Manuel G. Linares, cumplió su palabra. Por la mañana se presentó en el Colegio El Pascón de Tineo dispuesto a todo. Parece que la experiencia de días atrás no le arredró y caballete en ristre, armado con sus pinceles y con una voluntad férrea, estaba dispuesto a trasmitir a los más jóvenes su pasión por la pintura.
El Colegio El Pascón realiza cada trimestre una actividad para todos los alumnos y desde el mes de enero hasta ahora, han dedicado parte de su tiempo al mundo del arte. Con el fin de plasmar esa teoría en algo concreto, plantearon al pintor tinetense Manuel García Linares que acercase ese mundo a los alumnos y que les hiciese alguna demostración. Linares, persona siempre dispuesta a colaborar, aceptó.
Los más pequeños pudieron comprobar hace unos días la mágia de los pinceles y el color en manos de un artista. Tal fue así, que uno de los niños rompió a llorar desconsoladamente cuando, sin darse cuenta, Linares lo había retratado. ¿Dónde estaba el milagro?. Un lienzo en blanco y en poco tiempo allí apareció su cara, aquello fue demasiado para Marcos. Su incomprensión de lo que había sucedido le llevó a estar todo el día temeroso. Ni las maestras ni los padres pudieron dar consuelo al niño.
Los pasillos de este colegio se han convertido por unos días en un verdadero museo. Pinturas, esculturas, imaginación desbordada que lo llena todo. La creatividad de los niños nos sigue sorprendiendo a aquellos que ya la hemos perdido. Si es que han sido capaces de hacer una abstracción del cuento de caperucita roja.
Como complemento se ha realizado un exposición bibliográfica, completada con los libros cedidos por el pintor junto con algunos cuadros suyos. Tanto desde la dirección del centro como todo el profesorado, se han mostrado encantados y agradecidos por la colaboración de Linares.
De ahora en adelante, Manolo Linares va a tener muchos más admiradores.
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