Estamos
tan pendientes de los dichos de Rajoy, la batalla entre socialistas y la
ruptura entre Iglesias y Errejón que nos pasan desapercibidas informaciones que
nos afectan de forma directa. Más que afectar nos están haciendo puré.
En
los primeros días de enero de 2017 los medios de comunicación nos informaron
del coste del rescate al sector financiero. No lo hizo ningún economista rojillo, los datos los aportó el
Tribunal de Cuentas.
Dicho
de forma rápida, según el Tribunal de Cuentas, los recursos totales
comprometidos en la reestructuración – el rescate – ascienden hasta ahora a
122.122 millones. El FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) aportó
76.820 millones, el Banco de España contribuyó con 9.800 y el Fondo de Garantía
puso 35.500. Estas cifras se refieren al periodo comprendido entre 2009 y 2015.
Eso,
según dicen los que saben de cuentas, no quiere decir que se hayan gastado todo
ese montón de millones. Aquí empiezan a descontar el importe obtenido por el
sector público en los casos en que se ha
vendido la totalidad o parte de la participación en el capital de las
entidades. Los millones del FROB tampoco debemos contabilizarlos ya que
mantiene en balance sus participaciones en entidades y otros activos
financieros.
¿Quedó
claro? Clarísimo. Vale, de esos 122.122 no se gastaron todos y por eso las
cifras bailan. Poner hubo que ponerlos y eso significa quitarlos de otro lado
¿o van a decirme que no?
Aquí
mintió todo dios. ¿Quién les cree ahora?
Se
nos dijo que el rescate no iba a suponer ningún coste para los ciudadanos. ¡Y
hubo quien se lo creyó! Pues el Tribunal de Cuentas nos dice lo contrario.
Luego
vino la cantinela de que los bancos nos devolverían hasta el último céntimo. Ahora
nos cuentan que el Estado sólo ha recuperado 2.686 millones. Son muchos los
economistas que afirman que nunca se recuperará el total, ni siquiera una
pequeña parte.
Volvieron
a mentir.
Lo
curioso, por decir algo, de todo esto es que no saben lo que nos ha costado o
lo que va a costar.
A
estas cifras hay que sumar unos 58 millones de euros. ¿Qué es eso? Nada, una
ridiculez. Esta exigua cifra fue destinada para pagar honorarios y gastos
varios en la reestructuración. Aquí se incluyen, por ejemplo “los costes
incurridos en las contrataciones de la fase de diagnóstico de la situación del
sistema financiero español”. Pues bastante más barato se lo hacía yo. ¿De
verdad necesitaron tanto dinero para decir que estaba hecha unos zorros? ¿Dónde
estaban los controles?
Esa
pregunta es el inicio de otra historia colateral que no tiene desperdicio: el
papel que jugó el Banco de España en todo este desbarajuste.
Resumo:
no hizo nada. Cada vez que salía el gobernador del Banco de España en un medio
de comunicación era para decirnos que teníamos que apretarnos el cinturón.
Mientras nos advertían con vehemencia ellos miraban para otro lado ante el
latrocinio de la banca.
Hace
tiempo que sabíamos que hubo informes de inspectores del Banco de España que
advirtieron que la operación de salida a bolsa de Bankia era inviable y suponía
un riesgo para los accionistas y los contribuyentes.
¡No
hicieron nada!
En
estos momentos Miguel Ángel Fernández Ordóñez, exgobernador del Banco de
España, está imputado por la autorización de la operación en bolsa de Bankia.
En la misma situación se encuentra Julio Segura, expresidente de la Comisión
Nacional del Mercado de Valores.
El
mayor pufo que estamos pagando es el de Bankia.
Mintieron.
De
estas a montones. Ahí tenemos las preferentes o el caso de Fórum Filatélico.
En
todos los casos el banco central nacional y supervisor del sistema bancario no
cumplió con su deber. Permitió, consistió, que las entidades financieras se
comportasen como facinerosos. Nos han chuleado y nosotros somos los paganinis.
La
corrupción y las tropelías afectan a todos los niveles de las estructuras del
Estado. Están hasta las trancas de mierda.
Tranquilos,
el país ha pasado por peores situaciones y tiene capacidad para salir adelante.
Eso dicen. Lo que está claro es que ustedes y yo lo vamos a pagar.
Última
hora: el actual gobernador del Banco de España, Luis María Linde, ha defendido
hoy en el Congreso “los retrasos adicionales en la edad de jubilación” y
también los planes privados de pensiones.
Pues
vale.
La banca que nos arruina by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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