingente cantidad de
información nos atrofia. No nos paramos a procesar todo lo que nos ofrecen. No
es casualidad.
Gobiernos, empresas de todo tipo,
grupos de presión, partidos políticos y un sinfín de entidades y organismos nos
saturan con datos y declaraciones. Unos con buena intención, otros con el fin
de impregnar nuestra mente con sus mensajes y aturdirnos.
Pues lo están consiguiendo. No
neguemos la evidencia. Nada cambia. Los ciudadanos no estamos involucrados en
lo que sucede a nuestro alrededor. La crisis que padecemos, y pagamos, lo está
demostrando.
Hay dos cuestiones de enorme
trascendencia – para mí – que no están teniendo ninguna respuesta clara por
nuestra parte: Cataluña y Grecia – esta última quedará para otra ocasión -. Lo
del gobierno y partidos políticos es, en una palabra, patético.
En el caso de Cataluña todos
están dejando pasar el tiempo. Mientras el gobierno del indolente Rajoy espera
que todo se solucione por sí mismo, los partidos políticos están a la
expectativa y se dejan llevar. Cuando se den cuenta van a tener el enorme
problema encima. Ya lo tienen y el sopor veraniego no les dejar salir de su
letargo.
La candidatura catalana está
perfilada, las elecciones en septiembre y ¿qué se ha debatido sobre la
independencia? Nada.
Todos han dado opiniones, las más
de las veces subidas de tono y contraproducentes para poder, siquiera, hablar.
Artur Mas y compañía, y es mucha
la compañía, no han dejado de pensar y repensar la estrategia. Mientras los
demás callan y dejan hacer, ellos van a hechos consumados.
La candidatura que han montado
con ganar las elecciones tiene suficiente. Van con todo para delante, van hacia
la independencia. Mientras, los demás esperan a comprobar el resultado electoral.
¡Menudos
estrategas de mierda! Cuando no tenga remedio se subirán por las paredes. El problema catalán no se va a solucionar
tras las elecciones, todo lo contrario.
Oigan,
eso de que saldrán de la Unión Europea no les acojona. Para los
independentistas todo es negociable y sí lo más difícil lo consiguen, la
independencia, lo demás está chupado.
Así de
clarito lo tienen. Esa es la conclusión a la que se puede llegar escuchando y
leyendo sus argumentos. Digamos lo que digamos, no se apartan de ese camino.
O salen
escaldados de las elecciones o la que nos espera. Se admiten apuestas.
¿Problemas
con la parte de la deuda que les correspondería? Ninguno. De verdad, ninguno.
Lo tienen a huevo: privatizar los aeropuertos y puertos de Cataluña. Se acabó.
Eso sin hablar de otros chollos que
aún andarán por ahí: transportes, comunicaciones, energía, etc.
Fácil
¿verdad? Ahí hay mucho, mucho, mucho dinero. Los bancos estarían encantados con
enganchar esos caramelos.
Y siempre
les quedará otra solución: convertirse en otra Andorra y más potente. Para
entendernos: transformar a Cataluña en otro paraíso fiscal. De eso saben un
montón y en todo caso que pregunten a Pujol.
No nos
engañemos. Se encuentran geográficamente en una situación privilegiada con
respecto al resto de la Península, excepto el País Vasco. Tienen todas las
comunicaciones que necesitan; sigue siendo una zona industrial y turística muy
importante; tecnológicamente no se quedan atrás y saben venderse bien.
Venga
señor Presidente, señores de la oposición, ustedes sigan debatiendo quien ganó
las elecciones, los repartos y sobre todo sigan
cargando contra los partidos emergentes. Sigan pensando en las elecciones
generales y olvídense de Cataluña.
Nadie se
quiere mojar antes de tiempo. Todos los partidos están obsesionados con las
generales y Cataluña es un grano en el culo, mejor dejar que siga engordando.
Veremos los resultados, luego ya hablaremos. Vamos jodidos. Menudo otoño,
invierno y primavera nos espera.
Señores, tranquilos, estamos en verano y ya se sabe…todos a dormir la
siesta.
Cataluña por su lado y nosotros pasamos by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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