5 abr 2020

Divagaciones coronavíricas (23)

  Domingo. Vigésimo cuarto día en casa. Todo tranquilo. Un domingo más. No. En esta poblada aldea resistimos, todavía y como nunca, al virus invasor. La vida no es fácil, pero aguantamos.

  Demasiados muertos anónimos, nunca tan solitarios. En este mar de tristes muertos,  Aute se fue. Estaba malito desde hace mucho tiempo y se apagó.

  Entre el millón de cosas que tendríamos que revisar, cuando esto pase, no podemos olvidarnos de la residencias de mayores. Hacen agua por todos los lados.

  Turquía, al final, permitirá la exportación de los respiradores que había vendido a Castilla-La Mancha y Navarra. Habían dicho, los de siempre, que provenían de China.

  Los contagios siguen por todo el mundo. Lo de USA puede ser la leche. Tampoco nos dirán la verdad. Otros que de momento no tienen demasiados casos, ¿será verdad? son los suecos. La población toma de forma individual las medidas de protección. Dicen que los usuarios de metro, tranvía y trenes han disminuido en un cincuenta por ciento. En Estocolmo la mitad del personal trabaja desde casa.
  Vamos, igual que nosotros.

  Me sigue sorprendiendo la facilidad con la que se habla de los peligros económicos. Caos, desolación... Saben, el fin del mundo llega cuando la palmamos. A algunos de esos videntes económicos quisiera verlos en una UCI ¿se acordarían de la economía? 
  Pues eso.

  No hace falta que me recuerden lo mal que lo están pasando algunos ciudadanos y lo que nos espera. No será fácil, pero eso tiene solución, la muerte no.

  Anda que no es grandón ni nada el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. En una entrevista va y suelta: “Es que no tengo ninguna razón para arrepentirme de nada ni este Gobierno tiene ningún motivo para arrepentirse de nada”.
  Olé tus güevos. ¡Qué guapu estaba calladín! ¡Vaya si tenéis motivos!

  Leí que los diputados de la extrema derecha irán mañana a sus despachos del Congreso. Muy bien, así, poniendo a prueba su hombría. Perdón, pero las mujeres entre ellos no pinta nada.

  Hablando de descerebrados, los hay que siguen pidiendo la intervención de S.M. para desalojar al Gobierno. Cansinos.

  Hay otro, de la derechita, que se está cubriendo de gloria. El expresidente de Extremadura, José Antonio Monago, paga anuncios en Facebook para atacar al Gobierno y a la Junta de Extremadura por falsear las cifras de fallecidos.
  Eso es lo que toca ahora, si señor.

  Uno que casi no reconozco. El diputado Rufián, no sean malos, Gabriel Rufián dijo:”Si hablo ahora de autodeterminación en la tele igual me tiran el mando a distancia”.
  Vaya.

  La jornada ya está ventilada. Dentro de un poco tocan aplausos, luego cena, película, lectura y a sobar.

  En Beas de Segura, Jaén, un grupo de personas se saltan el confinamiento para bailar alrededor de una furgoneta que llevaba unos altavoces del copón. Ya está todo dicho.

  En las últimas veinticuatro horas han fallecido 674 personas. Según las cifras oficiales van 12418 fallecidos; 130754 contagiados y 38080 curados. ¡Cómo para ir de fiesta!

  Venga, nos vamos a merendar otra semana más. Ánimo.

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