Negra protesta

Comentario para el programa Cangas del Narcea en la Onda, de Onda Cero Radio (05/06/2012)

Ayer, parado en la autovía inacabada La Espina-Oviedo, tuve tiempo de contemplar el humo de la barricada que nos impedía circular y de oír lo que me parecieron el lanzamiento de botes de humo y pelotas. Era una acción más de los mineros para reivindicar su supervivencia como trabajadores.

Ya no se trata de defender los sueldos, ni las prejubilaciones, lo que quieren es que un sector estratégico como es el carbón siga siendo un bien de este país.

La defensa de este sector energético sería motivo suficiente para realizar las protestas pero es que además hay personas, trabajadores, que en caso de cierre engrosarán las cifras del paro y con ellos lo harán numerosos empleados de empresas auxiliares y autónomos que dependen de la existencia de las minas.

La desaparición de la minería supondría un daño irreparable, por ejemplo, para el suroccidente asturiano. Somos una de las comarcas que más población ha perdido en los últimos años y con el cierre de las explotaciones mineras la despoblación alcanzaría unos niveles dramáticos. Pensemos por un momento lo que supondría, a efectos de población, para Cangas del Narcea, Tineo y no digamos para Degaña, que prácticamente desaparecería.Traslademos ese impacto a la economía comarcal. ¿Se lo imaginan? Mejor no.

Si la pérdida de población y de empleos en el suroccidente ha supuesto una disminución en la actividad empresarial y productiva general, el cierre minero sería como ponerle la puntilla.

La desaparición de esos empleos implicaría una masiva emigración y por lo tanto todos los servicios ser verían afectados, y más aún los públicos. Se cerrarían aulas y colegios, centros de salud y el hospital comarcal estaría abocado a prestar un servicio residual.

No nos engañemos no es un problema de los mineros, lo es de todos.

La hora que estuve parado no significó que mi mundo se parase, nada de eso. Tuve tiempo, una vez más, a sentir envidia de unos trabajadores que defienden su trabajo y que defienden su vida y la de sus familias.

Habrá quienes digan que eso no puede ser, que no pueden molestar a los demás ciudadanos; habrá quienes digan de todo, pues allá ellos.

Miren, lo que nos están haciendo los financieros eso sí que es un atentado. Eso nos parece normal y aquí todos tranquilitos. La última es esa inyección salvaje de dinero a Bankia, pero eso no es nada con todo lo que llevamos aportado a los bancos. Esos sí que desestabilizan a España y no unos mineros con una barricada defendiendo su trabajo.

La minería no ha llevado a la quiebra a este país, la banca sí. Y eso no es de ahora, claro que no. Les recuerdo, por ejemplo, que allá por 1982 Banca Catalana tuvo que ser intervenida y el Estado aportó más de 350.000 millones de pesetas para rescatarla.

Otros colectivos de trabajadores se lamentan de su situación laboral y económica, y con razón, pero su capacidad reivindicativa ha desaparecido o nunca la tuvieron. Los trabajadores de las administraciones venimos sufriendo recorte tras recorte, y los que nos quedan, pero ahí seguimos, lamentándonos y aceptando lo que nos echen, los mineros no. Nunca han sido conformistas; han defendido sus intereses y nuevamente lo están haciendo, pero no nos olvidemos que también son los nuestros. Sus demandas son las nuestras.

 En ellos me siento representado.

Negra protesta por M. Santiago Pérez Fernández se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported.