25 nov 2024

Insidia


  La tragedia de Valencia además de muertos, desolación y tristeza infinita para quienes lo han perdido todo arrastró y sacó a la luz la vileza en unos políticos sin un ápice de humanidad.
  Los responsables de alertar a la población han demostrado una incompetencia mortal. No hicieron caso de las alarmas que les enviaron insistentemente los técnicos. Hubo quien reconoció no conocer como se podría haber avisado a los ciudadanos del peligro que corrían, a pesar de ser competencia suya por el cargo que ocupaba.
  Hemos asistido a la negligencia letal de la máxima autoridad de esa comunidad y como fue culpando a todos los organismos de no haber cumplido con su trabajo. No importa que los datos hayan demostrado su nefasta incompetencia. Siendo conocedor, o debería serlo, de la alarma existente siguió adelante con la comida programada con una periodista para ofrecerle la dirección de la televisión autonómica. Durante horas estuvo incomunicado. El secretismo que mantuvo inicialmente así como los cambios del relato han llevado a sospechar de esa comida. Imagino que las explicaciones que tuvo que dar en su casa fueron arduas.
  Tras unos momentos iniciales de sintonía entre las administraciones, al tercer día el presidente valenciano declaró la guerra, junto a sus jefes de Madrid, al gobierno central. No dejaron títere con cabeza. Hicieron casus belli del nombramiento para la vicepresidencia de la Comisión Europea de Competencia y Transición Verde ofreciendo una imagen patética a la vez que pusieron en juego la puesta en marcha de la nueva Comisión Europea. Al final, una vez más, se quedaron solos demostrando su impericia, falta de conocimientos del funcionamiento de la Unión Europea y del nulo peso político que tienen.
  Si esto es grave no menos lo fueron las formas utilizadas tanto en el parlamento español como en el europeo. Destilaron odio en las formas y en el contenido. Así entienden la política, inculcando rencor y dividiendo a la población. Ensucian lo que tocan.
  Hemos asistido, y lo que nos quedará por ver, a una puesta en escena por parte de la oposición tan deshumanizada que me asusta. Cuando me refiero a este tipo de comportamientos de esta derecha extrema suelo decir que no tienen pudor ni vergüenza a lo que suman una osadía, no diré kamikaze, ya que ellos siempre se van de rositas, pero sí aniquiladora. No tienen inconveniente en llevarse por delante la convivencia y la verdad. La actitud, los mensajes del líder gallego me sorprenden por su simpleza cargada de maldad y poco, por no decir ningún, juicio. Resulta patético.
  A estas alturas conocemos muchas de las actuaciones, o mejor dicho inacciones, y espero que algún día tengan consecuencias penales ya que políticas no las va a tener.
  Por su parte el gobierno central, a la vista de la inoperancia de las autoridades autonómicas, tenía que haber dado un paso al frente. No se me olvidó lo que dijeron e hicieron desde la extrema derecha y la derecha extrema cuando se declaró el estado de alarma durante la pandemia del COVID-19. Es curioso que en el primer momento el líder de la oposición exigiese al gobierno español que encabezase le reconstrucción en Valencia, dejando en muy mal lugar a su presidente autonómico. Al  día siguiente se dieron cuenta de lo que había propuesto y no les quedó otro remedio que cargar contra todos. No es la primer vez que ese hombre mete en un lío tremendo a su partido. Es un botarate.
  Las horas previas a las trombas de agua caídas eran fundamentales para salvar vidas y a pesar de estar la información en las redes sociales, de las alertas dadas por los medios de comunicación, no fueron suficientes para alarmar a la población y es en ese momento cuando alguien tenía que haber alertado a la ciudadanía. Repito, no cabe duda alguna de quienes tienen la responsabilidad legal en casos de alarma de avisar a la población, las autoridades autonómicas, pero ante la desidia de estas el gobierno central tenía que haber sido más explícito y firme.
  Han muerto muchas personas, muchos bienes se han perdidos y ahora la derecha extrema está construyendo un relato para exonerar de sus responsabilidades al inepto del presidente valenciano, o en su caso difuminarlas o repartirlas.
  Es muy triste comprobar el desconocimiento del funcionamiento administrativo político de España y ver como las mentiras y bulos van dejando un poso que se convierte rápidamente en fango.
  Entre las últimas actuaciones, para poner vendas en los ojos, el presidente de la Comunidad Valenciana nombra a un militar como encargado de la reconstrucción. Sin negar los méritos de ese señor con su nombramiento se está dando una imagen muy mala de la capacidad de la clase política, al menos en la derecha extrema.
  Tras las guerras, los desastres naturales, llega la reconstrucción y en esos momentos el dinero corre a raudales con escasos controles. Los desalmados se aprovechan del caos y las necesidades apremiantes para hacer magníficos negocios. Hemos visto como entre los escombros, con personas desaparecidas, seres abyectos se dedicaban a robar. Empresas de «amiguitos del alma» obtendrán, ya lo están haciendo, contratos muy suculentos. Para eso están los amigos.
  Desde todos los puntos de España se han enviado miles de toneladas de alimentos y eso me causa inquietud, no por los actos solidarios, faltaría más, si no por los miserables que siempre se aprovechan de las desgracias.
  De esta fatalidad tampoco saldremos mejores. Seguirán construyendo en las zonas colindantes con los barrancos; no se tomarán medidas de mejoras de los cauces; las ayudas, con las prisas, acabarán beneficiando a unos más que a otros; tengo dudas que los ciudadanos pasen la factura electoral a quienes fueron los máximos responsables de la hecatombe…
  No soy muy optimista. El encrespamiento social, la confusión creada con maldad, la mala memoria colectiva hará que en unos meses pasemos a otras cosas. Fuera de los afectados quedará un vago recuerdo de lo sucedido y algunos voluntarios tendrán motivo de conversación para mucho ttiempo.
  Espero que lo más pronto posible, aunque nunca lo van a olvidar, los damnificados consigan algo de paz y que no los dejen tirados.

 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario