Los Hernández son una familia de detectives. Como en todas las familias
hay sus más y sus menos. El padre, Mateo, es el jefe del negocio, parece un
poco mandón y tiene un secreto. Lola, su mujer, tiene sus cosas y los hijos,
pues cada uno con sus particularidades. Vamos, que son una familia muy típica. Bueno, o no
tanto. Si exceptuamos que la hija mayor, Nora, está desaparecida; que Amalia
regreso a casa por… y que Marc es un hombre con… pues sí, son una familia muy
normal. Aunque eso de ser detectives ¿es muy normal? Les acompaña Ayala, que no
es de la familia pero como si lo fuera, que realiza los trabajos más delicados.
Lo dicho, los Hernández, detectives, son raritos.
Su mundo se circunscribe al barrio barcelonés donde siempre han vivido y
trabajado. Todos se conocen. No hay secretos de nadie para nadie y, sin
embargo, Hernández Detectives tiene su curro ahí.
Mateo renegó, profesionalmente, de la búsqueda de personas, es tan firme
en sus principios que cuando un constructor le pide que encuentre a su hijo, acaba
aceptando. Asunto fácil. Pues no, se lía
la madeja.
¿He mencionado a un constructor, verdad? Pues ya saben, corrupción al
canto. No falta la picaresca o algo tan sucio como el tráfico de personas.
Los personajes del barrio son los confidentes de Mateo, con los que se
ha tejido una red clientelar. Estos personajes están tratados con cariño,
ironía y humor.
El pasado persigue a Mateo y el día a día es una lucha continua. Él es
el ancla que mantiene unida a la familia y a flote, más o menos, el negocio. La
enfermedad condiciona, no, determina las relaciones familiares, al igual que
Nora, mejor dicho, la desaparición de Nora.
Novela con los ingredientes necesarios para ser entretenida. No falta la
crítica social, los malos, los amigos-amigos, los problemas familiares, un poco
de humor y de ironía, también de mala leche, la enfermedad y el amor.
Pues debe ser interesante, seguro, pero ¿de qué novela nos estás
hablando?
Ven, acabo de hacer lo que dicen que no se debe hacer: dejar el título
para el final. Pues vale. Me lancé y… joder, se me pasó lo más importante,
perdón Rosa Ribas.
Anda que no le das vueltas ni nada.
El título es Un asunto demasiado
familiar. Venga, lo repito. El título de la novela es Un asunto demasiado familiar escrita por Rosa Ribas. Sin ofender a
la autora, en algún momento me recordó a Eduardo Mendoza.
Pesao.
Ahora que estamos en campaña electoral se la recomiendo para descargar
las neuronas. Oigan, también se la recomiendo para después de las elecciones.
Me lo pasé bien.
Bueno, ya saben, ni puñetero caso. Vayan a su biblioteca pública o
librería preferida, háganse con el libro, se lo llevan para casa y al amor de los
suyos y del hogar, disfrútenlo.
Hernández, detectives de barrio by Santiago Pérez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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