La campaña electoral ya ha comenzado
oficialmente. Los resultados según las encuestas parecen cantados, pero vayan
ustedes a saber. El candidato popular ya tiene experiencia en ser favorito y al
final quedarse con las ganas. Y es que esto es lo que tiene la Democracia: que
todos los votos valen lo mismo. No hay nada escrito y el 20 N lo veremos.
La verdad es que las campañas ya
no son lo que eran. Hasta el ritual de la pegada de carteles se ha quedado en
algo anecdótico y residual. Ahora la campaña gira por otros derroteros, que no
son otros que los medios de comunicación e Internet. Todo candidato que se
precie tiene que estar en todas las redes sociales: Twitter, Tuenti, Facebook,
YouTube y todo lo que se tercie. Ahí tienen que estar y están en mayor o menor
medida.
De los candidatos a nivel de toda
España, Lara parece el más discreto. Un blog y la página de IU es su mayor
soporte. En otra categoría andan Rajoy y Rubalcaba. Estos no solo cuentan con
el apoyo de la página web del partido, sino que además tienen la suya propia.
Muy bonitas ellas, con mucho diseño y mucho vídeo.
La página del candidato popular
cuenta con un videoblog que titulan Rajoy en acción. Por un momento pensé que
iba a salir con sombrero y cazadora a lo Indiana Jones, mal pensado que soy.
Pues bueno, en estos videoclips como mucho dice una frase que es sencillita del
tipo: “vamos a apoyar al sector por que esto es capital para España” Lo dijo en la visita que realizó a la Central
Lechera Asturiana. Se acabó. Pensamiento completo. Nada de complicaciones, para
qué.
También se puede descargar el
programa electoral, pero eso sí, habrá que leerse 212 páginas.
Por su parte el candidato
Rubalcaba, que ya desistió de su intención de que le llamásemos Alfredo,
también tiene su propia página web, amén de la presencia en el resto de redes
sociales. Muy visual pero con un pequeño detalle que marca las diferencias: el
programa de puntos. Me imagino que ya se habrán enterado. Se trata de un
programa de apoyo a Rubalcaba por el que cuanta más información se comparta en
Facebook y en Twiter más puntos se obtendrán para canjearlos por una taza
térmica, 1.000 puntos; un vaso termo, 1.600 puntos; bálsamo labial, 250 puntos;
cuaderno Moleskine, 1.000 puntos, por cierto ¿qué es esto de Moleskine?; polo
de punto, 1.000 puntos; taza irrompible, 1.000 puntitos. Es que me apetece
todo. A mí como que estas cosas me parecen trivializar en demasía la política,
que desde luego no está bien vista, pero que es imprescindible para vivir en
sociedad y democracia.
Eso sí, también ponen su programa,
144 páginas.
Y es que esto de Internet sirve
para todo al tiempo que está volviendo tonto a más de un político. Confunden la
vida personal con la pública y luego se ofenden cuando se habla de ellos. No se
callan nada, han perdido el pudor y la vergüenza. Se creen que por estar en las
redes sociales son más populares, guays o vayan ustedes a saber.
Los candidatos nacionales tienen
una cohorte que les actualizan sus páginas, los diputados, incluidos los
autonómicos, consejeros, alcaldes y demás se lo montan ellos mismos y así les
sale.
Nos enteramos de su vida. Qué es
lo que comen, lo que visten, con quien andan. Si es que por enseñar nos enseñan
hasta su vida íntima. Hay algunos que me provocan vergüenza ajena, se lo
aseguro. Pero ellos están encantados.
Ya puestos ¿cuántos puntos por mi
voto? o mejor aún, lo cambio por la creación de un puesto de trabajo, pero no
de los que quiere Juan Rosell.
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