Domingo. Vigésimo cuarto día en
casa. Todo tranquilo. Un domingo más. No. En esta poblada aldea resistimos,
todavía y como nunca, al virus invasor. La vida no es fácil, pero aguantamos.
Demasiados muertos anónimos,
nunca tan solitarios. En este mar de tristes muertos, Aute se fue. Estaba malito desde hace mucho
tiempo y se apagó.
Entre el millón de cosas que
tendríamos que revisar, cuando esto pase, no podemos olvidarnos de la
residencias de mayores. Hacen agua por todos los lados.
Turquía, al final, permitirá la
exportación de los respiradores que había vendido a Castilla-La Mancha y
Navarra. Habían dicho, los de siempre, que provenían de China.
Los contagios siguen por todo el
mundo. Lo de USA puede ser la leche. Tampoco nos dirán la verdad. Otros que de
momento no tienen demasiados casos, ¿será verdad? son los suecos. La población
toma de forma individual las medidas de protección. Dicen que los usuarios de
metro, tranvía y trenes han disminuido en un cincuenta por ciento. En Estocolmo
la mitad del personal trabaja desde casa.
Vamos, igual que nosotros.
Me sigue sorprendiendo la
facilidad con la que se habla de los peligros económicos. Caos, desolación...
Saben, el fin del mundo llega cuando la palmamos. A algunos de esos videntes
económicos quisiera verlos en una UCI ¿se acordarían de la economía?
Pues eso.
No hace falta que me recuerden lo
mal que lo están pasando algunos ciudadanos y lo que nos espera. No será fácil,
pero eso tiene solución, la muerte no.
Anda que no es grandón ni nada el
ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. En una entrevista va y suelta:
“Es que no tengo ninguna razón para arrepentirme de nada ni este Gobierno tiene
ningún motivo para arrepentirse de nada”.
Olé tus güevos. ¡Qué guapu estaba calladín! ¡Vaya si tenéis
motivos!
Leí que los diputados de la
extrema derecha irán mañana a sus despachos del Congreso. Muy bien, así,
poniendo a prueba su hombría. Perdón, pero las mujeres entre ellos no pinta
nada.
Hablando de descerebrados, los
hay que siguen pidiendo la intervención de S.M. para desalojar al Gobierno.
Cansinos.
Hay otro, de la derechita, que se
está cubriendo de gloria. El expresidente de Extremadura, José Antonio Monago,
paga anuncios en Facebook para atacar al Gobierno y a la Junta de Extremadura
por falsear las cifras de fallecidos.
Eso es lo que toca ahora, si
señor.
Uno que casi no reconozco. El
diputado Rufián, no sean malos, Gabriel Rufián dijo:”Si hablo ahora de
autodeterminación en la tele igual me tiran el mando a distancia”.
Vaya.
La jornada ya está ventilada.
Dentro de un poco tocan aplausos, luego cena, película, lectura y a sobar.
En Beas de Segura, Jaén, un grupo de personas se saltan el confinamiento para bailar alrededor de una
furgoneta que llevaba unos altavoces del copón. Ya está todo dicho.
En las últimas veinticuatro horas
han fallecido 674 personas. Según las cifras oficiales van 12418 fallecidos;
130754 contagiados y 38080 curados. ¡Cómo para ir de fiesta!
Venga, nos vamos a merendar otra
semana más. Ánimo.
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