Viñeta publicada en La Nueva España el 21 de agosto de 2013
No sé ustedes, pero yo estoy
hasta el gorro de pagar más y recibir menos.
En los últimos años nos han
exprimido tanto que ya no nos queda nada qué ofrecer. Y un jamón. Hay quienes
piensan todo lo contrario. Todavía aguantamos otras vueltas de tuerca.
No, no he cambiado. Sigo pensando
que los impuestos directos sobre las rentas son lo más justo y necesario que
existe. Eso sí, para todos sin excepción, no solo para la llamada clase media.
Permítanme un inciso. Parece que
las clases vuelven a resurgir en la terminología económica y mediática. ¡Nunca
desaparecieron!
Las bolsas de fraude fiscal de
las grandes empresas y desorbitadas fortunas son suficientes para sacar a este
país del desastre en el que nos metieron. Pero ahí nadie quiere saber nada. Argumentos
tan falaces como que más impuestos ahuyentan al capital, ya no cuelan.
Hay también quien afirma, sin
pudor ninguno, que gravar aún más el consumo es una buena medida. Vamos, esto
no se lo creen ni locos. Decir lo dicen, pero saben que mienten.
Cuestiones como el déficit
diferente entre comunidades autónomas, el federalismo asimétrico o no hablemos
de los conciertos económicos, nos están machacando. En esto tampoco todos somos
iguales.
Ya sé que se me tachará de centralista
o de cualquier otra cosa. ¡Qué le vamos a hacer!
Las peculiaridades de este país
nuestro son bien sabidas. Lo que pasa, así lo entiendo yo, es que cada vez los
criterios del reparto de la tarta son más discriminatorios para unos que para otros.
Las lloreras económicas de los
nacionalistas catalanes no me conmueven desde hace muchos años. No se queda a
la zaga el concierto económico vasco, que creo que lo andan negociando ahora.
¿Será por eso que los nacionalistas vascos están tan callados? Ya saben, cuando
se habla de dinero, lo mejor es la discreción que está muy mal hablar en
público de esas cosas.
Hoy en España hay comunidades
autónomas que están ejerciendo como paraísos
fiscales y luego se jactan de tener buenos datos económicos e incluso de
crear empleo. Dicho en plata: lo hacen jodiendo a los demás.
En relación con esto de los
impuestos, hemos leído estos días que en el caso de Asturias nos han elevado,
desde el 2012, cuatro impuestos y creado dos tributos nuevos. Todo ello con la
finalidad de ingresar 53 millones de euros más.
A lo dicho más arriba se puede
añadir que Asturias es después de Cataluña la autonomía que tiene los tipos
impositivos más altos. ¿Ustedes piensan que tenemos los mismos salarios?
Paralelamente nos dicen, para los
que no se habían enterado, que los trabajadores asturianos hemos perdido en dos
años el diez por ciento de nuestro poder adquisitivo –en el caso de los
trabajadores de la administración más aún.
Por cierto, y a tenor de lo
anterior, hay ya ciudadanos asturianos que debido a nuestra tributación están
trasladando su domicilio fiscal a otras comunidades. Sobre todo a efectos de
herencias. ¿Es justo?
Mientras todo eso pasa, el IRPF
sube, el IVA sube. Todo sube. Por cierto, hablando de subidas, lo de la luz ya
no tiene nombre. Ahora nos empezamos a explicar los fichajes estrella de José
María Aznar y Felipe González. Estos dos ex presidentes y hoy consejeros magníficamente
pagados por las eléctricas ¿cuándo nos van a dar explicaciones de lo que está
pasando con sus empresas? Por favor,
siéntense que se van a cansar.
Mientras esto padecemos los
trabajadores, directivos de toda índole, directores de bancos, empresarios de
toda ralea, etc. etc. no dudan en subirse los sueldos, cobrar indemnizaciones
multimillonarias, realizar ERES, despedir trabajadores, pedir rebajas
salariales para los demás o tener prebendas que ningún otro trabajador tiene ni
disfruta.
Pero tranquilos, para desfogarnos
tenemos las redes sociales. Con despotricar en ellas tenemos bastante. Valga
como muestra este blog.
¡Ah! eso sí, cuando lleguen las
elecciones tiremos de tripas y no de cabeza. Ya saben, por aquello de cambiarlo todo para que nada
cambie.
Cada día pagamos más y recibimos menos por M. Santiago Pérez Fernández se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
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