13 may 2025

Franquismo de cartón piedra





  La propaganda política no es reciente ni mucho menos. Tendríamos que remontarnos a la Antigüedad, pero no viene al caso. Hoy quiero hablarles del libro Franquismo de cartón piedra: arquitectura efímera y de propaganda en los primeros años de la dictadura. José Gómez del Collado (1942-1948), de Jorge Bogaerts, publicado por Ediciones Trea. Creo que su largo título deja claro el contenido.
  José Gómez del Collado fue un arquitecto asturiano, de Cangas del Narcea, que hasta qué cayó en desgracia fue el responsable de la puesta en escena de los grandes actos públicos del franquismo en la década de 1940.
  El libro tiene 282 páginas, con un buen número de diseños de los montajes ideados por Collado, así como fotografías de los diversos eventos. Tiene siete páginas de bibliografía.
  Según nos cuenta el autor, Gómez del Collado fue un quintacolumnista en favor de los golpistas. Su labor, y los contactos que realizó en ese momento, le sirvieron para acceder a ese puesto tan relevante e importante para los franquistas.
  El autor describe de forma pormenorizada los detalles de cada una de las tribunas, altares, estandartes, mástiles, casetas para ferias de libros... que construían. Especifica el número de comparsas al igual que el coste de cada construcción. No eran montajes fijos, si no que se desmontaban e incluso se reciclaban para otros actos. Podemos definir su trabajo en estos años como una arquitectura efímera.
  Desde luego las estructuras más fastuosas fueron aquellas en las que participaba el dictador Franco.
  El volumen recoge de forma extensa la visita que Eva Duarte, conocida como Evita Perón, realizó a España en junio de 1947, del día 8 al 26. El motivo fue la recepción de la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica que le otorgó Franco para agradecer a Perón que Argentina vendiese trigo a España a crédito, a cambio España enviaba metales que necesitaban y herramientas. En aquellos años el hambre asolaba el país. El aislamiento político y la autarquía decretada por el inepto de Franco agravó aún más las consecuencias de la guerra civil que inició. Para quienes tengan mala memoria o no lo sepan por su juventud, el aislamiento político estaba motivado por las vinculaciones de Franco con los nazis y fascistas italianos, determinantes para que los franquistas ganaran la guerra. Los gastos de este viaje fueron elevadísimos para la época, el autor nos dice: «el gasto total asumido por el gobierno fue de 4 822 936,22 pesetas. A ello habría que sumar los numerosos obsequios por parte de ayuntamientos, autoridades locales y particulares» (pág. 234). ¡La cantidad fue astronómica!
  Paralelamente a estas descripciones Jorge Bogaerts, nos ofrece informaciones sobre personajes relevantes del primer franquismo y su papel político, lo cual contribuye a poner en contexto los trabajos del arquitecto cangués. Nos ofrece también destellos de las luchas intestinas entre los franquistas, que haber las hubo, muy duras y por el escaso poder que les dejaba Franco.
  Como todas las dictaduras, el franquismo necesitaba de una exaltación carismática de su líder, muy necesitado de alabanzas ya que su aspecto físico no contribuía a ello, todo lo contrario que José Antonio Primo de Rivera, buen tipo, con verbo flamígero, y tal vez por eso, entre otras cosas, le caía tan mal a Franco.
  Franco y los suyos tuvieron buenos maestros en la Italia de Mussolini y especialmente en la Alemania nazi con su gran propagandista Goebbels, ministro de Propaganda. En esto de la propaganda franquista tuvo mucho que ver el «cuñadísimo» de Franco, Ramón Serrano Suñer, germanófilo total a la vez que entusiasta de Mussolini.
  Un número muy importante de periódicos pertenecían a la Cadena de Prensa del Movimiento, en manos de la Falange, los que no estaban integrados en ella no se les ocurría discrepar. La censura atenazaba a todos los medios de comunicación. Este grupo perduró, mermado, hasta la llegada de la democracia.
  Un papel muy relevante en la propaganda franquista fue el Noticiario Cinematográfico Español, conocido como NO-DO. Se trataba de un noticiero de propaganda para mayor gloria de Franco. Se proyectaba en los cines españoles antes de las películas desde 1943 a 1981. Hacia el final de la dictadura muchos espectadores esperaban a que acabase para entrar a la sala. Poco más se podía hacer como acto de protesta individual, cualquier desavenencia pública con el régimen podía dar con los huesos del osado en la cárcel o con una sarta de hostias en los cuarteles de la Guardia Civil o la Policía Armada (los grises).
  Ahora la extrema derecha y los nostálgicos de la dictadura franquista utilizan, muy bien por cierto, las redes sociales, lo cual les resulta mucho más barato. Estos franquistas redivivos no saben que en una dictadura no hay opiniones ni criterio personal, el dictador piensa por todos. Bueno, tampoco me extraña, estos no piensan demasiado.
  Volviendo al Franquismo de cartón piedra, la historia de José Gómez del Collado no acabó muy bien. Entre junio y agosto de 1948 fue juzgado. Fue denunciado por lucro ilícito de material, dinero y personal público que le llevó a prisión, aunque no por mucho tiempo. Probablemente a ello contribuyeron sus contactos y que no sería el único implicado. La corrupción estaba al orden del día en el franquismo, es más, era un régimen corrupto.
  José Gómez del Collado volvió a Asturias y se dedicó a su profesión. En Cangas del Narcea quedan unas cuantas construcciones diseñadas por él.
  El libro aporta una visión poco conocida de la propaganda franquista adecuada para los curiosos y apasionados de la Historia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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