¡Por fin Asturias tiene gobierno!

Fotografía de Luisma Murias para La Nueva España

Tras dos meses, los asturianos ya tenemos gobierno. Un tiempo record. Yo no tengo la culpa ¿y ustedes?

Ni ustedes ni yo somos los responsables. Los resultados electorales nos depararon seis partidos políticos en la Junta General que tardaron este tiempo en posicionarse. ¡A mí que me registren!

El partido socialista dio por hecho que tenía que gobernar. Tras lo sucedido en el ayuntamiento de Gijón los nervios afloraron pero eso no sirvió para la contención verbal de algunos. Hubo quien lastró las conversaciones.

La lógica aritmética nos decía que el PSOE debería gobernar pero la elección de presidente o de alcaldes no es directa. Son los diputados, en este caso, los que deciden. Los más viejos en estos menesteres deberían haberla visto venir y tendrían que haber templado gaitas. No quisieron o no supieron.

Se habló, algunos despotricaron, mucho de los resultados de Gijón. El nombramiento de Wenceslao López, en Oviedo, sirvió para aplacar un poco los ánimos. Los que criticaron a Xixón Sí Puede por no apoyar a los socialistas aplaudieron a Somos Oviedo ya que les avaló para conseguir la alcaldía, a pesar de ser la tercera fuerza en votos.

Total, que cada uno opinó según les fue en la fiesta.

Tras la primera votación en la Junta General a los socialistas se les quedó una cara que era todo un poema. No se esperaban el empate con el Partido Popular.

Mercedes Fernández, “Cherines” para los amigos – yo no me encuentro entre ellos -, no se lo creía. Foro, sí Foro, les dio sus tres votos. Nada extraño por otra parte. Tras la desbandada de Álvarez Cascos están tendiendo puentes para volver a la “casa materna”, ahora que se quedaron huérfanos de padre.

Pudimos ver en la prensa – yo con infinito asombro – que algunos de los partidos presentes en la cámara nos decían que era la hora de negociar en serio. Es más, afirmaron que iban a lograr un gobierno centrado en la creación de empleo, los servicios sociales y la lucha contra la corrupción.

Carajo, entonces esperaban aumentar el desempleo, dejar de prestar servicios sociales y ser – los que lo sean – aún más corruptos ¿verdad?

¡Hay que joderse!

Cada uno jugó sus cartas, sus votos, como consideró oportuno, solo que unos decidieron que la verdad estaba de su lado.

Miren, yo a estas alturas no me creo nada y menos en política. Las decisiones de cada grupo obedecen a su estrategia y a las expectativas de sus electores. Aunque esto último no sé si es muy cierto, se suelen pasar por el arco de triunfo la opinión ciudadana.

Ahora veremos como algunos de los más exaltados dicen que eso era lo que había que hacer, que la culpa fue de los otros y que la democracia ha triunfado.

Y yo me descojono.

Ya tenemos presidente. Ahora pueden irse de vacaciones tranquilos, sobre todo aquellos más inquietos. Vuelvan relajados, gánense el magnífico sueldo, no cobren dietas indebidas y, por favor, de vez en cuando piensen en los ciudadanos.

Los seis de la Junta serán responsables de todo cuanto nos acontezca, como hasta ahora.

Menuda legislatura nos espera.

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