Publicado en La Nueva España el 14 de agosto de 2013
El Campo de San Roque, en Tineo,
es más que un prau, al menos así lo
sienten los tinetenses.
San Roque es un punto de
referencia en la vida local. El campo es acogedor. Arranca desde la capilla del
mismo nombre y va ascendiendo suavemente. Arriba la zona arbolada nos ampara
del sol. Es una gran plaza rodeada de árboles.
Los inviernos son tristes en San
Roque. Solo la nieve lo saca de su languidez cuando las risas de niños y
mayores lo llenan. Se aletarga hasta que llega el buen tiempo. Con el sol
vuelve a él la alegría.
A primeros de julio ya se
presienten las fiestas. San Roque -el campo y la fiesta- se convierte en
conversación usual entre los tinetenses. Se deseará que haga calor y se
recordarán años de frío intenso. Se discutirá qué orquestas fueron las mejores.
Se compararán las de antes con las de ahora. Se recordará cuando se tiraban los
fuegos artificiales en el campo y solo se veía la niebla de colores. De todo
eso y mucho más se hablará un mes antes. Eso también es San Roque.
Cuando llega el 15 de agosto el
Campo de San Roque es Tineo. Los problemas y las tensiones se quedan fuera.
Recuerdos, emociones, viejos amores, amores deseados, reencuentros y amistad se
dan cita en el campo.
Las familias y las peñas se cobijan
bajo la arboleda y sus alrededores. Los encuentros familiares tiene lugar hasta
casi la mitad del campo, la zona arbolada es territorio de peñas. Allí, enormes
cajones almacenan todo lo necesario –y más- para dos días de fiesta.
Las comidas y meriendas forman
parte del ritual. Empanadas, bollos preñaos, chosco o jamón no faltan. Se comen
y se invitan a comer.
El día se va entre abrazos,
comidas y convites. Todo son sonrisas y alguna que otra lágrima por los
reencuentros.
Desde hace unos años, la caseta de
Las Cabezas de San Juan -pueblo sevillano hermanado con Tineo- se ha integrado de tal forma en el paisaje y
con los tinetenses que un año que no acudió a la cita se les echó en falta. No
deja de ser curioso que entre el sonido de alguna gaita se entremezcle una
sevillana. Eso también es San Roque.
San Roque no sería San Roque sin
la xata. La tradición de la rifa de
una xata se remonta, al menos, a
principios del siglo XIX. Así se constata en un acta municipal. Nos faltaría
algo si no la viésemos deambular de un lado a otro.
Y cuando llega la noche prosiguen
los encuentros, las risas y por un rato las orquestas acaparan la atención. Las
bandas tienen que ser aparatosas. Tener muchos músicos y dar espectáculo, amén
de que suenen bien. No ha sido la primera ni la segunda a la que el campo se la
traga.
¡Ay! cuantos amores de un día o
de por vida se han fraguado en San Roque. Y es que como dice la canción unas
cuantas ligas verdes se han perdido en este Campo de San Roque.
El 15 y 16 de agosto no hay mejor
sitio para estar que el Campo de San Roque en Tineo. Vengan y disfruten con
nosotros de una fiesta de prau donde
todos serán bien recibidos.
El Campo de San Roque nos espera por M. Santiago Pérez Fernández se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
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